lunes, 21 de febrero de 2022

LOS OBJETIVOS SON LOS OBJETIVOS -Humor.

Había una vez, en un pueblo, dos hombres que se llamaban Joaquín González. Uno era sacerdote y el otro era taxista. Por alguna razon de el destino los dos mueran el mismo día.

Entonces, llegan al cielo, donde les espera San Pedro.
¿Tu nombre? – pregunta San Pedro al primero.
Joaquín González.
¿El sacerdote?.
– No, no, el taxista.
San Pedro consulta su planilla y dice:
Bueno, te has ganado el Paraíso. Te corresponde esta túnica con hilos de oro y esta vara de platino con incrustaciones de rubíes. Puedes pasar.
- Gracias, gracias ….. -dice el taxista.
Pasan dos o tres personas más, hasta que le toca el turno al otro Joaquín González.
¿Tu nombre?
– Joaquín González.
¿El sacerdote?
– Sí
- Muy bien, hijo mío. Te has ganado el Paraíso. Te corresponden esta bata de lino y esta vara de roble con incrustaciones de granito. El sacerdote dice:
Perdón. No es por desmerecer, pero… debe haber un error. ¡Yo soy Joaquín González, el sacerdote!.
-Sí, hijo mío, te has ganado el Paraíso. Te corresponden la bata de lino…
– ¡No, no puede ser!. Yo conozco al otro Joaquín González, era un taxista, vivía en mi pueblo, ¡era un desastre como taxista!. Se subía a las aceras, chocaba todos los días, una vez se estrelló contra una casa, conducía muy mal, tiraba las farolas, se lo llevaba todo por delante… Y yo me pasé setenta y cinco años de mi vida predicando todos los domingos en la parroquia.
- No, hijo mío, no es ningún error -dice San Pedro-.
Lo que ocurre es que aquí, en el cielo, nos hemos acostumbrado a hacer evaluaciones como las que hacen ustedes en la vida terrenal.
¿Cómo?. No entiendo.
Sí, … ahora trabajamos por objetivos y resultados…Mira, te voy a explicar tu caso y lo entenderás enseguida:
Durante los últimos 25 años, cada vez que tú predicabas, la gente se dormía; pero cada vez que él conducía, la gente rezaba.

Y…. LOS OBJETIVOS SON LOS OBJETIVOS.


UN BORRACHO EN EL BUS

En el bus el borracho se sienta al lado de un cura;
El cura finge que el borracho no existe y disimula su incomodidad. Al rato, el borracho mira al cura y le pregunta:
- Oiga buen hombre! Puede decirme qué cosas causan artritis?
El cura, molesto, le responde en tono sarcástico:

- Ciertamente la vida relajada, el andar frecuentando mujeres mundanas, los excesos con el alcohol y todas esas porquerías...!!!

- Dios me libre!
 (responde el borracho y sigue leyendo el periodico)
El cura, pensando en lo que dijo al pobre infeliz, decide disculparse y le dice en tono comprensivo:
- Disculpe usted, no quise ser tan rudo... desde cuando sufre de artritis?
- Yo, nunca la padecí, padre!
Sólo estaba leyendo en éste diario que el Papa la sufre hace unos meses.
 
Moraleja: DEBES PENSAR ANTES DE HABLAR.

No hay comentarios:

Publicar un comentario