martes, 16 de octubre de 2012

COSAS DE ABUELOS Y NIETOS

Soy una flor, una flor que se abre en busca del sol y tú eres el sol, abuela... El sol de  mi vida.
Las Abuelas son las voces del pasado y los ejemplos del presente, ellas abren las puertas al futuro.
Una abuela es el mejor regalo, con que podemos recibir a nuestros hijos.
Los nietos son la renovación de la vida, un poco de la abuela, entrando en el futuro.
Cuando nace un niño también nace una abuela.

El corazón es un músculo elástico. Cuantos más nietos tienes, más se estira.
En el hogar que mi abuela creó, veo el principio de la vida que heredé.
Muchas veces he pensado, que inhumano sería este mundo sin las abuelas, y que melancólico sería sin los niños.
En los ojos de los jóvenes vemos llamas, pero en los de las abuelas, vemos luz.
Tenía un millón de preguntas aún sin responder, me quedaba mucho por hacer, mucho que aprender…  ¿Qué prisa podía tener en ser abuela?  Ninguna.
Entonces cuando nació mi nieto, todo lo demás pasó a segundo plano.
A veces el amor perfecto sólo llega cuando nacen los nietos.
Si han de aparecer arrugas en tu rostro, que no aparezcan en tú corazón.
El alma no debe envejecer
Está comprobado científicamente que la relación entre una abuela y su nieto es enriquecedora al máximo para ambos extremos

Los abuelos no envejecemos con los años, renacemos cada día.

A medida que iban llegando mis nietos, el aire de la casa se volvía más vibrante y cálido, como si cada objeto cobrara vida de una manera especial.
Tratando de dar una respuesta buena y reconfortante a las preguntas de los nietos, a menudo llegamos a una buena y reconfortante conclusión para nosotros.
El verdadero milagro de la vida ocurre cuando nacen los hijos de tus hijos.
Tus hijos son tú mejor inversión. Tus nietos, los dividendos.

Mi sabia abuela siempre me decía que el día estaba perdido si no habías reído a carcajadas por lo menos una vez.
Todos creían que sus nietos eran los mejores. Pero todo fue distinto cuando nacieron los míos.
Cuando son abuelas, nuestras madres llegan al pináculo de su gracia.
Cuando la madre tiene al hijo de su hijo en brazos, el ser humano es testigo del ciclo vital, de la armonía mística en los caminos de la vida.
Aspiro a que mis hijas lleguen a verme como yo a mi madre.
Las abuelas no malcrían. Las abuelas no educan. Las abuelas adoran.
Que el Señor te bendiga todos los días y que vivas para ver a los hijos de tus hijos. 

Ahora un mensaje a la conciencia. ahorremos agua.



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