viernes, 30 de noviembre de 2018

¿SABES QUE ES Y COMO USAR UN DESFIBRILADOR?

DEA (desfibrilador externo automático). Preguntas frecuentes:

¿Qué es un paro cardíaco súbito?

Paro cardíaco súbito simplemente significa que el corazón deja de latir en forma inesperada y abrupta. Por lo general, esto es causado por un ritmo cardíaco anormal llamado fibrilación ventricular (FV).
¿Es lo mismo un paro cardíaco súbito que un infarto?
No. El infarto es un trastorno en el cual el suministro de sangre al músculo cardíaco se bloquea en forma repentina, lo cual produce la muerte del músculo cardíaco. Por lo general (aunque no siempre), las víctimas de infartos sienten un dolor en el pecho y usualmente permanecen conscientes. Los infartos son serios y a veces pueden producir paros cardíacos súbitos. Sin embargo, el paro cardíaco súbito puede ocurrir independientemente de un infarto y sin señales de advertencia. El paro cardíaco súbito produce la muerte si no se trata de inmediato.
¿Quiénes tienen riesgo de sufrir un paro cardíaco súbito?
Aunque la edad promedio de las víctimas de un paro cardíaco súbito es de aproximadamente 65 años, este es impredecible y puede afectar a cualquiera, en cualquier lugar y en cualquier momento.
¿Qué es la fibrilación ventricular?
La fibrilación ventricular (FV) es un ritmo cardíaco anormal que se observa con frecuencia en el paro cardíaco súbito. Este ritmo es causado por una actividad eléctrica anormal y muy rápida en el corazón. La FV es caótica y desorganizada; el corazón solo tiembla y no puede bombear sangre de manera eficaz. La FV dura poco tiempo y se deteriora hasta convertirse en una asistolia (un trazado plano) si no se trata oportunamente.
¿Cómo se trata la fibrilación ventricular?
El único tratamiento eficaz para la fibrilación ventricular es una descarga eléctrica denominada desfibrilación. La desfibrilación es una corriente eléctrica que se aplica en el tórax. La corriente eléctrica pasa a través del corazón con el objetivo de detener la fibrilación ventricular y darle al sistema eléctrico normal del corazón la oportunidad de tomar el control. Esta corriente le ayuda al corazón a reorganizar la actividad eléctrica para que pueda bombear sangre de nuevo. Un desfibrilador externo automático (DEA) puede desfibrilar el corazón.

¿Qué es un DEA?
El DEA (desfibrilador externo automático) es un dispositivo que analiza y busca ritmos cardíacos desfibrilables, notifica al rescatista si existe la necesidad de una desfibrilación y, de ser así, aplica una descarga.
¿Podría lesionar a la víctima al usar un DEA?
Cuando se usa en personas que no responden y no están respirando, el DEA es extremadamente seguro. El DEA toma las decisiones relacionadas con la aplicación de una descarga en función del ritmo cardíaco de la víctima, y solo se activa cuando hay un ritmo desfibrilable. 
¿Qué debo hacer primero, dar reanimación cardiopulmonar o aplicar las almohadillas con electrodos del DEA?
Aplique la reanimación hasta que llegue el DEA. Aplique las almohadillas con electrodos sobre el tórax desnudo de la víctima y siga las indicaciones y mensajes del DEA. El dispositivo le indicará cuándo reanudar la reanimación.
Si la desfibrilación es tan importante, ¿por qué debo aplicar la reanimación?
La reanimación proporciona cierto grado de circulación de sangre rica en oxígeno al corazón y al cerebro de la víctima. Esta circulación retrasa tanto la muerte cerebral como la muerte del músculo cardíaco. La reanimación también aumenta las probabilidades de que el corazón responda a la desfibrilación.
¿Es posible aplicar una descarga accidental a otro rescatista o a mí mismo?
Los DEA son extremadamente seguros cuando se usan correctamente. La descarga eléctrica está programada para pasar de una almohadilla con electrodo a otra a través del tórax de la víctima. Las precauciones básicas, como advertir verbalmente a los demás que se alejen y revisar virtualmente el lugar antes y durante la descarga, permitirán garantizar la seguridad de los rescatistas.
Nunca coloque las almohadillas con electrodos del DEA directamente encima de los parches de medicamento, como los parches de nitroglicerina o electrocardiográficos. Siempre deberá retirar los parches y pasar un paño sobre la piel para secarla antes de colocar las almohadillas con electrodos.

