El continente americano se bautizó con el nombre de un comerciante y cosmógrafo florentino Amerigo
Vespucci, que al asentarse en Castilla cambió su nombre por el más español de Américo
Vespucio.
La responsabilidad de bautizar
al continente fue del cartógrafo alemán Martin Waldseemüller, autor de un
mapa conocido como
Universalis Cosmographia en el que bautizó esas tierra como América en honor de Vespucio; concretamente lo aplicó a lo que hoy es Sudamérica.
Corría el año 1507 y Américo falleció sin llegar a disfrutar de su fama porque el nuevo nombre tardó en generalizarse.
Universalis Cosmographia en el que bautizó esas tierra como América en honor de Vespucio; concretamente lo aplicó a lo que hoy es Sudamérica.
Corría el año 1507 y Américo falleció sin llegar a disfrutar de su fama porque el nuevo nombre tardó en generalizarse.
El caso es que, varios siglos
después, el sueño de Simón Bolívar de emanciparse de España y
convertir América en una gran república que agrupase todos los
virreinatos, se estrelló contra la realidad de los localismos. Se consiguió la
independencia, sí, pero América quedó dividida en un montón de
países más pequeños y con menos potencial de lo que hubieran podido ser
unidos. Cada uno adoptó su propio nombre, diferente al dado en su momento
por los españoles.
Éstos (quizás) son sus significados.
ARGENTINA: Deriva de la palabra argentum, que en latín significa plata. Y es que está junto a la desembocadura del Río de la Plata, conocido así porque se asociaba a la leyenda de la Sierra de la Plata, que los indios tupiguaraníes contaban a los españoles, sobre una montaña del interior llena de ese metal precioso. Actualmente se cree que se referían al cerro de Potosí.
Éstos (quizás) son sus significados.
ARGENTINA: Deriva de la palabra argentum, que en latín significa plata. Y es que está junto a la desembocadura del Río de la Plata, conocido así porque se asociaba a la leyenda de la Sierra de la Plata, que los indios tupiguaraníes contaban a los españoles, sobre una montaña del interior llena de ese metal precioso. Actualmente se cree que se referían al cerro de Potosí.
BOLIVIA: Potosí está precisamente en Bolivia, nación cuyo
nombre es fácil deducir porque lleva el del Libertador Bolívar nacido en Venezuela.
BRASIL: Los portugueses llamaron al país de muchas formas.
antes de la actual, que se cree que viene de un tipo de árbol muy abundante por
esos lares, el palo brasil, que da una madera rojiza de un tono que recuerda al
brazi, palabra que identificaba en la Edad Media el colorante púrpura de los
fenicios.
COLOMBIA: Derivado del apellido de Colón. Eso sí, debidamente
adaptado de su forma original italiana, Colombo. Hubiese sido el nombre de la unión
de países, soñada por Bolívar, la Gran Colombia.
COSTA RICA: Se supone que fue el propio Colón el que la definió así, cuando arribó a su litoral durante su cuarto y último viaje, por la exuberancia de la vegetación y las piezas de orfebrería áurea que usaban los indígenas para adornarse. No obstante, oficialmente figuraba en las cartas como Nueva Cartago. Otra teoría dice que es, una españolización del vocablo indígena coquerrique.
COSTA RICA: Se supone que fue el propio Colón el que la definió así, cuando arribó a su litoral durante su cuarto y último viaje, por la exuberancia de la vegetación y las piezas de orfebrería áurea que usaban los indígenas para adornarse. No obstante, oficialmente figuraba en las cartas como Nueva Cartago. Otra teoría dice que es, una españolización del vocablo indígena coquerrique.
CUBA: Un término de los indios taínos, designa hoy la isla,
siendo su significado algo así como “Donde la tierra fértil abunda” o “Gran
lugar”.
CHILE: Dicen que también aquí se impuso la denominación
autóctona, aunque determinar con exactitud su significado ya es otra historia.
Puede equivaler a, frío, un tipo de pájaro, o fin de la tierra.
ECUADOR: Este es fácil porque se refiere a la línea imaginaria
que divide el globo terrestre en dos mitades (norte y sur) y que pasa
precisamente por el país, cerca de Quito.
EL
SALVADOR: Más fácil todavía porque a
nadie se le escapa la alusión a Jesucristo, aunque se eligió ponerle el
artículo delante para evitar suspicacias, ya que el nuevo país independiente
estaba formado por la unión de dos territorios, San Salvador y Sonsonate.
GUATEMALA: Españolización de la palabra quauhtlemallan, empleada
para describir la selva, y que no es maya como debiera, sino náhuatl, ya que la
usaron los tlaxaltecas que acompañaban a Pedro de Alvarado en la conquista de
la región
HONDURAS: Se cree que es una referencia a la profundidad del
agua hecha por los marinos españoles que navegaban por su costa.
