La drogadicción en
el mundo va en aumento y entre los jóvenes, cada vez, a más temprana edad.
Veamos algunos
motivos:
La influencia de la
televisión con sus novelas, especiales y
biografías de narcos, muestran unos falsos mitos sobre la vida en el bajo
mundo. También los menores son inducidos por
compañeros en las escuelas para probar alguna droga. Suelen ofrecérsela
gratis para crearles adicción.
Si el nuevo adicto no consigue dinero
para su vicio, quienes los engancharon, le obligan a vender la droga en la
escuela y conseguir nuevos adictos.
Una forma de obtener dinero para
drogarse es robar a sus familiares, en los varones es común que caigan en actos
delictivos; en las mujeres, como su sexualidad se
despierta a una edad más temprana, al entrar al mundo de las drogas se les hace
fácil prostituirse.
Otro detonante común es, cuando ambos padres trabajan y no ofrecen a sus hijos una
orientación adecuada, o cuando uno o ambos padres de los menores sufren de
alcoholismo, tabaquismo o están enganchados a una sustancia ilegal.
Para
algunos adolescentes el divorcio, la formación de una nueva familia con padrastros y hermanastros o las mudanzas
a otras nuevas comunidades pueden perturbarlos e intensificarles las dudas
acerca de sí mismos.
Como adultos tenemos que estar
atentos y no desestimar los cambios de conducta y de humor de los adolescentes.
Ningún adolescente quiere morir. Solo, si se
siente totalmente desamparado, sin un referente a quién acudir para escucharlo.
En ese instante, es cuando la desesperanza los lleva al consumo de drogas, o al
borde del suicidio.
Para algunos adolescentes, el
suicidio aparenta ser una solución a sus problemas y al estrés.
El
suicidio entre los adolescentes,
ha tenido un aumento dramático recientemente. Cada año miles de adolescentes se
suicidan en el mundo. Los adolescentes experimentan fuertes sentimientos de
estrés, confusión, dudas de sí mismos, presión para lograr éxito, incertidumbre
financiera y otros miedos mientras van creciendo.
La depresión y las tendencias suicidas son desórdenes mentales que se pueden tratar.
La depresión y las tendencias suicidas son desórdenes mentales que se pueden tratar.
Hay que reconocer
y diagnosticar la presencia de esas condiciones tanto en niños como en
adolescentes y se debe desarrollar un plan de tratamiento apropiado. Cuando hay
alguna duda en los padres, de que el niño o el joven pueda tener un problema
serio, un
examen siquiátrico puede ser de gran ayuda.
Muchos de los síntomas de las tendencias suicidas son similares a los de la depresión.
Muchos de los síntomas de las tendencias suicidas son similares a los de la depresión.
Los padres deben
de estar conscientes de las siguientes señales que
pueden indicar que el adolescente está contemplando el suicidio:
- Cambios en los
hábitos de dormir y de comer.
- Retraimiento de
sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales.
- Actuaciones violentas,
comportamiento rebelde o el escaparse de la casa.
- Uso de drogas o
de bebidas alcohólicas.
- Abandono fuera
de lo común en su apariencia personal.
- Cambios
pronunciados en su personalidad.
- Aburrimiento
persistente, dificultad para concentrarse, o deterioro en la calidad de su
trabajo escolar
- Quejas
frecuentes de síntomas físicos, tales como: los dolores de cabeza, de estómago
y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional del joven.
- Pérdida de
interés en sus pasatiempos y otras distracciones.
- Poca tolerancia
de los elogios o los premios.
Un
adolescente que está contemplando el suicidio también puede:
*Quejarse de ser
una persona mala o de sentirse abominable
*Lanzar indirectas
como: no les seguiré siendo un problema, nada me importa, para qué molestarse o
no te veré otra vez
*Poner en orden
sus asuntos, por ejemplo: regalar sus posesiones favoritas, limpiar su cuarto,
botar papeles o cosas importantes, etc.
*Ponerse muy
contento después de un período de depresión
*Tener síntomas de
sicosis (alucinaciones o pensamientos extraños)
La gente a menudo
se siente incómoda hablando sobre la muerte. Sin embargo, puede ser muy útil el
preguntarle al joven si está deprimido o pensando en el suicidio. Esto no ha de
ponerle ideas en la cabeza, por el contrario, esto le indicará que hay alguien
que se preocupa por él y que le da la oportunidad de hablar acerca de sus
problemas.
Si una o más de estas señales ocurre, los padres necesitan hablar con su niño acerca de su preocupación y deben de buscar ayuda profesional cuando persiste su preocupación.
Si una o más de estas señales ocurre, los padres necesitan hablar con su niño acerca de su preocupación y deben de buscar ayuda profesional cuando persiste su preocupación.
Con el apoyo moral de la familia y
con tratamiento profesional, los niños y adolescentes con tendencias suicidas
se pueden recuperar y regresar a un camino más saludable de desarrollo.
Varias fuentes,
entre ellas, aacap.org
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