¿Debo usar el DEA si la víctima tiene un marcapasos o está embarazada?
Sí. Nunca dude en usar el DEA en una persona que tiene un paro cardíaco súbito.
¿Cuánta ropa le debo quitar a la víctima para llevar a cabo la desfibrilación?
El tórax debe estar expuesto para permitir la colocación de las almohadillas con electrodos desechables. Es necesario quitarles el sostén a las mujeres. Quizás necesite cortar la ropa.
¿Por qué es tan importante asegurarse de que las almohadillas con electrodos estén firmemente adheridas al tórax limpio y seco?
La desfibrilación exitosa requiere que la electricidad fluya de una almohadilla con electrodo a otra a través del tórax. Si las almohadillas con electrodos no están firmemente adheridas y hay sudor u otro material conductor de electricidad entre ellas, es más probable que la electricidad fluya sobre la superficie del tórax y no a través de él. Esto producirá una desfibrilación ineficaz y aumentará las posibilidades de que se generen chispas y fuego.
¿Se pueden colocar las almohadillas con electrodos directamente sobre un tórax velloso?
Las almohadillas con electrodos deben estar en contacto directo con la piel. Si el vello del tórax es tan excesivo que impide una buena adherencia de la almohadilla con electrodo, será necesario eliminar el vello rápidamente.
¿Qué sucede si la víctima es un niño?
Debe utilizar las almohadillas pediátricas con electrodos, ya que aplican una carga más baja a los niños con paro cardíaco súbito.

Debido a otros problemas médicos o cardíacos subyacentes, no todas las víctimas de paro cardíaco súbito con fibrilación ventricular sobreviven, incluso si la desfibrilación se realiza a tiempo y de manera correcta.

¿Qué sucede si no estoy seguro de que debo utilizar un DEA?
Recuerde esta regla: utilice un DEA solo con alguien a quien le aplicaría la reanimación cardiopulmonar (personas que no responden y que no están respirando).

lunes, 26 de noviembre de 2018

LO BUENO, LO MALO Y LO FATAL

Bueno: Decides no tener más hijos.

Malo: No encuentras las píldoras anticonceptivas.
Fatal: Las tiene tu hija.

Bueno: Tu hijo siempre está estudiando en su cuarto.
Malo: Encuentras varios casetes porno en el cuarto de tu hijo.
Fatal: Tú apareces en ellos.

Bueno: Tu marido entiende de moda femenina.
Malo: Usa tu ropa.
Fatal: Le sienta mejor que a ti.

Bueno: Tu hijo está madurando ¡por fin!
Malo: Se acuesta con la vecina de enfrente.
Fatal: Tú también.

Bueno: Tu hija consiguió trabajo.
Malo: Como prostituta.
Fatal: Tus compañeros de trabajo son sus clientes.

Bueno: Tú le das clases de educación sexual a tu hija.
Malo: Ella te interrumpe constantemente.
Fatal: haciéndote correcciones.

Bueno: Tu mujer apenas habla.
Malo: Ella quiere el divorcio.
Fatal: Es abogada.

Bueno: Tu hijo está saliendo con alguien.
Malo: Es otro hombre.
Fatal: Es tu mejor amigo.

Bueno: Tu mujer está embarazada.
Malo: Son trillizos.
Fatal: Te hiciste la vasectomía hace cinco años.

viernes, 16 de noviembre de 2018

UNA HISTORIA DE "PAGAR PARA SONAR"

Apartes de un escrito de Tito Lopez


Cuando iniciaba la industria de la música no había manera de hacer grabaciones.
Para oír una canción, alguien tenía interpretarla en un instrumento, así que, las tiendas de música vendían, junto a los pianos, flautas y guitarras, las partituras para ejecutar las obras.
De allí nació la idea de los ‘impulsadores de canciones’ o ‘song pluggers’, unos señores que eran contratados directamente por las tiendas de música, que sentados frente a un piano tocaban y cantaban en vivo las canciones de moda. Así, los dueños de los almacenes les iban pasando las partituras de las canciones que querían promocionar.
Con el tiempo, los representantes de los compositores comenzaron a tener sus propios ‘impulsadores’, quienes visitaban las tiendas para promocionar su música. Estos ‘impulsadores’ llegaron a ganar mucho dinero en este oficio.
Con la llegada de los discos la música se masificó. Ahora todo el mundo tenía acceso a la música, y ya no hacía falta que alguien tocara instrumentos en vivo.
Los ‘impulsadores de canciones’ vieron amenazada su labor, pues las disqueras encontraron que el disco era mucho más rentable y masivo que las partituras, y crearon la figura del promotor discográfico para que visitara las emisoras de radio para impulsar los discos.
Al principio de la radio no existía la figura del programador. Cada disc-jockey ponía su propia música (la que le gustaba a el). Como había pocas emisoras, podían ser muy abiertas en su programación.
De esta forma, estos disc-jockeys se convirtieron en figuras muy importantes, se volvieron estrellas, particularmente con la llegada del rock n’ roll en los años 50, una fiebre que disparó la venta de discos.
Las disqueras vieron el poder de estos locutores y comenzaron a ingeniarse diferentes formas de impulsar sus discos mediante concursos, conciertos y premios para los oyentes, pero también surgió la opción de ofrecer a los disc-jockeys invitaciones, entrevistas, fiestas y otras dádivas, hasta que llegó el momento de sobornarlos con dinero, drogas, viajes y otros obsequios para que tocaran más veces las canciones sin que las directivas de la emisora se enteraran.