MÉXICO: otro vocablo náhuatl que designa a los mexicas, más
conocidos hoy como aztecas, y que se llamaban así en honor de uno de sus
dioses. Mexitli, también llamado Huitzlipochtli.
NICARAGUA: Posiblemente venga de las palabras nic-atl-nahuac o
nic anahuac, usadas por los aborígenes para definir una extensión de tierra
rodeada por agua. Otra teoría habla de Nicarao, señor de los niquiranos o
nahuas.
PANAMÁ: Algo como, abundancia de peces, o de mariposas, según versión indígena, es una de las teorías. Pero no faltan otras como, la que alude a un tipo de árbol, pero sí es curioso que ya en tiempos de la conquista se adopte ese nombre, aún cuando el territorio se integrase en un virreinato mayor.
PARAGUAY: Se sabe que es un término guaraní, la etnia que habitaba la región, pero su significado no está tan claro. La mayor parte de las propuestas tienen que ver con la idea de un río que desemboca en el mar. También se habla de un cacique llamado Paraguaio, lo que es compatible con lo anterior.
PERÚ: Vocablo quechua y aymara. Lo que los españoles adaptaron como Perú podía referirse al río Virú o a un cacique cuya gracia era Birú, pero resulta más divertida la leyenda anecdótica de que, cuando los conquistadores preguntaban a los indios dónde estaba el reino inca, éstos respondían “virú”, que significaría “no te entiendo”.
PUERTO RICO: Aquí no hay problema, ya que se trata de un nombre español dado a la isla de San Juan Bautista (Borikén en taíno), de donde zarpaban las naves cargadas de tesoros hacia España.
PANAMÁ: Algo como, abundancia de peces, o de mariposas, según versión indígena, es una de las teorías. Pero no faltan otras como, la que alude a un tipo de árbol, pero sí es curioso que ya en tiempos de la conquista se adopte ese nombre, aún cuando el territorio se integrase en un virreinato mayor.
PARAGUAY: Se sabe que es un término guaraní, la etnia que habitaba la región, pero su significado no está tan claro. La mayor parte de las propuestas tienen que ver con la idea de un río que desemboca en el mar. También se habla de un cacique llamado Paraguaio, lo que es compatible con lo anterior.
PERÚ: Vocablo quechua y aymara. Lo que los españoles adaptaron como Perú podía referirse al río Virú o a un cacique cuya gracia era Birú, pero resulta más divertida la leyenda anecdótica de que, cuando los conquistadores preguntaban a los indios dónde estaba el reino inca, éstos respondían “virú”, que significaría “no te entiendo”.
PUERTO RICO: Aquí no hay problema, ya que se trata de un nombre español dado a la isla de San Juan Bautista (Borikén en taíno), de donde zarpaban las naves cargadas de tesoros hacia España.
REPÚBLICA
DOMINICANA: Los dominicos que viajaron
a la isla de La Española para predicar, le dieron el nombre del fundador de su
nombre, Santo Domingo de Guzmán, aunque ya Bartolomé colón, hermano del
Almirante, había bautizado así al lugar, quizá por descubrirlo un domingo. De
hecho, se llamó Santo Domingo hasta bien entrado el siglo XIX.
URUGUAY: La primigenia Banda Oriental pasó por numerosos nombres a raíz de su proceso de independencia y no alcanzó su denominación actual hasta 1918, tomada del río homónimo. Es una palabra guaraní cuyo significado, como siempre, resulta incierto; el sufijo designa un río pero el prefijo es más dudoso: ¿río del urú (un tipo de ave)? ¿Río de los uruguá (caracoles)?
URUGUAY: La primigenia Banda Oriental pasó por numerosos nombres a raíz de su proceso de independencia y no alcanzó su denominación actual hasta 1918, tomada del río homónimo. Es una palabra guaraní cuyo significado, como siempre, resulta incierto; el sufijo designa un río pero el prefijo es más dudoso: ¿río del urú (un tipo de ave)? ¿Río de los uruguá (caracoles)?
VENEZUELA: Con este país se cierra el círculo porque volvemos a
Américo Vespucio. Y es que, embarcado en la expedición de Alonso de Ojeda, el
florentino vio unos palafitos (Los palafitos son
viviendas apoyadas en pilares o simples estacas, construidas sobre cuerpos de
aguas tranquilas como lagos o lagunas) que le recordaron
Venecia, de ahí el nombre de Venezuela (un diminutivo).
Fuente: labrujulaverde.com
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