Históricamente, la región de Hong Kong ha estado ocupada
por los chinos desde la era neolítica. Inicialmente éstos formaban una pequeña
comunidad pesquera, siendo la zona refugio de piratas y contrabandistas de
opio.
En el siglo XVII, la región fue testigo de las
luchas entre la dinastía Ming y la dinastía Ping.
Es tras la Primera Guerra del Opio cuando la isla de
Hong Kong ocupa un lugar en la historia, al ser cedida, con carácter
indefinido, por China a Gran Bretaña mediante el Tratado de Nanking de 1842.
Tras la Segunda Guerra del Opio y por la Convención
de Pekín de 1860 se acuerdan nuevas cesiones a Gran Bretaña:
Parte de la península de Kowloon y la isla de Stonecutters.
La superficie de la colonia aumentó significativamente con
la incorporación de los Nuevos Territorios, parte de la península de Kowloon y
la isla de Lantau, arrendados a Gran Bretaña por 99 años a contar
desde el 1 de julio de 1898 hasta el 30 de junio de 1997.
Tras el establecimiento en 1912 de la República de China, Hong Kong se
convirtió por primera vez en refugio político para los exiliados chinos
procedentes del continente.
En 1937, durante la guerra de China con Japón por Manchuria, se convirtió de
nuevo en lugar de asilo para cientos de miles de chinos desplazados por la
invasión japonesa.
Durante la Segunda Guerra Mundial cayó en manos de los
japoneses que la transformaron en centro militar de su campaña en Asia. Los
británicos recuperaron Hong Kong en 1945 después de la rendición incondicional
de Japón.
La guerra civil entre nacionalistas y comunistas en China
trajo de nuevo a oleadas de chinos que se refugiaron en el territorio antes y
después de la victoria comunista de 1949.
En los años 1950, durante la guerra de Corea, Estados Unidos
prohibió comerciar con la China comunista, lo que perjudicó la actividad
comercial de Hong Kong y ralentizó su progresión económica.
La contínua llegada de chinos desde el continente
proporcionó mano de obra barata que posibilitó el rápido crecimiento, sobre
todo de la industria manufacturera.
El consecuente desarrollo económico transformó a Hong Kong
en una de las regiones más ricas y productivas de Asia y, como consecuencia,
durante la década de 1970, aumentó la afluencia de refugiados del continente.
A principios de la década de 1980, empezaron a llegar
grandes cantidades de refugiados desde Vietnam.
En 1982, dada la proximidad del fin del arrendamiento
británico sobre los Nuevos Territorios (1 de julio de 1997), dieron comienzo
las conversaciones entre China y Gran Bretaña acerca del futuro de Hong Kong.
Por la Declaración Conjunta firmada por China y el Reino
Unido el 19 de diciembre de 1984 en Pekín, China prometió que, bajo la política
"un país, dos sistemas", el sistema económico
socialista de China no se aplicaría en Hong Kong, comprometiéndose a respetar
el sistema legal existente en Hong Kong antes del traspaso de soberanía por un
plazo de 50 años, hasta el año 2047. China se haría cargo de la política
exterior y la defensa del territorio.
Después de 1997 Hong Kong se daría una constitución
que se conocería como Ley Básica redactada por un
comité convocado en Pekín al que asistirían representantes de la colonia
británica.
En 1989, tras los sucesos de Tiananmen, se suspendieron los
trabajos sobre la nueva constitución y Gran Bretaña se negó a considerar una
posible renegociación de la Declaración Conjunta.
En el mes de abril de 1990 el Parlamento chino aprobó la nueva
constitución, la llamada Ley Básica, que incluso permitía que algunos escaños
en el futuro Consejo Legislativo fueran elegidos antes de 1997.
Las relaciones entre China y Gran Bretaña por Hong Kong se
deterioraron durante 1991 debido a los desacuerdos sobre la financiación de un
nuevo aeropuerto en la Isla de Lantau, sobre el que finalmente se alcanzó un
acuerdo en noviembre de 1994.
Otro motivo de fricción con China lo dio el último
gobernador británico Chris Patten al llevar a cabo reformas democráticas en los
últimos años de la soberanía británica no bien vistas por la comunista China.
Hong Kong también vivió un momento delicado en mayo de 1992
cuando el gobierno de la región inició la re-patriación forzosa de todos los
refugiados vietnamitas.
El 1 de julio de 1997 Hong Kong pasó a China como Región Administrativa Especial, régimen que finalizará en 2047 con
la plena integración en China.
Hoy Hong Kong se ha transformado en uno de los centros
turísticos, industriales, financieros y comerciales más importantes del mundo,
desempeñando el papel de trampolín para el comercio y la inversión de la China
continental.
La
actualidad de HONG KONG
En
comparación con China a lo largo de gran parte de la historia moderna de la
ciudad, Hong Kong ha sido un bastión de la paz, la prosperidad y, en los años
1960 y 70, un paraíso de los horrores de la Revolución Cultural.
La Ley Fundamental, establece que Hong Kong coexistirá con
China como "un país, dos sistemas" durante 50 años después de la
entrega del poder en 1997 y que la ciudad "salvaguardará los derechos y
libertades de los residentes", hasta el 2047.
Cada
seis meses desde la entrega en 1997, la Universidad de Hong Kong ha estudiado
una muestra de residentes de Hong Kong para medir los sentimientos de identidad
de la ciudad. La última encuesta se realizó en junio, cuando más del 40% de los
encuestados dijo que se identificaban como un "hongkonés," en lugar de
cómo un "chino", un porcentaje que ha aumentado en los últimos 17
años.
Los
habitantes de Hong Kong estan legítimamente orgullosos del respeto casi
universal del imperio de la ley. Para muchos, es lo que diferencia a Hong Kong,
de la parte continental y su reputación de honestidad es una de las razones por
las que tantas multinacionales han basado sus sedes regionales en la ciudad.
Hong
Kong mantiene su propia moneda (que está vinculado al dólar estadounidense) y
el sistema "capitalista" de la ciudad también está consagrado en la
Ley Fundamental.
El
resto de China se ha beneficiado enormemente de la economía de Hong Kong, la
inversión, la energía y el espíritu empresarial", de la Universidad de
Hong Kong.
Varias fuentes en la web
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