miércoles, 9 de diciembre de 2015

CONSULTAS MÉDICAS DE 5 MINUTOS

Un artículo que cae como anillo al dedo, porque la situación en Colombia con las EPS, es igual.

Autor: Salvador Casado, médico de familia en España
Muchos médicos en nuestro país están avinagrados y quemados. Tienen sus razones, razones de peso. Pero por muy altas que estas sean no cambian un ápice la desbordada afluencia a las consultas. Algo complicado de cambiar, cuando es una de las pocas cosas que no cuestan dinero aparente al usuario y cuyo abuso no está penalizado.

Por otra parte, la saturación y las consultas médicas de cinco minutos no permiten estudiar en profundidad los problemas del paciente, y es frecuente terminar la consulta, con uno o varios medicamentos, por las dudas.


El sistema peca de sobre-diagnóstico (excesivas pruebas diagnósticas) y sobre-tratamiento, en parte porque el ciudadano lo percibe como calidad (mientras más me hagan o me den, mejor) y los gestores y políticos lo consienten. Desgraciadamente, en sanidad, más, no es necesariamente mejor. A mayor número de pruebas incorrectamente indicadas traen más falsos positivos, se detectan variaciones que finalmente no son enfermedad y que obligan a hacer más pruebas agresivas. Mayor número de tratamientos incorrectamente indicados nos traerán más efectos indeseados e interacciones entre fármacos.
¿Podemos plantearnos otra forma de leer la partitura? ¿Algo más dinámico como meter un poco de salsa en la novena sinfonía?
Probablemente sí, pero me temo que estos cambios no se iniciarán en las encorsetadas esferas de las organizaciones sanitarias poco proclives a la innovación y a los experimentos.
Lo cierto es que los ciudadanos cada vez se auto-medican más y van aprendiendo a buscar mejor información de salud en Internet.
Lo cierto es que cada vez, hay más profesionales de la medicina, produciendo contenidos para pacientes y con presencia en Internet. El estudio “toptensalud20” ha investigado más de 1800 cuentas de Twitter de profesionales y ha llegado a interesantes conclusiones. Por primera vez hay profesionales produciendo contenido de salud, en medios electrónicos, en igualdad de condiciones que en medios de prensa sanitaria o general como el Diario Médico o en El País. Por primera vez existe la posibilidad de que cualquier ciudadano pueda seguir, leer e interactuar con profesionales de la salud sin tener que ir obligatoriamente a una consulta.
Aún no sabemos dónde nos van a llevar estos cambios, pero es fácil deducir que van a transformar mucho las cosas. Si se le ofrecen opciones a la ciudadanía, esta las va a usar. Si es posible relacionarse con el sistema de salud por otros medios que no impliquen únicamente una cita a una consulta, esas posibilidades se usarán.
Francamente, no veo a muchos profesionales sanitarios adaptando su partitura a los nuevos ritmos que la sociedad plantea, pero al final tendremos que conseguirlo.
Si atender cincuenta pacientes al día no es una opción viable, estamos tardando en ponernos las pilas para plantear alternativas.
La supervivencia de muchos profesionales está en juego, la calidad de la atención sanitaria también.
Fuente: .huffingtonpost.es

martes, 1 de diciembre de 2015

LOS NOMBRES DE LOS PAÍSES LATINOAMERICANOS

El continente americano se bautizó con el nombre de un comerciante y cosmógrafo florentino Amerigo Vespucci, que al asentarse en Castilla cambió su nombre por el más español de Américo Vespucio.
La responsabilidad de bautizar al continente fue del cartógrafo alemán Martin Waldseemüller, autor de un mapa conocido como 
Universalis Cosmographia en el que bautizó esas tierra como América en honor de Vespucio; concretamente lo aplicó a lo que hoy es Sudamérica.
Corría el año 1507 y Américo falleció sin llegar a disfrutar de su fama porque el nuevo nombre tardó en generalizarse.

El caso es que, varios siglos después, el sueño de Simón Bolívar de emanciparse de España y convertir América en una gran república que agrupase todos los virreinatos, se estrelló contra la realidad de los localismos. Se consiguió la independencia, sí, pero América quedó dividida en un montón de países más pequeños y con menos potencial de lo que hubieran podido ser unidos. Cada uno adoptó su propio nombre, diferente al dado en su momento por los españoles. 
Éstos (quizás) son sus significados.

