Las leyes y normas, que se desarrollaron en las civilizaciones antiguas
para garantizar la convivencia y organizar políticamente el territorio tienen
normas algo especiales y extrañas, que hoy en día nos parecen asombrosas.
Aquí algunas de ellas:
La obligación de probar las acusaciones
Todo el mundo conoce el famoso ojo por ojo del Código de Hammurabi, redactado en el año 1750 a.C. por el rey
babilonio de tal nombre. Pero una norma presente en él, quizá menos conocida,
obligaba a los acusadores a probar indiscutiblemente
sus acusaciones. Porque en caso contrario serían ellos condenados a muerte.
Uno de los métodos de probar la inocencia de los acusados era arrojarlos
al río. Si se ahogaban es que los dioses habían determinado que eran culpables.
Pero si conseguían salir vivos, eran inocentes y su acusador ejecutado por
falsedad. Así que había que andarse con cuidado, antes de acusar a alguien.
Era permitido raptar mujeres no acompañadas.
El Código de Ur-Nammu es un código de leyes sumerio redactado
entre el 2100 y el 2050 a.C. que pudo inspirar la redacción del Código de
Hammurabi.
El rapto de personas estaba penado con la muerte, pero sólo si ambos,
raptor y raptado eran hombres libres. Si el raptado era un esclavo, la condena
era una multa monetaria. Y si era
una mujer, el raptor siempre podía alegar que se la había encontrado sola en la
calle, sin acompañantes, y por tanto no podía saber si pertenecía a alguien.
Como dicen por acá… “el que descuida su arepa, ya
llegará quién se la coma”.
Prohibido alejar a alguien del catolicismo
El Código Teodosiano, redactado en el año 438 d.C. prohibía el culto
a cualquier dios que no fuera el cristiano. También obligaba a todas las
iglesias cristianas a supeditarse a la Iglesia Católica, bajo pena de ser
consideradas herejes. Entre los
hechos que conllevaban la pena de muerte estaba, convertir a un católico a otra
religión.
Cuando todo se castigaba con la pena de muerte
Se considera a Dracón de Tesalia como el autor de las primeras
leyes de Atenas, alrededor del año 621 a.C. Su código draconiano era muy
simple, aunque no sabemos si efectivo. Se basaba en una sola condena: la pena
de muerte. ¿Habías matado a alguien?, pena de
muerte. ¿Habías robado un animal?, pena de muerte. ¿Te olvidaste de pagar los
impuestos?, pena de muerte. Y así sucesivamente. Por suerte para los atenienses, el sucesor de
Dracón, Solón, anuló todo salvo la pena de muerte por asesinato.
Las violaciones solo en casa
Los Nesilim, nombre que el pueblo que nosotros conocemos como Hititas,
tenían su propio código, redactado cerca del 1650-1500 a.C.
Una de la leyes más extrañas era la que consideraba castigable con la
muerte, la violación de una mujer, sólo si ésta se producía fuera de la casa. Si la violación ocurría dentro de la casa, la
culpable resultaba ser ella, y era condenada a muerte en lugar de su violador.
El Bestialismo, dependiendo con que animal
Otra de las más extrañas normas de los Hititas era que el bestialismo era
delito, pero dependiendo con que animal se hubiera producido. Con un perro o un cerdo, pena de muerte. Un caballo o una mula, castigado a no volver a
presentarse jamás ante el rey. Una vaca, el rey decidía la condena.
No recogerás los cereales ajenos
La Ley de las Doce Tablas son el primer código legal conocido
redactado en Roma, alrededor del 450 a.C. Una de las leyes estipulaba que
cualquiera que cortara o recogiera el cereal de otro, estaba destinado a ser
sacrificado a la diosa Ceres. Lo cual se hacía tras haberle dado muerte,
siempre y cuando fuera adulto. Si no lo era, la condena era restituir el doble
de lo tomado.
El problema de irse de casa
Otra de las curiosas normas mesopotámicas, de las que tan sólo se han
recuperado fragmentos que datan de entre el 2250 y el 550 a.C., estipulaba que, si un hijo de declaraba independiente de su padre
podía ser vendido como esclavo. Pero si se declaraba independiente de su madre,
el castigo era ser expulsado de su casa y desheredado.
Prohibido llevar velo si no eres honorable
El Código de Assura es una recopilación de leyes asirias
redactada cerca del 1075 a.C. Una de las normas estipulaba que las mujeres
consideradas honorables debían cubrir su rostro en público con un velo. Pero
esclavas, sirvientes, prostitutas y, en general, cualquier mujer no considerada
honorable, no podía llevarlo. Si se la hallaba cubriendo su rostro con un velo
se la despojaba de todas sus ropas, se le daban 50 latigazos y luego era
condenada a muerte.
Ojo con lo que cantas
Otra de las normas romanas presentes en la Ley de las Doce Tablas
condenaba a muerte a todo aquel que cantase canciones jocosas o burlonas acerca
de otra persona, y que lo cantado fuera falso. Si era cierto no había problema.
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