¿Que son los nietos?
¿Unos hijos más…? NOOO.
Son unos hijos duplicados.
Hay en ellos una
prolongación que es precisamente eso.
Una duplicidad en la función
creadora y en la extensión de la especie.
En los nietos se alarga la vida
hacia unos límites de amor que no se soñaron.
Los hijos fueron el
testimonio. Los nietos la confirmación.
Por eso se quieren tanto.
Por eso son el juguete
espiritual de la edad mayor.
Un nieto es un anhelo convertido
en realidad:
A él le damos los besos que tal
vez no le dimos a los hijos.
Y ellos nos dan los besos que
quizá ya nadie nos da.
Allí se reedita la juventud y el
corazón palpita vigorosamente como si fuera un corazón adolescente..
Con un nieto en los brazos
tenemos al hijo.
Tenemos la juventud que se nos
quiso escapar un día.
Tenemos el amor verdadero que
nada pide y todo nos da.
Es verdaderamente maravilloso
vivir esos retozos de los nietos, sus infantilerias que nos llevan a otros
mundos y todo ese concierto de sus risas sonoras.
Con los nietos:
Se revive la historia del amor…
y el alma vuelve a florecer.
El hogar ya viejo, se torna
joven y se renuevan las esperanzas.
Los nietos son la fortuna de los
años de la sensatez.
¿Qué se quiere más a los nietos
que a los hijos?
Así parece, ¡PERO NO!
¡Lo que pasa es que en los
nietos se vuelve a amar a los hijos, y se ama mucho más…
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