ARGENTINA: Deriva de la palabra argentum, que en latín significa plata. Y es que está junto a la desembocadura del Río de la Plata, conocido así porque se asociaba a la leyenda de la Sierra de la Plata, que los indios tupiguaraníes contaban a los españoles, sobre una montaña del interior llena de ese metal precioso. Actualmente se cree que se referían al cerro de Potosí.
BOLIVIA: Potosí está precisamente en Bolivia, nación cuyo nombre es fácil deducir porque lleva el del Libertador Bolívar nacido en Venezuela.
BRASIL: Los portugueses llamaron al país de muchas formas. antes de la actual, que se cree que viene de un tipo de árbol muy abundante por esos lares, el palo brasil, que da una madera rojiza de un tono que recuerda al brazi, palabra que identificaba en la Edad Media el colorante púrpura de los fenicios.
COLOMBIA: Derivado del apellido de Colón. Eso sí, debidamente adaptado de su forma original italiana, Colombo. Hubiese sido el nombre de la unión de países, soñada por Bolívar, la Gran Colombia.
COSTA RICA: Se supone que fue el propio Colón el que la definió así, cuando arribó a su litoral durante su cuarto y último viaje, por la exuberancia de la vegetación y las piezas de orfebrería áurea que usaban los indígenas para adornarse. No obstante, oficialmente figuraba en las cartas como Nueva Cartago. Otra teoría dice que es, una españolización del vocablo indígena coquerrique.
CUBA: Un término de los indios taínos, designa hoy la isla, siendo su significado algo así como “Donde la tierra fértil abunda” o “Gran lugar”.
CHILE: Dicen que también aquí se impuso la denominación autóctona, aunque determinar con exactitud su significado ya es otra historia. Puede equivaler a, frío, un tipo de pájaro, o fin de la tierra.


ECUADOR: Este es fácil porque se refiere a la línea imaginaria que divide el globo terrestre en dos mitades (norte y sur) y que pasa precisamente por el país, cerca de Quito.
EL SALVADOR: Más fácil todavía porque a nadie se le escapa la alusión a Jesucristo, aunque se eligió ponerle el artículo delante para evitar suspicacias, ya que el nuevo país independiente estaba formado por la unión de dos territorios, San Salvador y Sonsonate.
GUATEMALA: Españolización de la palabra quauhtlemallan, empleada para describir la selva, y que no es maya como debiera, sino náhuatl, ya que la usaron los tlaxaltecas que acompañaban a Pedro de Alvarado en la conquista de la región
HONDURAS: Se cree que es una referencia a la profundidad del agua hecha por los marinos españoles que navegaban por su costa.
MÉXICO: otro vocablo náhuatl que designa a los mexicas, más conocidos hoy como aztecas, y que se llamaban así en honor de uno de sus dioses. Mexitli, también llamado Huitzlipochtli.
NICARAGUA: Posiblemente venga de las palabras nic-atl-nahuac o nic anahuac, usadas por los aborígenes para definir una extensión de tierra rodeada por agua. Otra teoría habla de Nicarao, señor de los niquiranos o nahuas.
PANAMÁ: Algo como, abundancia de peces, o de mariposas, según versión indígena, es una de las teorías. Pero no faltan otras como, la que alude a un tipo de árbol, pero sí es curioso que ya en tiempos de la conquista se adopte ese nombre, aún cuando el territorio se integrase en un virreinato mayor.
PARAGUAY: Se sabe que es un término guaraní, la etnia que habitaba la región, pero su significado no está tan claro. La mayor parte de las propuestas tienen que ver con la idea de un río que desemboca en el mar. También se habla de un cacique llamado Paraguaio, lo que es compatible con lo anterior.
PERÚ: Vocablo quechua y aymara. Lo que los españoles adaptaron como Perú podía referirse al río Virú o a un cacique cuya gracia era Birú, pero resulta más divertida la leyenda anecdótica de que, cuando los conquistadores preguntaban a los indios dónde estaba el reino inca, éstos respondían “virú”, que significaría “no te entiendo”.
PUERTO RICO: Aquí no hay problema, ya que se trata de un nombre español dado a la isla de San Juan Bautista (Borikén en taíno), de donde zarpaban las naves cargadas de tesoros hacia España.
REPÚBLICA DOMINICANA: Los dominicos que viajaron a la isla de La Española para predicar, le dieron el nombre del fundador de su nombre, Santo Domingo de Guzmán, aunque ya Bartolomé colón, hermano del Almirante, había bautizado así al lugar, quizá por descubrirlo un domingo. De hecho, se llamó Santo Domingo hasta bien entrado el siglo XIX.
URUGUAY: La primigenia Banda Oriental pasó por numerosos nombres a raíz de su proceso de independencia y no alcanzó su denominación actual hasta 1918, tomada del río homónimo. Es una palabra guaraní cuyo significado, como siempre, resulta incierto; el sufijo designa un río pero el prefijo es más dudoso: ¿río del urú (un tipo de ave)? ¿Río de los uruguá (caracoles)?
VENEZUELA: Con este país se cierra el círculo porque volvemos a Américo Vespucio. Y es que, embarcado en la expedición de Alonso de Ojeda, el florentino vio unos palafitos (Los palafitos son viviendas apoyadas en pilares o simples estacas, construidas sobre cuerpos de aguas tranquilas como lagos o lagunas) que le recordaron Venecia, de ahí el nombre de Venezuela (un diminutivo).
Fuente: labrujulaverde.com