El Sur de Florida es uno de los litorales más vulnerables
actualmente, por estar en una región muy plana y muy baja. Su suelo yace sobre
roca firme calcárea derivada de los arrecifes prehistóricos.
Durante miles de años, el agua de lluvia ácida ha perforado
agujeros en la roca calcárea, permitiendo que las aguas del mar suban cual
burbujas desde abajo y no se pueden construir diques o barras de arena para que
no entre.
En el año 2009, en
Miami Beach,
ya empezaba a llamar la atención, la notoria inundación por acción de las
mareas. En la batalla contra el aumento en los niveles del mar se invierten centenares
de millones de dólares para elevar las vías e instalar equipos de bombeo
para desviar el agua salada hacia la bahía SW Biscayne. (La tasa por pérdida de
elevación del terreno, es algo potencialmente dramático).
Más hacia el este, los ecosistemas de la Bahía de Florida también sufren,
debido a los históricos problemas de drenaje y al cambio climático moderno. Con
algo más de 2,000 kilómetros cuadrados entre la costa sur y los Cayos de
Florida, la bahía alberga una impresionante variedad de plantas, peces, aves,
manatís en peligro de extinción, delfines mulares, tortugas mordedoras y
cocodrilos americanos. Igualmente, las tierras del parque más al norte, recibe
mucho menos agua dulce que antes.
Se podría desestimar la deplorable situación de los humedales
por ser una trivialidad al compararse con el aniquilamiento de ciudades enteras
a lo largo del litoral del Sur de Florida, pero las dos cosas están conectadas.
Millones de personas que viven en la zona metropolitana de Miami
beben agua proveniente del acuífero Biscayne, un enorme yacimiento de agua
dulce con forma de lente debajo de gran parte del Sur de Florida.
Si los Everglades se tornaran más salobres entonces lo mismo
pasaría con las aguas que se consumen en Miami.
La mayoría de los seis millones de habitantes de su área
metropolitana saben que la ciudad acabará siendo víctima de la subida del
nivel del mar. Ya casi nadie discute si ocurrirá o no. Lo único que no se sabe
es en qué momento la mayor parte de Florida pasará a ser inhabitable por culpa
de las aguas. Puede ser en 20 años, en 50 o en 100.
Para Harold Wanless,
profesor de Geología en la Universidad de Miami que lleva desde los ochenta
avisando del peligro de la subida del nivel del mar. Cree que los acuerdos
internacionales para la protección del clima son buenos, pero que en el caso de
Miami ya es demasiado tarde para revertir la situación.
Philip Lavine, alcalde de Miami, está convencido de que la
ciudad se puede salvar.
Si dijera otra cosa, podría provocar una huida en estampida de
los inversores.
Y Se sigue construyendo como si no hubiera peligro… y los incautos
comprando.
Ver también:
Fuente: Varios periódicos en la Web
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