sábado, 26 de febrero de 2022

NO SE PUEDE DEJAR EL TRAGO

Clasificación: Solo para mayores de 50 años.

Aparejado con la dieta está la bebida.
Abandona todas las gaseosas, solo los jóvenes pueden hacerlo, nosotros no. Además todas las gaseosas tienen carbonato de sodio, azúcar y cafeína.
Y a nuestra edad estas sustancias nos hacen zapatear al páncreas y el hígado hasta desgastarlos.

Toma batidos, limonada, jugos. Hasta la cerveza es preferible.
La cerveza se hace con agua hervida, tiene componentes naturales y NO TIENE SODIO (ojo hipertensos).
Por otro lado hay mucha evidencia clínica que demuestra que el consumo moderado de alcohol después de los 50 años mejora la calidad de vida pues tiene efectos benéficos:
vasodilatador coronario, disminuye el colesterol y es un sedante moderado. En consecuencia y en forma práctica, a la hora del almuerzo o en la noche que llegas a tu casa y ya no tienes que manejar, zámpate un “lagañazo”.

Los licores más recomendados son el whisky, el vino rojo o el roncito reserva especial puro. 

En lugar de tomar nitroglicerina para dilatar las arterias o estatinas para bajar el colesterol o un valium para estar tranquilo, consigues todo eso con un buen trago.Y si lo haces en compañía de las personas que quieres el efecto se duplica.

Ahora bien solo ten en cuenta una advertencia:

Consumo moderado es uno o dos tragos, o vasos de cerveza, porque si te embalas todos los días y te la pegas, el efecto es exactamente al contrario y te matará más rápido de lo que te imaginas.

Cuidate!

Fuente. Visto por ahí en la red.


lunes, 21 de febrero de 2022

LOS OBJETIVOS SON LOS OBJETIVOS -Humor.

Había una vez, en un pueblo, dos hombres que se llamaban Joaquín González. Uno era sacerdote y el otro era taxista. Por alguna razon de el destino los dos mueran el mismo día.

Entonces, llegan al cielo, donde les espera San Pedro.
¿Tu nombre? – pregunta San Pedro al primero.
Joaquín González.
¿El sacerdote?.
– No, no, el taxista.
San Pedro consulta su planilla y dice:
Bueno, te has ganado el Paraíso. Te corresponde esta túnica con hilos de oro y esta vara de platino con incrustaciones de rubíes. Puedes pasar.
- Gracias, gracias ….. -dice el taxista.
Pasan dos o tres personas más, hasta que le toca el turno al otro Joaquín González.
¿Tu nombre?
– Joaquín González.
¿El sacerdote?
– Sí
- Muy bien, hijo mío. Te has ganado el Paraíso. Te corresponden esta bata de lino y esta vara de roble con incrustaciones de granito. El sacerdote dice:
Perdón. No es por desmerecer, pero… debe haber un error. ¡Yo soy Joaquín González, el sacerdote!.
-Sí, hijo mío, te has ganado el Paraíso. Te corresponden la bata de lino…
– ¡No, no puede ser!. Yo conozco al otro Joaquín González, era un taxista, vivía en mi pueblo, ¡era un desastre como taxista!. Se subía a las aceras, chocaba todos los días, una vez se estrelló contra una casa, conducía muy mal, tiraba las farolas, se lo llevaba todo por delante… Y yo me pasé setenta y cinco años de mi vida predicando todos los domingos en la parroquia.
- No, hijo mío, no es ningún error -dice San Pedro-.
Lo que ocurre es que aquí, en el cielo, nos hemos acostumbrado a hacer evaluaciones como las que hacen ustedes en la vida terrenal.
¿Cómo?. No entiendo.
Sí, … ahora trabajamos por objetivos y resultados…Mira, te voy a explicar tu caso y lo entenderás enseguida:
Durante los últimos 25 años, cada vez que tú predicabas, la gente se dormía; pero cada vez que él conducía, la gente rezaba.

Y…. LOS OBJETIVOS SON LOS OBJETIVOS.


UN BORRACHO EN EL BUS

En el bus el borracho se sienta al lado de un cura;
El cura finge que el borracho no existe y disimula su incomodidad. Al rato, el borracho mira al cura y le pregunta:
- Oiga buen hombre! Puede decirme qué cosas causan artritis?
El cura, molesto, le responde en tono sarcástico:

- Ciertamente la vida relajada, el andar frecuentando mujeres mundanas, los excesos con el alcohol y todas esas porquerías...!!!

- Dios me libre!
 (responde el borracho y sigue leyendo el periodico)
El cura, pensando en lo que dijo al pobre infeliz, decide disculparse y le dice en tono comprensivo:
- Disculpe usted, no quise ser tan rudo... desde cuando sufre de artritis?
- Yo, nunca la padecí, padre!
Sólo estaba leyendo en éste diario que el Papa la sufre hace unos meses.
 
Moraleja: DEBES PENSAR ANTES DE HABLAR.