sábado, 19 de mayo de 2018

LOS SECRETOS DE FAMILIA

Todas las familias tienen secretos guardados, hasta las más normales, porque todos los seres humanos hacen cosas de las que luego se arrepienten y las silencian. Cuando alguien me dice “en mi familia no hay ningún secreto” yo pienso: “Lo que pasa es que todavía no lo has descubierto”.

El secreto es como un animalillo inmortal que se pretende ocultar en una generación, pero que en las siguientes reaparecerá ingeniosamente disfrazado. Por vergüenza, por protección a los hijos o por diferentes miedos, hay hechos y circunstancias que las familias pretenden que no salgan a la luz. Estos secretos forman una estructura que se deslizará de diferentes maneras sobre las generaciones siguientes.
Los secretos más comunes se refieren a enfermedades mentales, asesinatos, suicidios, violaciones, homosexualidad, incesto, prostitución, exilios, cárcel, etc.
Frecuentemente se manifiestan en los descendientes por medio de accidentes, fobias, repeticiones, psicosis, autismo, enfermedades congénitas que afectan a los órganos de los sentidos, tumores, etc.

¿Qué es la familia?
La familia es lo permanente, estaba antes de que llegáramos, le pertenecemos mientras vivamos y seguirá existiendo después de nosotros. Es una generación de vivos, que caminan como mínimo con dos generaciones de muertos a la espalda hasta la línea de meta, donde le toca subirse a la espalda de la siguiente generación de vivos.
Recordemos que desde la perspectiva de la psicogenealogía, cada uno de nosotros está habitado por las tres generaciones que lo preceden, lo que hace un mínimo de catorce personas. Desde esta perspectiva, consideramos que los secretos guardados en una generación son un manantial insano de traumas y conflictos para los que lleguen después,
“es agua sucia”.

¿Hay alguna relación entre la enfermedad y los secretos familiares?
Anne Ancelin Schützenberger dice: “Los duelos no hechos, las lágrimas no derramadas, los secretos de familia, las identificaciones inconscientes y “lealtades familiares invisibles” pasean sobre los hijos y los descendientes. “Lo que no se expresa por palabras se expresa por dolores”.
Freud: “Aquel cuyos labios callan, conversa con la punta de los dedos. Se traiciona por todos los poros”.
Claudine Vegh: “Vale más saber una verdad, aun cuando sea difícil, vergonzosa o trágica, que ocultarla, porque aquello que se calla, es subordinado o adivinado por los otros y ese secreto, se convierte en un traumatismo más grave a largo plazo”.
Alejandro Jodorowsky, nos invita a liberarnos del árbol familiar, del encasillamiento forzado por el que se nos atribuyen frecuentemente cualidades de personas muertas, lejanas, o se toma algún incidente de nuestra infancia para asignarnos de por vida un papel, y donde estamos marcados por un número en el escalafón.

¿Cómo podemos reconocer nuestro árbol genealógico?
Podemos reconocer a nuestro árbol por la huella que este ha dejado en nosotros. El cuerpo humano refleja los problemas o enfermedades heredadas del árbol.

¿Tiene importancia plantearse si en nuestra familia hay secretos escondidos?
Lo que un antepasado calla, tiende a ser expresado en uno de sus descendientes por múltiples vías: accidentes, enfermedades, elecciones de pareja, decisiones importantes, vocaciones, etc.
Parece ser que, “lo no dicho” tiene su propia presencia, generación tras generación y tiende a materializarse de alguna manera.

¿Cómo podemos darnos cuenta de que en nuestro árbol hay un secreto?
Cuando el árbol quiere desvelarte un secreto, crea una estructura, algo que se repite, con eso pretende llamar tu atención. Por ejemplo una fecha que se repite, un estilo de elección de maridos, unos accidentes con ingredientes similares.

¿Por qué cada árbol genealógico guarda sus secretos?
Entre otros, por vergüenza, por pudor, por proteger a los niños o auto protegerse ante la sociedad.

¿Tiene importancia la generación que guardó el secreto en la formación de nuestra personalidad?
Cada secreto que tenemos, está en el estrato que le corresponde:
– Mis ideas locas secretas, están en mis bisabuelos.
– Mis emociones secretas, están en mis abuelos.
– Mis secretos sexuales-creativos, están en mis padres.
– Mis secretos materiales de territorio, están en mis hermanos.

El árbol guarda secretos, al tiempo que puede intentar revelarlos.
En todo árbol hay un héroe, el que lo sana y se sana, el que eleva su nivel de consciencia y frena de alguna manera que siga “corriendo el agua sucia” hacia generaciones venideras.

¿Hay árboles sanos?
A riesgo de equivocarnos, parece que no existen los árboles sanos porque vivimos en una sociedad enferma.

Por Alejandro Jodorowsky

No hay comentarios:

Publicar un comentario