Existe
una hormona en nuestro organismo que se llama oxitocina, es la encargada de generar los primeros lazos emocionales entre
la madre y su bebé recién nacido. Por esta razón, es conocida como la hormona
de la empatía, y funciona de la misma manera cuando vemos la imagen de unos
pequeños gatitos.
La
oxitocina, fomenta la empatía, nos calma, y genera un sentimiento de
felicidad automático. En este proceso hormona, también está implicado el cortisol, que es un neurotransmisor que agudiza
nuestra atención y que nos hace ocupar el tiempo que sea necesario en esta
tarea.
Aunque
no tengas gato, ni te consideres un amante de estos animales, seguro que más de
una vez te has quedado frente a la pantalla admirando una foto entrañable de
gatitos y son estos, un tema muy exitoso en Internet.
La ternura atribuida a los gatitos rescata
distintas facultades evolutivas de nuestro ser, tales como la tendencia a proteger a los
pequeños, y a consolar a quienes presentan algún malestar.
Algunos estudios
establecen que ver fotos de cachorritos aumenta la productividad. De por qué
reaccionamos de esta forma, hay varias teorías, siendo la más interesante la
del ganador del Premio Nobel Konrad Lorenz.
Fue él
quien determinó que los humanos suelen, por naturaleza,
sentir ternura frente a ciertas características físicas
como ojos grandes, narices pequeñas, cachetes gordos, piel suave y cuerpos
chiquitos.
Este postulado explicaría
por qué, el humano reacciona de esa forma cuando ve fotos de perros,
gatos, ositos o bebés. Ante la presencia de tales rasgos faciales, la
evolución determina que se dispare el famoso instinto
maternal, despertando así la necesidad de proteger a esas criaturas
indefensas.
Según
el psicólogo Hal Herzog, de la Western Carolina
University, los humanos amamos a los animales por esa necesidad del hombre de
ser querido y recibir afecto, un hecho que queda demostrado por todas esas
personas que reaccionan ante esas peludas criaturas como quizás no lo hagamos
ante otras personas con las que convivimos en el mundo.
Según
Hal Herzog, los humanos tenemos una predilección por los animales desprotegidos.
Mientras que una persona puede, llamar a la policía o huir en un avión, el
animal es un ser indefenso a merced de las decisiones de los seres humanos que están
asolando sus hábitats. He ahí donde reside la base de la empatía.
La ternura atribuida a los animales rescata
distintas facultades evolutivas de nuestra especie, tales como la tendencia a proteger a los
pequeños, y a consolar a quienes presentan algún malestar, entre otras”,
Los
gatos son animales que presentan un carácter muy parecido al nuestro. ¿Porque?
Porque al igual que los seres humanos, los gatos también se socializan entre
sí.
Los
gatos son animales que, si les muestras cariño, él te lo dará. Y si le ignoras,
hará todo lo posible por llamar tu atención. Cuando lo tratas mal, el gato
pierde la confianza con su amo y puede pasar un largo tiempo para que el vuelva
a confiar en su amo de nuevo. Todos estos comportamientos y actitudes hacen que
tengan una gran similitud con nosotros.
Curiosidades:
* Las personas que prefieren a
los gatos suelen ser aproximadamente un 12 por ciento neuróticas.
* Los dueños de los gatos tienen
mayor predisposición a vivir solos y tienen más probabilidad de habitar un apartamento o piso.
* Los amantes de los gatos
suelen ser relativamente introvertidos y tienen menor grado de amabilidad. Asimismo, no
presentan grandes rasgos de ser dominantes.
Los gatos, a menudo son
invisibles durante el día, apareciendo
solo en la noche. De vez en cuando se involucran en actividades sociales o
juegan con la gente, su interés es limitado. En ese sentido, por lo general,
los gatos, después de algunos minutos,
abandonan el juego y se
alejan.
En cuanto a la confianza,
los dueños de felinos, demuestran ser
bastantes confiados. Las personas que muestran altos grados en esta dimensión
suelen ser reconocidas como gente muy amable, modesta y sencilla.
Fuente: Varias páginas en
la WEB
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