Aplazar los asuntos pendientes, o dejar para mañana lo que
podrías hacer hoy, es una costumbre muy humana conocida como procrastinación.
Es muy habitual, a pesar de que tiene un elevado costo, pues
los retrasos evitables generan pérdidas en la productividad, además de causar
estragos emocionales, principalmente mermando la autoestima.
Algunos investigadores han estudiado a fondo la
procrastinación y han llegado a la conclusión que las personas se
comportan así, es porque creen que el día de mañana será más adecuado para
poner en práctica lo planeado. Y también han demostrado que la tendencia a
procrastinar es menor si se plantea la tarea en términos muy concretos y
específicos.
Veamos algunos consejos de Nasheli Escobar publicados
en hipertextual.com.:
Conócete a ti mismo
Lo primero que hay que hacer es analizar la situación.
Reflexiona acerca de cómo la procrastinación está afectando tu productividad y
cómo esto puede afectar negativamente el desempeño de tus actividades diarias. Es conveniente que identifiques los hábitos que pueden estar
provocándola y trates de evitarlos al máximo.
Gestiona de manera efectiva
tu tiempo
En ocasiones la cantidad de trabajo que tenemos por realizar
llega a ser abrumadora.
Dividir una tarea compleja en varias más sencillas puede
ser una manera muy efectiva de sobrellevar la carga de trabajo. Sin embargo aún
cuando la tarea es sencilla seguimos posponiendo la fecha para terminar los
pendientes, hasta que ya es demasiado tarde. Crea una línea del tiempo y asigna tiempos específicos y fechas
límite a cada pequeña tarea. Dejar pasar la fecha para terminar una tarea
puede repercutir en la realización de otras previamente establecidas, por lo
que te sentirás con la urgencia de actuar para cumplir tus metas. Tener bien organizados tus deberes y tiempos puede mejorar la
calidad de tu trabajo y evitar el estrés.
Cambia de perspectiva
Reflexionar sobre los dos puntos anteriores puede lograr que
cambie tu perspectiva acerca de lo que es verdaderamente importante para ti en
este preciso momento.
Trata de pensar en qué es
lo que te apasiona hacer, cómo puedes alcanzar tus objetivos y concéntrate en
ello. Quizás, al final te darás cuenta que pasarte todo el
día viendo videos de gatitos no es la solución a tus problemas y que ya es
tiempo de ponerte a trabajar en la pila de papeles sobre tu escritorio.
Comprométete
Crear una lista de tareas y asignarles tiempos no basta para
lidiar con la procrastinación, porque bien puede estar la lista a un lado y tú
puedes seguir leyendo la lista interminable de tweets que publican tus amigos. Comprométete contigo mismo y con las tareas que hay que
realizar. No pierdas el tiempo pensando en que son demasiado
complicadas o aburridas y simplemente ponte a hacerlas, a nadie le beneficiará
más que a ti.
Trabaja en ambientes
productivos
En varios artículos anteriores hemos resaltado la
influencia que tiene nuestro ambiente de trabajo respecto de nuestra
productividad. Procura que tu
oficina tenga una buena iluminación y que los elementos en ella, una
planta sobre el escritorio por ejemplo, te ayuden a crear un ambiente
inspirador. Evita aquellos que puedan distraerte de tus actividades
diarias o que influyan de manera negativa en tu estado de ánimo.
Elimina las distracciones
Las cosas se complican cuando trabajamos desde un ordenador
con conexión a Internet, pues las distracciones se encuentran a sólo un
clic. La búsqueda de una solo palabra o imagen puede transformarse en una
búsqueda interminable que puede emplear varias horas de nuestro valioso tiempo.
Además las redes sociales juegan un papel importante en este tema. Por suerte
existen algunas herramientas y servicios que pueden facilitar la
concentración en el trabajo diario.
Supera los obstáculos
Aún cuando nos comprometemos de corazón, podrán aparecer
obstáculos que nos impedirán cumplir nuestras metas. Así como puedes realizar una lista de tareas, crea una lista de
posibles obstáculos que te encontrarás en el camino y una lista de posibles
soluciones. La experiencia te irá diciendo por dónde encaminar las
soluciones y te ayudará a ahorrar tiempo en el futuro.
Aprende constantemente
Si quieres mejorar tu desempeño —además de mantenerte
ocupado en algo que realmente vale la pena— comienza
por aprender todo lo que puedas, toma cursos, lee, especialízate, estudia
un postgrado, experimenta y no tengas miedo de fallar. Fallar no siempre es malo,
en ocasiones aprendemos más de nuestros errores que de nuestros éxitos.
Recompensa tu progreso
Tú esfuerzo y progreso merece un premio. Crear un sistema de recompensas que te ayuden a celebrar los
logros alcanzados y pequeños "castigos" para cuando fallas en algo. Celebrar comprándote algo
nuevo o yendo al cine cada vez que tienes éxito en un proyecto o privarte de
utilizar el celular por unos cuantos días cuando no lo logras, es una buena
estrategia para incentivar tu productividad.
No seas tan duro contigo
mismo
A pesar de todo lo anterior, llevar un ritmo de trabajo tan
estricto tampoco es bueno. Estar ocupado no permite que nuestra
creatividad, entre otras habilidades, se desarrolle adecuadamente. La clave está en saber balancear nuestro tiempo para poder
realizar todas las actividades del día y aún tener tiempo para nosotros mismos
o para salir a tomar un café con los amigos.
Fuentes varias en la WEB
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