lunes, 10 de diciembre de 2018

PARA PENSAR... LOS MENSAJES DEL AGUA

El agua tiene una especie de "memoria" donde almacena la información que le reportan los campos magnéticos generados por las sustancias -plantas, flores, etc.- con las que entra en contacto.
Lo que no sabíamos es que la voz, los pensamientos y las emociones humanas pueden alterar su estructura molecular.
El agua reacciona a las emociones de igual forma que nosotros. 


Este descubrimiento empieza en 1994, cuando el investigador Japonés Masaru Emoto tomó unas muestras de agua pura de una fuente situada en su país, congeló unas pocas gotas, las examinó bajo un microscopio electrónico de campo oscuro y luego las fotografió. Las fotografías mostraron un hermoso hexágono cristalino parecido a un copo de nieve. Masaru tomo entonces muestras de agua de un río contaminado, las congeló, fotografió unas gotas y comprobó que la imagen que aparecía en ellas era la de un turbio patrón sin forma reconocible, algo completamente desestructurado.

(Foto izquierda, agua pura de una fuente.
a las derecha Agua tomada de un rio contaminado)


Dichas fotografías han sido publicadas en un magnífico libro titulado Los Mensajes del Agua. Si usted todavía duda que sus pensamientos están de hecho impactando y modelando el mundo que le rodea, la vista de las fotografías de Emoto eliminará cualquier duda al respecto. 

El japonés Emoto ha estado llevando a cabo experimentos en todo el mundo sobre el efecto de las ideas, las palabras y la música sobre las moléculas de agua. 
Las descripciones que aparecen a continuación han sido extraídas de su libro, que publica los resultados obtenidos.

En la foto de la izquierda, vemos una muestra de agua helada expuesta a la palabra "ángel", y a la derecha agua expuesta a la palabra "demonio". Como usted podrá ver, la estructura de la segunda es oscura y amorfa, sin que aparezca formación cristalina alguna.

Sus fotografías demuestran que los pensamientos, la voz y las emociones humanas pueden alterar la estructura molecular del agua. 
Si las afirmaciones de este investigador japonés son ciertas el descubrimiento es trascendente ya que, el 70% de nuestro cuerpo, como el del planeta que habitamos, es agua y suponen la evidencia física del poder de nuestros pensamientos. 
Emoto llega a afirmar que: "El agua no sólo almacena información sino también sentimientos y conciencia, reaccionando a cualquier mensaje". Y agrega:
"Toda la información que alberga la estructura se hace visible cuando se fotografía una gota de agua en estado de congelación".

(A la izquierda con música Heavy Metal. A la derecha con música Clásica)

La música clásica siempre reflejó patrones hermosos mientras que el heavy metal creó imágenes distorsionadas, sin forma y borrosas como si ese tipo de música hubiera destruido el delicado equilibrio de las moléculas.

   "Eres tonto"                                                                         Danza Folklórica Kawachi
Curiosamente, el resultado obtenido con la palabra "Eres Tonto" aplicada a otra muestra de agua fue casi idéntico al de aplicar música heavy metal.

Masaru Emoto comenta en su libro este paralelismo y la posibilidad de que este tipo de música atonte a las personas. 
Las palabras convierten las vibraciones de la naturaleza en sonido, y cada lengua es diferente, cada una tiene su propio juego de vibraciones. La naturaleza en Nortea-mérica es diferente de la naturaleza en Japón. Aunque “Arigato” y “Thank you” tienen la misma traducción, crean estructuras cristalinas diferentes. Cada palabra en cada lengua es única y existe sólo en esa lengua.

Masaru Emoto llega considerar al agua como un ser "viviente", independientemente de si se encuentra en estado libre en la naturaleza o contenida en un organismo vivo. “En ese sentido, he comprobado -tengo fotos que lo demuestran- que la más poderosa combinación de pensamientos en términos de capacidad de transformación y de sanación son "amor" y "gratitud". Estas palabras y las emociones positivas que generan convierten cada una de las moléculas de agua que nos componen en una estructura hermosa y equilibrada. Por eso estoy convencido de que nuestras oraciones, meditaciones y afirmaciones ayudan a sanar"

Hemos visto anteriormente la prueba de que el agua, lejos de estar inanimada, está realmente viva y responde a nuestros pensamientos y emociones. Quizá, habiendo visto esto, podamos comenzar a entender realmente el imponente poder que poseemos al elegir nuestros pensamientos e intenciones, para sanarnos a nosotros mismos, así como a nuestro medio ambiente. Pero esto solo será posible si creemos.
Varias fuentes en la Web