En el siglo II de nuestra era (100
años después del nacimiento de Cristo), los cristianos sólo conmemoraban la
Pascua de Resurrección, pues desconocían el momento del nacimiento de Jesús.
Durante los siglos siguientes, al comenzar a aflorar el deseo de celebrar el natalicio de Jesús de una forma clara y diferenciada, algunos teólogos, basándose en los textos de los Evangelios, propusieron datarlo en fechas tan dispares como el 6 y 10 de enero, el 25 de marzo, el 15 y 20 de abril, el 20 y 25 de mayo y algunas otras. La Iglesia armenia fijo el nacimiento de Cristo el 6 de enero, mientras otras iglesias orientales, egipcios, griegos y etíopes propusieron fijar el natalicio en el día 8 de enero.
Finalmente, dado que en el concilio de Nicea (año 325) se declara oficialmente que Jesús es una divinidad, se decidió fijar el natalicio de Cristo durante el solsticio de invierno (en el hemisferio norte) o sea, el 25 de diciembre, fecha en que se festejaba el nacimiento de variadas deidades romanas y germanas. Se tomo por fecha inmutable, durante el pontificado de Liberio (352-366), la noche del 24 al 25 de diciembre, día en que los romanos celebraban el Natalis Solis Invicti, el nacimiento del Sol Invicto (un culto muy popular y extendido). Las iglesias orientales siguieron y siguen festejando la Navidad el 6 de enero.
Durante los siglos siguientes, al comenzar a aflorar el deseo de celebrar el natalicio de Jesús de una forma clara y diferenciada, algunos teólogos, basándose en los textos de los Evangelios, propusieron datarlo en fechas tan dispares como el 6 y 10 de enero, el 25 de marzo, el 15 y 20 de abril, el 20 y 25 de mayo y algunas otras. La Iglesia armenia fijo el nacimiento de Cristo el 6 de enero, mientras otras iglesias orientales, egipcios, griegos y etíopes propusieron fijar el natalicio en el día 8 de enero.
Finalmente, dado que en el concilio de Nicea (año 325) se declara oficialmente que Jesús es una divinidad, se decidió fijar el natalicio de Cristo durante el solsticio de invierno (en el hemisferio norte) o sea, el 25 de diciembre, fecha en que se festejaba el nacimiento de variadas deidades romanas y germanas. Se tomo por fecha inmutable, durante el pontificado de Liberio (352-366), la noche del 24 al 25 de diciembre, día en que los romanos celebraban el Natalis Solis Invicti, el nacimiento del Sol Invicto (un culto muy popular y extendido). Las iglesias orientales siguieron y siguen festejando la Navidad el 6 de enero.
La fiesta pagana más estrechamente
asociada con la nueva Navidad era el Saturnal romano, el 19 de diciembre, en
honor de Saturno dios de la agricultura, que se celebraba durante siete días de
bulliciosas diversiones y banquetes.
Una vez incorporados estos
elementos, la Iglesia añadió posteriormente en la Edad Media el nacimiento y
los villancicos a sus costumbres. En esta época, los banquetes eran el punto
culminante de las celebraciones. Todo esto tuvo un abrupto final en Gran
Bretaña cuando, en 1552, los puritanos prohibieron la Navidad.
Aunque la Navidad volvió a
Inglaterra en 1660 con Carlos II, los rituales desaparecieron hasta la época
victoriana.
La Navidad, tal como la conocemos
hoy, es una creación del siglo XIX.
El árbol de navidad, originario de
zonas germanas, se extendió por otras áreas de Europa y América.
Los villancicos fueron recuperados y
se compusieron muchos nuevos (la costumbre de cantar villancicos, aunque de
antiguos orígenes, procede fundamentalmente del siglo XIX).
Las tarjetas de navidad no empezaron
a utilizarse hasta la década de 1870, aunque la primera de ellas se imprimió en
Londres en 1846.
La familiar imagen de Santa Claus,
con el trineo, los renos y las bolsas con juguetes, es una invención
estadounidense de estos años, aunque la leyenda de Papá Noel sea antigua y
compleja, y proceda en parte de San Nicolás y una jovial figura medieval, es el
espíritu de navidad.
Actualmente, la Navidad es tiempo de
gran actividad comercial e intercambio de regalos, reuniones y comidas
familiares. En los países de América Latina, de arraigada tradición católica,
se celebra especialmente la Nochebuena (24 de diciembre) con una cena familiar
para la que se elaboran una diversidad de platos, postres y bebidas
tradicionales. También se acostumbra asistir a la Misa del gallo y celebrar con
cohetes y fuegos artificiales.
Tomado de varias fuentes.
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