Un artículo que cae como anillo al dedo,
porque la situación en Colombia con las EPS, es igual.
Autor: Salvador Casado, médico de familia
en España
Muchos médicos en nuestro país están
avinagrados y quemados. Tienen sus razones, razones de peso. Pero por muy altas
que estas sean no cambian un ápice la desbordada afluencia a las consultas.
Algo complicado de cambiar, cuando es una de las pocas cosas que no cuestan
dinero aparente al usuario y cuyo abuso no está penalizado.
Por otra parte, la saturación y las consultas
médicas de cinco minutos no permiten estudiar en profundidad los problemas del
paciente, y es frecuente terminar la consulta, con
uno o varios medicamentos, por las dudas.
El sistema peca de sobre-diagnóstico
(excesivas pruebas diagnósticas) y sobre-tratamiento, en parte porque el
ciudadano lo percibe como calidad (mientras más me hagan o me den, mejor) y
los gestores y políticos lo consienten. Desgraciadamente, en sanidad, más, no
es necesariamente mejor. A mayor número de pruebas incorrectamente indicadas
traen más falsos positivos, se detectan variaciones que finalmente no son
enfermedad y que obligan a hacer más pruebas agresivas. Mayor número de tratamientos
incorrectamente indicados nos traerán más efectos indeseados e interacciones
entre fármacos.
¿Podemos plantearnos otra forma de leer
la partitura? ¿Algo más dinámico como meter un poco de salsa en la novena
sinfonía?
Probablemente sí, pero me temo que estos
cambios no se iniciarán en las encorsetadas esferas de las organizaciones
sanitarias poco proclives a la innovación y a los experimentos.
Lo cierto es que los ciudadanos cada vez se auto-medican más y
van aprendiendo a buscar mejor información de salud en Internet.
Lo cierto es que cada vez, hay más
profesionales de la medicina, produciendo contenidos para pacientes y con
presencia en Internet. El estudio “toptensalud20” ha investigado más
de 1800 cuentas de Twitter de profesionales y ha llegado a interesantes
conclusiones. Por primera vez hay profesionales produciendo contenido de salud,
en medios electrónicos, en igualdad de condiciones que en medios de prensa
sanitaria o general como el Diario Médico o en El País. Por primera vez existe la posibilidad
de que cualquier ciudadano pueda seguir, leer e interactuar con profesionales de
la salud sin tener que ir obligatoriamente a una consulta.
Aún no sabemos dónde nos van a llevar
estos cambios, pero es fácil deducir que van a transformar mucho las cosas. Si
se le ofrecen opciones a la ciudadanía, esta las va a usar. Si es posible relacionarse con el
sistema de salud por otros medios que no impliquen únicamente una cita a una
consulta, esas posibilidades se usarán.
Francamente, no veo a muchos profesionales
sanitarios adaptando su partitura a los nuevos ritmos que la sociedad plantea,
pero al final tendremos que conseguirlo.
Si atender cincuenta pacientes al día no es una opción viable,
estamos tardando en ponernos las pilas para plantear alternativas.
La supervivencia de muchos profesionales está
en juego, la calidad de la atención sanitaria también.
Fuente: .huffingtonpost.es
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