De allí surgió el término ‘payola’, uniendo la palabra ‘pay’ (pagar) y ‘ola’ (aplicado a equipos de música como pianola, rockola, vitrola).
Así se acuñó ese término que significa ‘pagar por sonar’. Y en venganza fueron los antiguos y ahora desempleados ‘impulsadores de canciones’, que ya estaban entrando en desuso, quienes se encargaron de denunciar esta práctica.
Esto no es nada nuevo: es algo que se ha dado en todo el mundo en mayor o menor escala. Sin embargo, como cualquier pago debajo de la mesa, es algo indebido, e incluso en países como los Estados Unidos es considerado como un ‘soborno comercial’ castigado por la ley.
De hecho, Sony BMG Music Entertainment en julio de 2005, Warner Music Group en noviembre de ese mismo año, y Universal Music Group en mayo de 2006 tuvieron que pagar millones de dólares a organizaciones sin ánimo de lucro del estado de Nueva York por delitos relacionados con la “payola”.

En Latinoamérica, los artistas y las disqueras niegan que la pagan, y mucho menos los programadores, locutores y propietarios, aceptan que reciben dinero por la payola. Denunciar esta actividad ilegal, tiene riesgos ya que es una acción muy difícil de comprobar. Sin embargo las grandes cadenas de radio la combaten, unas más vehementemente que otras.
De hecho, no hace mucho una de las grandes cadenas decidió ‘legalizar’ la payola, vendiendo ‘sonadas’ a las disqueras en sus emisoras. Aunque el negocio estaba regido por las normas internas de la compañía, es decir, que no se trataba de un negocio bajo cuerda, al final, si se estaba engañando al público que no entendía por qué repetían tanto algunas canciones que no eran tan buenas, sin saber que detrás de esa acción había un interés netamente comercial.
Sobra decir que esa cadena de emisoras musicales fue perdiendo audiencia en su país y se redujo su número de estaciones al mínimo.
Si una canción es buena no necesita que le paguen a nadie para programarla.
El problema es que, debido a la payola, la emisora empieza a tocar música mala y los oyentes empiezan a dejar de escuchar la emisora y esta se derrumba. Hay demasiadas opciones dentro y fuera del dial para escuchar lo que le gusta.

El problema de la payola se ha agravado en los últimos tiempos por varios factores:
A los promotores los miden por el número de sonadas en radio. Las disqueras cuentan con métodos mucho más efectivos de monitoreo: hoy en día ese tipo de servicios entregan información en tiempo real de emisoras de todo el país, lo que permite a las disqueras y artistas independientes conocer de inmediato cuántas veces están sonando sus canciones.
Las playlists de las emisoras cada vez son más reducidas. En lugar de tener cientos o miles de canciones en programación solo tienen alrededor de 100, para asegurar una mayor rotación. Esto hace que artistas y disqueras se peleen por entrar en esa reducida lista de programación, y llegan, incluso, a pagar para que el director no programe canciones de otros artistas.
La cultura del dinero fácil, de la trampa, que se ha extendido a todos los niveles de nuestra sociedad, no es la excepción en la radio.

Mientras la “payola” no esté reglamentada como delito, lo descrito arriba seguirá ocurriendo. Las directivas seguirán poniendo vigilantes y cámaras en los estudios. La paranoia seguirá estresando a los auditores. Las emisoras seguirán despidiendo a directores y las disqueras y artistas seguirán invirtiendo en pagarla.
El público, que hoy en día dispone de tantas opciones, es difícil de tenerlo contento, cada vez preferirá escoger sus propias canciones en sus dispositivos móviles y computadores para no tener que escuchar música de baja calidad que solo beneficia a quien recibe ese dinero sucio.
Y así la radio cada vez irá cavando su propia tumba, no por culpa de las nuevas plataformas tecnológicas sino por mala accion
Más información en:

martes, 6 de noviembre de 2018

MITOS ALREDEDOR DE LA MUERTE DE FAMOSOS

 Marlon Brando.

