Por matrimonio infantil se entiende todo matrimonio formal o unión informal entre un niño menor de 18 años y un adulto u otro niño.
El
matrimonio infantil es más frecuente entre adultos y niñas.
Cada
dos segundos, una niña contrae matrimonio forzado en el mundo.
El 14% de las niñas se casarán antes de cumplir los 15 años y una de cada tres, se habrá casado antes de cumplir los 18 años.
El matrimonio infantil despoja a las niñas de su infancia, y pone su vida y su salud en peligro, corren un mayor riesgo de sufrir violencia doméstica, relaciones sexuales forzadas y tienen menos probabilidades de seguir asistiendo a la escuela. Además, los embarazos precoces en niñas menores de 18 años tienen un riesgo mayor para la madre y para el bebé que los embarazos de mujeres mayores de 20 años. En este tipo de embarazos adolescentes, el riesgo de que el bebé muera en su primer año de vida es de un 60% más que el de un bebé nacido de una madre mayor de 19 años. Incluso si el niño sobrevive, tiene más probabilidades de sufrir desnutrición, bajo peso al nacer, o problemas de desarrollo físico y cognitivo.
Las complicaciones del embarazo y el parto son la principal causa de mortalidad de las niñas de 15 a 18 años en los países en desarrollo.
Las expectativas económicas y de salud de estas niñas, son peores que las de las niñas que no se casan. Esto, también puede aislarlas de su familia y sus amistades, así como restringir su participación en su comunidad, de modo que su bienestar físico y psíquico se ve gravemente afectado.
Algunas razones por
las que sucede el matrimonio infantil
-Para escapar de la violencia en su familia.
Muchas
veces las niñas ingresan en uniones tempranas o se casan para escapar del abuso
y la violencia en sus casas, pero terminan enfrentándose a la violencia, el
abuso y el control de sus parejas, que no les permiten trabajar, estudiar o
salir solas.
-Para huir de la pobreza.
Las
niñas también establecen estas uniones como una estrategia para escapar de
la pobreza, pero pierden su autonomía económica en el proceso.
Sin
embargo, las niñas atrapadas en este tipo de relaciones generalmente no cuentan
con autonomía en materia económica, ya sea por falta de escolaridad o por el
rol de cuidado infantil que cumplen.
-Por la doble moral sexual
Desde
la primera infancia se les inculca normas de género no equitativas. Los
niños son más valorados y se les da más libertades, mientras que las niñas
deben equilibrar las tareas domésticas con la escolarización.
Los
padres que temen que sus hijas puedan ser sexualmente activas, actúan, limitándoles
la movilidad y sus interacciones con niños y hombres, en lugar de brindar
educación sexual o alentar la toma de decisiones de ellas. Los padres que
descubren que sus hijas tienen relaciones sexuales presionan a los compañeros
masculinos para que se casen con sus hijas, y así salvar el honor de la
familia”.
-Por las normas masculinas dominantes
El
hecho de que las normas masculinas dominantes empujen a los hombres a unirse a
las jóvenes refuerza las ventajas de poder que estos tienen en el matrimonio
infantil.
Muchas
niñas ven que los ‘verdaderos hombres’ son los que tienen dinero, que pueden
ayudarlas económicamente.
-Por sus propios padres
Algunas
familias casan a sus hijas a una edad temprana con el fin de reducir su carga
económica u obtener ingresos; otras, porque creen que de ese modo asegurarán el
futuro de sus hijas o las protegerán.
-Por la falta de educación
A
menudo las normas de género estipulan que la escuela es más importante
para los niños que para las niñas, ya que éstas tienen “menos probabilidades de
realizar un trabajo futuro que les exija una educación”.
Además,
las tareas domésticas de las niñas compiten con su escolarización, aunque en el
caso de las zonas rurales, tanto las niñas como los niños abandonan la escuela
por el trabajo agrícola.
Muchos padres y madres se oponen a la educación sexual, a pesar de las decenas de miles jóvenes y niñas que dan a luz en estos países.
RECOMENDACIONES
-Trabajar
para cambiar las normas comunitarias sobre los roles de las niñas en la vida
-Fortalecer
las voces de las niñas, para que ellas hablen por sí mismas y por los demás y
expresen su opinión en contra del matrimonio infantil
-Trabajar
con líderes comunitarios para reducir la tolerancia social a estas uniones.
-Permitir
y alentar a las niñas a completar la escuela secundaria, y fortalecer los
sistemas educativos que lo hacen posible
-Incluir
medidas que aborden la pobreza e incentivos económicos
-Fortalecer
las oportunidades de autonomía económica de las niñas, fomentar la solidaridad
intergeneracional y fortalecer a las familias, brindándoles a padres y madres
las habilidades y la información para implicarse y proteger a sus hijos
-Ampliar
el acceso equitativo a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad,
asequibles, sensibles al género, y adaptados a las necesidades de adolescentes
y jóvenes
-Desarrollar y hacer cumplir un sólido marco legal en contra del matrimonio infantil que armonice las leyes pertinentes.
Tomado de varias fuentes en la WEB
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