Nadie diría
al ver a este enclenque japonés de apenas 1.50 metros, con manos y pies
pequeños, que cojea al caminar, con una voz débil, hijo de una rica familia de
Kobe, sea un terrible asesino, caníbal y famoso necrófilo.
Hoy, toda
una celebridad en Japón, un personaje televisivo, crítico literario y de
cocina, comentarista ocasional de las atrocidades de otros asesinos.
Nacido en
Kōbe hace 60 años, fue un niño débil, enfermizo e introvertido. Cuando iba al
bachillerato estaba obsesionado con la actriz Grace Kelly, una obsesión que
duró hasta que fue a la universidad. Fue el inicio de su fascinación por la
gente occidental. Antes de que se diera cuenta, las mujeres altas, caucásicas y
bellas se convirtieron en su fantasía caníbal.
Fue a París
a continuar sus estudios de literatura, pero sus deseos antropófagos no
parecían aplacarse. Cada noche llevaba una prostituta a casa, intentaba matarla
pero nunca se atrevió. Hasta el 11 de junio de 1981 que Sagawa invitó a cenar a
Renée Hartevelt de 25 años, una estudiante holandesa en La Sorbona. Tras su
llegada, la disparó por la espalda en el cuello con un rifle que había comprado
con el propósito de llevar a cabo su plan antropófago. La chica murió en el
acto.
Era lo que
había soñado durante 32 años y ahora por fin estaba ocurriendo. Tras asesinarla
practicó necrofilia con ella y luego comenzó con su plan de devorarla,
comenzando con los muslos. En entrevistas posteriores, dijo que se sorprendió
al observar que la grasa humana tenía color semejante al maíz. Durante los dos
días siguientes continuó comiendo varias partes del cadáver que guardaba en un
frigorífico. Describió la carne humana como "suave y sin olor", como
el atún fresco.
Un
agradable y único sushi.
Tras unos
días, intentó deshacerse del cadáver hundiéndolo en un lago, pero fue
sorprendido in fraganti por varios testigos. Cinco días después fue arrestado
por la policía francesa, sin embargo, un análisis psicológico lo declaró
demente e imposibilitado para ser juzgado.
Pese a ello
fue declarado culpable del homicidio y del banquete, aunque los atenuantes de
enajenación mental y los trastornos severos de personalidad facilitaron su
traslado a un hospital psiquiátrico de máxima seguridad.
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Posteriormente
es deportado a su país natal en parte gracias a su padre, un influyente hombre
de negocios japonés. Sin embargo, la deportación no estableció cuanto tiempo
Sagawa debería permanecer recluido por lo que luego fue liberado cuatro años
después del voraz crimen.
Issey
Sagawa se beneficio de un vacío legal. O sea, que los peritos japoneses no lo
consideraban un enfermo mental ni recomendaban internarlo en el manicomio.
Tampoco la justicia nipona podía condenarlo por un acto de canibalismo
enfermizo cometido en el suelo de Francia.
En la
actualidad vive solo, en un piso de soltero, dedicado a la literatura. A menudo
acude como invitado a programas de televisión, donde suele dar su opinión sobre
asesinatos, recetas de cocina etc.
Su historia
inspiró en 1983 a los Rolling Stones para el tema "Too Much Blood".
Fuente:
meridianos.es
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