Los ftalatos o ésteres de ácido ftálico
son un grupo de compuestos químicos principalmente empleados como
plastificadores (sustancias añadidas a los plásticos para incrementar su
flexibilidad).
Uno de sus usos más comunes es la
conversión del poli-cloruro de vinilo) (PVC) de un plástico duro a otro
flexible.
Los ftalatos se usan
también con frecuencia en los esmaltes de uñas, adhesivos, masillas, pigmentos
de pintura, juguetes de niños y en la mayoría de los juguetes sexuales.
En éste último caso, el porcentaje de
ftalatos usado en juguetes sexuales va desde el 40% hasta el 80% del peso total
del producto, lo cual es mucho mayor que en cualquier otro producto que incluya
ftalatos.
Los fabricantes de juguetes sexuales, para
lograr que sus productos sean lo más suaves posibles, agregan niveles de
ftalatos mayores a los permitidos y además adicionan una mayor cantidad de
estabilizadores de zinc, plomo, estaño, bario o cadmio (metales pesados y
tóxicos), creando así un cóctel letal para la salud humana, ya que estos
juguetes son usados internamente.
Los juguetes de niños contienen de entre
20% a 50% de ftalatos del peso total del producto, esas proporciones fueron
suficientes para que muchos países prohibieran la fabricación y
comercialización por considerarse un riesgo para la salud.
Si bien la fabricación y comercialización
de los juguetes de niños está regulada por las instituciones de salud de muchos
países, hasta el momento, en ningún país de Latinoamérica existe una regulación
sobre el uso de ftalatos en juguetes sexuales.
Los juguetes infantiles y los sexuales, hechos
con ftalatos contaminan el cuerpo humano de forma gradual, poco a poco según el
tiempo que el individuo esté expuesto a este material día tras día, es por ello
que se recomienda que al seleccionar estos productos, se adquieran, los
fabricados con materiales alternativos tales como Silicona Pura y Silicon Flesh
(Carne de Silicona).
Si una persona usa un juguete con
contenido de ftalatos, no va a sentir en ese momento daño alguno, ni ninguna
sensación extraña, simplemente va a administrarse microdosis de ftalatos que
van a ir directamente a la sangre, al ser absorbidos por las mucosas. En cada
uso de dicho juguete, se administrará una dosis que aumentará de forma
periódica los niveles de ftalatos en la sangre. Esto significa que a mayor uso
mayor contaminación.
Los fabricantes
de los juguetes, no ilustran el empaque con un bebé de labio leporino, sólo, en
alguna parte de la envoltura, en una esquina, con letras diminutas, hay una
''Warning'', una advertencia, que uno de sus componentes es ácido ftálico.
Eso quiere
decir que:
Muchas
de las ligas de colores que los adolescentes usan para hacer tiernas pulseras
de colores contienen ácido ftálico, conocido en la industria química por causar
cáncer, malformaciones y defectos reproductivos.
Igual que el
humo del cigarro, el ftálico puede generar daños pulmonares si alguien se
expone de manera frecuente o a concentraciones altas. Es posible que
diariamente consumamos este químico, si estamos acostumbrados a calentar comida
en recipientes plásticos.
Hay distintos tipos de ácido ftálico y
todos son tóxicos en algún grado, pero el DEHP, que se usa para fabricar
las ligas que están de moda, es el más económico y uno de los más dañinos,
según las últimas investigaciones. Las ligas con ácido ftálico están por
todas partes.
Fuente: muchas páginas en la web
Por favor, es preciso que hagan público esto a viva voz aunque al ministerio de salud no le interesemos nosotros. He podido darme cuenta de que no es un mito y que es urgente que se pongan las cartas sobre la mesa; no podemos seguir permitiendo que sin saberlo, nuestros niños y jóvenes sean adictos a un veneno letal que por obligación debe ser controlado a nivel internacional.
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