El perro, el
mono y el leopardo – FÁBULA
Cierto
día un perro, ya viejo, salió a cazar mariposas. Después de un rato largo
se dio cuenta de que se había perdido. Dio vueltas y vueltas tratando de hallar
el camino cuando, de repente, vio que un joven leopardo corría en su
dirección con la visible intención de pegarse un buen almuerzo.
El
viejo perro se dijo: " Oh, oh! Ahora sí que estoy perdido !"
Viendo alrededor suyo algunos huesos, se puso rápidamente a roerlos, dando la espalda al leopardo que se aproximaba cada vez más.
Cuando éste estaba a punto de abalanzarse sobre él, el viejo perro exclamó en voz alta:
Viendo alrededor suyo algunos huesos, se puso rápidamente a roerlos, dando la espalda al leopardo que se aproximaba cada vez más.
Cuando éste estaba a punto de abalanzarse sobre él, el viejo perro exclamó en voz alta:
"Bien,
este leopardo estaba realmente delicioso! Me pregunto si no habrá otros por
aquí ".
"Uf !", suspiró el leopardo "faltó poquísimo; el viejo perro casi me come !"
Mientras tanto, un mono, que había presenciado toda la escena desde una rama cercana, se dijo que podía utilizar la situación, negociando con el leopardo lo que sabía a cambio de protección.
Por lo tanto, partió ligero a alcanzarlo, pero el perro cuando lo vio correr a toda velocidad detrás del leopardo, se dio cuenta que algo iban a tramar.
El mono alcanzó al leopardo y le contó todo lo que sabía, pidiéndole que a cambio de tan interesante dato lo protegiera.
El joven leopardo se enfureció y le dijo al mono:
"Ven aquí, mono, monta en mi lomo y vas a ver lo que le va a ocurrir a ese viejo inútil que se cree inteligente”.
El perro viejo vio al leopardo que se acercaba a toda velocidad con el mono montado en sus espaldas y se inquietó de verdad: "Y ahora qué hago?...
Pero en vez de huir, se sentó de nuevo de espaldas a
sus agresores haciendo una vez más como sí no los hubiera visto y en el momento
en que se aproximaron lo suficiente como para oírlo dijo:
"¿Dónde estará el mono ese? Hace una
hora que lo envié a buscarme otro leopardo y todavía no ha vuelto".
El leopardo al oir aquello cogió al mico por el cuello
y le dijo: ¿Con que de comisionista mico
gran hijueputa? y lo devoró
Moraleja:
No hay que desestimar a los viejos. La edad y la sabiduría que se adquiere con ella, siempre triunfan ante la juventud y la fuerza...!
No hay que desestimar a los viejos. La edad y la sabiduría que se adquiere con ella, siempre triunfan ante la juventud y la fuerza...!
Debes dar a conocer este relato a otros "ancianos", para que sonrían. No estoy insinuando que eres uno de los "ancianos", sólo pienso que algunos son más jóvenes que tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario