miércoles, 27 de marzo de 2013

La historia del SUDOKU

Para encontrar los orígenes del Sudoku debemos remontarnos a 1783, cuando un famoso matemático y físico llamado Leonhard Euler (nacido en Basilea, Suiza), ideó un sistema de probabilidades para representar una serie de número sin repetir, el “Cuadrado Latino” que es una disposición en forma de matriz de n X n elementos, donde cada casilla se ocupa por uno de los n (Números o símbolos), de manera que cada uno de ellos aparece tan sólo una vez en cada columna y en cada fila.
Con esta base, en 1970 la editorial Math Puzzles and Logic Problems publicaba una sección con el nombre de “Number place” por lo que este enigma matemático se convirtió en pasatiempo, pero años más tarde se perdió en el olvido.

Luego, este juego de enigmas numéricos re-apareció en Nueva York (Estados Unidos) en el año 1979, concebido por el arquitecto Howard Garns.
Más tarde, la editorial Puzzle Communication Nikoli lo trasladó a Japón, publicándolo por primera vez en el periódico Monthly Nikolist en abril de 1984, con el nombre de “Suji wa dokushin ni kagiru” (“Limitado a un sólo dígito”). Fue Kaji Maki, presidente de Puzzle Communication Nikoli, quien le puso el nombre, pues lo redujo a la palabra SUDOKU, que deriva de “SU” (número) y “DOKU” (sólo), ya que en el idioma japonés es normal tomar el primer kanji (ideograma) de las palabras compuestas, con el fin de simplificarlas.


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En el año 1986, la empresa Nikoli incluyó dos novedades que reforzarían la popularidad del Sudoku: el número de cifras que venían asignadas estaría restringida a un máximo de 30 y sería “simétrico” (o sea, las casillas con los dígitos mostrados, estarían dispuestas de forma simétricamente rotatoria). Aunque esto no siempre se cumple en los Sudokus actuales.

A partir de la segunda mitad de la década pasada, el Sudoku tuvo un resurgimiento internacional como entretenimiento mental, siendo publicado en numerosas publicaciones como el pasatiempo de moda. La finalidad del Sudoku es completar una cuadrícula de 9×9 celdas (81 casillas) dividida a su vez en subcuadrículas de 3×3 (también denominadas “cajas” o “regiones”) con los dígitos del 1 al 9. En cada fila, columna o subcuadrícula deberán aparecer los dígitos del 1 al 9 sin repetirse. Para poder adivinar las posiciones, suelen mostrarse algunos números ya dispuestos en algunas de las celdas como pista.

Aunque se podrían emplear colores, letras o figuras, lo importante es que sean nueve elementos diferentes entre sí. La causa de la generalización en el uso de números, es que son más fáciles de memorizar. La solución de un Sudoku siempre es un cuadrado latino, aunque el recíproco en general no es cierto ya que el Sudoku establece la restricción añadida de que no se puede repetir un mismo número en una región.

Fuente: blogodisea.com

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