viernes, 13 de mayo de 2011

CONSEJOS PARA UN HIJO:



No esperes de la vida nada distinto de lo que tú seas capaz de obtener.
No esperes de tu prójimo nada distinto de lo que tú puedas darle.
No esperes que otros te amen, como te debes amar tú, ni esperes de tus semejantes nada distinto de lo que tú mismo puedas depararte.
No esperes jamás que todos tus sueños se efectúen, si no luchas por hacerlos cumplir.
No desconfíes de lograr algún día el éxito de tus metas.
No desesperes si no obtienes pronto el perfeccionamiento de la personalidad que anhelas forjar en ti.
No esperes que otros entiendan todas las razones que guían tus actos.
No esperes jamás que tus allegados te perdonen lo que en defensa de tu felicidad debas realizar.
No hagas nada distinto de lo que tu razón, tus ideales y tu virtud te indiquen como
correcto.
No adoptes creencias que rebajen tu personalidad, tu capacidad de acción o tu libertad.
No te dejes impulsar por la cólera, la terquedad o la desesperanza, y superarás las adversidades que debas afrontar.
Vive siempre preparado para resistir con valor y fe, las tragedias que puedan afectar gravemente a los tuyos o a toda la sociedad.
La entereza que debes ir acumulando todos los días, será la coraza que te defienda del abatimiento o la desesperación.
No te atribuyas culpabilidades por yerros u omisiones (imaginarias o reales), que sólo sirven para arruinar tu vida.
En el orden perfecto del universo, el colapso o la tragedia son de ocurrencia ineludibles.

Si sigues siempre una norma de conducta acorde con tu conciencia, la realidad te mostrará que has obrado con la verdad.
Por Emilio Yepes

No hay comentarios:

Publicar un comentario