Uno de los fundadores de “el método” de actuación, en la que el actor prácticamente se convierte en su personaje, incluso cuando las cámaras no están filmando, siempre fue una estrella que excedía los parámetros de la industria. Brando era la encarnación de la rebeldía y lo fue hasta el momento de su muerte.
Su vida estuvo llena de claroscuros; ganó importantes papeles en la meca del cine, gano cuantiosas cifras, con lo que se compró una isla en Tahití.
Se dice que aborrecía su talento y su belleza física, odió su perfección física, y a eso se debe que en su madurez llegara a pesar 150 kilos. 
Falleció en medio de la desgracia familiar, su hijo Christian asesinó a Drag Coller, el novio de su media hermana, en una disputa ocurrida en la isla privada del actor.
Murió convertido en un hombre solo, atormentado, perseguido por la prensa que investigaba su presunta homosexualidad, el abuso a su propia hija Cheyenne, y su aparente pobreza. Lo cierto es que murió el 1 de Julio de 2004, acompañado de su abogado y dejando una herencia de 21 millones de dólares, más la propiedad de la isla.

Greta Garbo.
Una estupenda mujer que supo enamorar a Hollywood no sólo por su belleza, sino también por sus impecables actuaciones que le valieron la nominación en tres ocasiones al Premio Oscar, en la categoría de Mejor Actriz, tuvo una vida llena de enigmas.
Se retiró de los platós en 1941, cuando su carrera se encontraba en la cúspide, a los 36 años de edad. Algunos periodistas consideraron que era una medida para cotizarse mejor, pero no fue así. Ella misma declaró que soñaba con ser recordada justo como se encontraba en ese momento de su historia, ya que no deseaba que la vieran envejecer.
Y lo cumplió: pocas fueron las ocasiones en las que se le vio salir de su apartamento en Nueva York, ni siquiera cuando, en 1956, la Academia de Cine le otorgó un Oscar honorífico se presentó para recogerlo.
De hecho, fue en el ocaso de su existencia que visitaba el hospital con bastante frecuencia, e incluso algunos vecinos podían reconocerla. A sus médicos les tenía prohibido hablar de su enfermedad (corría el rumor de que padecía insuficiencia renal) y les ordenó que a su partida no se diera a conocer la causa de su muerte. Su anhelo fue cumplido.

Marilyn Monroe
Luego convertirse en la despampanante bomba rubia de los años 50, Marilyn arrastraba tras de sí una serie de tormentos personales que la sumergían en profundas depresiones e inseguridades. Fue hallada muerta el 5 de agosto de 1965 cuando apenas tenía 36 años. La versión oficial señala que el deceso ocurrió a causa de excesiva ingesta de barbitúricos, sin embargo, jamás quedó esclarecido si se trató de un suicidio o una sobredosis accidental. La actriz había iniciado sesiones de psicoanálisis que lejos de ayudarla complicaron su estabilidad emocional. El periodista Albert Goldman incluso reveló en su investigación que la actriz habría recibido llamadas insultantes de la entonces primera dama Jackie Kennedy.
Lo cierto es que aquella huérfana llamada Norma Jean Baker, abusada desde niña, que se casó con un policía para huir de la miseria, y que solo el cine transformó en Marilyn Monroe, vivía sumergida en un abismo de pesares del cual le era siempre muy difícil escapar.

Elvis Presley
Conquistó al mundo con su música y sus sensuales bailes que, de modo literal, provocaban desmayos de sus fanáticas. 
La muerte del “Rey del rock and roll” no podía estar libre de mitos; todo empezó desde que hubo que explicarla. La versión oficial fue, que había perdido la vida a consecuencia de una arritmia cardiaca de origen desconocido, pero luego de diversas investigaciones y entrevistar a personas cercanas a él, entre ellas su novia Ginger Alden, quien lo encontró inconsciente en el baño, se supo, que consumía 25 medicamentos distintos al día.
La versión más romántica sobre su deceso es que cansado de la fama y la popularidad, decidió fingir su muerte para disfrutar libremente por el mundo. Un detalle que le daba sustento a esta idea es que el seguro de vida de Elvis, nunca se cobró.
Aunado a ello, a lo largo del tiempo varios diarios sensacionalistas llegaron a publicar fotos supuestas de Elvis, sin embargo, hay que recordar que a su final, Elvis tenía un sobrepeso considerable y las imágenes no lo muestran así.
Unidos por la fama, la opulencia y el talento, los famosos también tenían algo en común: la tragedia, la soledad y la necesidad de sentirse a salvo de las miradas del mundo.