jueves, 15 de octubre de 2020

COSAS QUE SUCEDEN A LAS GRANDES EMPRESAS

En una promoción, a la que sólo se le suponían ventajas, la compañía aérea estadounidense Eastern Airlines, introdujo un descuento del 50 por ciento en el precio del tiquete de avión para las esposas que acompañasen a sus maridos en sus viajes de negocios. La campaña fue un éxito, hasta que a alguien se le ocurrió que quedaría muy bien ofrecer en la publicidad, algún testimonio de las esposas que hubiesen utilizado este descuento, así que mandaron cartas a todas ellas, pidiéndoles que, con el incentivo de un premio, escribiesen una breve nota sobre su experiencia. Sin embargo, el inesperado resultado fue, que durante algún tiempo estuvieron recibiendo cartas preguntando: «¿Cual viaje?... ¿A dónde?

En 1999, Yahoo! compró por 5.700 millones de dólares Broadcast.com, (el YouTube de su época), el sitio de vídeo online más grande de internet. El único problema era que, en ese momento, las conexiones eran muy lentas, como para que la gente viera un vídeo online.

La marca automovilística británica Rolls-Royce buscaba introducir uno de sus modelos en Alemania, concretamente el Silver Mist (Neblina Plateada). Sin embargo, se percató, afortunadamente a tiempo de que, mist significa «estiércol» o «porquería» en alemán. Desgraciadamente el remedio que propusieron era aún peor. Lo rebautizaron como Mist-Stick, sin advertir que, la traducción germana de ese término era «bastón de mierda». Es lógico pensar que nadie se identificaría con un coche que transmitía unos valores, digamos, tan poco glamurosos.

En julio de 2010, en Massachusetts, la cadena de hamburguesas McDonald’s distribuyó accidentalmente como parte de su menú infantil, el «Happy Meal», cinco mil condones inicialmente destinados a cubrir un programa de prevención de embarazos adolescentes. El error se debió a que la mayoría de los empleados encargados de montar las cajitas no conocían bien el inglés y, cuando vieron unos paquetes muy coloridos con la etiqueta «ribbed latex» («látex estriado»), pensaron que era el nombre del personaje de la nueva película Airbender, el último guerrero, que en esos momentos se promocionaba en McDonald’s.

Cuando la empresa fabricante de plumas Parker puso a la venta un nuevo modelo de bolígrafo en México, sus anuncios supuestamente querían decir «No perderá tinta en tu bolsillo, avergonzándote». Sin embargo, la compañía se equivocó al pensar que la palabra castellana «embarazar» significaba (como la inglesa embarras) «avergonzar» y por eso el anuncio en realidad decía: «No perderá tinta en tu bolsillo, embarazándote».

Durante un viaje en avión a Chicago, un amigo del multimillonario Philip Knight Wrigley (1894-1977) le preguntó que por qué seguía anunciando todo el tiempo los chicles que fabricaba su empresa si ésta ya era la más exitosa de todos los tiempos en todo el mundo. Wrigley le respondió:

Por la misma razón que el piloto de este avión deja los motores en marcha cuando ya estamos en el aire.

A finales de la década de 1970, IBM se proponía lanzar al mercado el primer computador personal de la historia y convertirse así en líder de esta nueva industria que, después de muchas dificultades, se suponía ganadora. Pero, en el apuro por sacar rápidamente el producto al mercado, tomó dos decisiones estratégicas que le resultarían fatales: Subcontratar el desarrollo del sistema operativo y encargar la fabricación de los microprocesadores. Estas decisiones eran, de hecho, inéditas en la historia de IBM, que siempre se había caracterizado por su altísimo grado de verticalidad: producía ella misma casi todos los componentes. Pero, esta vez, confió el software a una pequeña empresa llamada Microsoft, mientras que la producción de los microchips quedó en manos de Intel. Y es que IBM creyó que el valor estaba en el hardware, no en el software. Por su parte, con mejor criterio, Microsoft creía que el hardware se desarrollaría menos que el software. Por eso, cuando IBM pidió a Bill Gates que hiciera un sistema operativo para ellos, pidió mantener los derechos sobre el sistema operativo y asi poder licenciarlo para otros fabricantes, e IBM aceptó. 

Durante la llamada «ley seca» puesta en vigor en Estados Unidos durante los años veinte, se permitió vender unos paquetes de zumo de frutas en los que se podía leer el siguiente mensaje: «Atención: el contenido de este paquete no debe ponerse en una vasija de barro, ni mezclarlo con levadura y ocho litros de agua, porque entonces se obtendría una bebida alcohólica cuya fabricación está prohibida».

Fuente: Varias paginas en la WEB

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