miércoles, 28 de mayo de 2014

LALIBELA en ETIOPÍA “LA IGLESIA DE DIOS”



Un pueblo perdido en las tierras altas al norte de Etiopía alberga uno de los conjuntos arquitectónicos más bellos del mundo: una docena de iglesias talladas en roca viva en bloques únicos bajo el nivel del terreno, cincelando toneladas de piedra volcánica hasta lograr que brotaran monolíticas catedrales en profundas zanjas.

Lalibela, antiguamente llamada Roha, fue la capital de la dinastía Zagüe. Recibió su nombre actual del rey Gebra Maskal Lalibela (1172-1212), canonizado por la Iglesia etíope, que quiso construir en la ciudad una nueva Jerusalén en respuesta a la conquista de Tierra Santa por los musulmanes. Muchos de sus edificios históricos tomaron su nombre de edificios en aquella ciudad y fueron construidos excavando la roca de la montaña.
Las iglesias de Lalibela se distribuyen en dos grupos principales, separados por el canal de Yordanos, que representa el río Jordán, pero comunicadas entre sí por túneles, pasadizos y trincheras. El lugar fue concebido para que su topografía correspondiera a una representación simbólica de Tierra Santa. Una cruz monolítica marca el punto de partida del recorrido efectuado por los peregrinos.
Las doce iglesias fueron excavadas bajo la superficie de la tierra, llegando en algunos casos a alcanzar los 15 metros de altura. Rodeadas por patios y zanjas, túneles y pasadizos que las conectan entre sí.
Ninguna es igual a otra, talladas en bloques únicos, sin ladrillos, madera ni argamasa. "Construidas por Dios", dicen los sacerdotes.
Desde las paredes de roca, decoradas con rotunda sencillez, miran  las decenas de santos, ángeles  y  vírgenes de piel tostada y expresión ingenua pintados por artistas antiguos.
Pero en cuanto los ojos se habitúan a la penumbra descubren los maravillosos murales policromados de las paredes representando escenas  de la Biblia. 

Sus templos siguen en activo como el primer día, acogiendo inmutables los ritos, plegarias y salmodias tal y como se desarrollaban en la época de Lalibela (En el siglo XII).
La gente sigue yendo a misa cada día envuelta en túnicas y turbantes de algodón blanco para cantar  y rezar

Las iglesias son tesoros para Etiopía, como las grandes pirámides lo son para Egipto.
Las iglesias talladas en roca de Lalibela, Etiopía, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978.
El cristianismo llegó a Etiopía en el siglo IV y hoy sobrevive en su forma ortodoxa. El 60% de la población lo profesa y el Islam es profesado por un 30%.
Los templarios no participaron en la construcción de estas iglesias; existen pruebas de que fueron obra exclusiva de la civilización etíope medieval


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