Huffington post.es - Septiembre
22 de 2015
Volkswagen, el
fabricante alemán de automóviles intenta gestionar, cómo pueda, el escándalo
que se ha generado después de reconocer que entre 2009 y 2015 manipuló 11
millones de motores diesel en todo el mundo para falsear las emisiones y eludir
así las normas medioambientales en Estados Unidos.
La situación ha llevado al mayor
fabricante de automóviles del mundo, junto con Toyota, a pedir perdón, lo que
no ha evitado su desplome en la Bolsa de Frankfurt. Sólo este lunes perdió un
18,6%.
El escándalo afecta también
al dueño de marcas como Audi, Skoda, Seat o Porsche.
La Agencia de Protección
Medioambiental (EPA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos
reveló el viernes que Volkswagen instaló durante seis años un programa
informático en varios modelos diesel de forma deliberada para esquivar los
límites de emisiones de gas.
Dos días después, la propia empresa
admitió sus trampas. El presidente de la junta ejecutiva, Martin Winterkorn,
declaró que la firma había iniciado una intensa investigación para descubrir el
origen del engaño. "Es una violación muy seria, es ilegal y una amenaza
para la salud", dijo la agencia.
El falseamiento no es menor, dado
que los coches afectados pasaban sin problemas las pruebas de gases, pero en
circulación por carretera emitían hasta 40 veces más contaminantes de lo
permitido.
El sistema informático
que Volkswagen instaló en sus motores era capaz de detectar cuándo el coche
estaba siendo sometido a esas pruebas para activar el engaño o cuándo estaba
circulando por carretera para desactivarlo. Lo reconocía analizando factores
como la posición del volante, la velocidad, la presión barométrica o la
duración de la operación.
Una vez que el sistema informático
reconocía dónde estaba el coche, ordenaba al motor comportarse de una forma u
otra. Así, si 'sabía' que el vehículo estaba pasando una prueba, bajaba sus
emisiones contaminantes y cumplía con la normativa estadounidense. El problema
era que cuando el software detectaba que se estaba circulando por carretera,
esas emisiones se disparaban, superando en 10 o 40 veces los límites legales.
Cerca de 482.000 vehículos
de Volkswagen y de Audi en Estados Unidos y hasta 11 millones en todo el mundo.
En concreto, la empresa utilizó el software para falsear las emisiones, al
menos, en los modelos Jetta (2009-2015), Beetle (2009-2015), Audi A3 (2009-2015), Golf (2009-2015) y Passat
(2014-2015). Todos ellos están equipados con el motor de tipo EA 189.
Según la prensa especializada, un 25% de los coches que Volkswagen vende en
Estados Unidos llevan este motor.
"Investigaciones internas
muestran que el software estaba presente también en otros vehículos diésel del
grupo", señala un comunicado de la compañía.
Según la compañía alemana, el
sistema informático no tiene ningún efecto para el día a día de los
conductores. "El software en cuestión no
afecta a la conducción, ni al consumo, ni a las emisiones", asegura
Volkswagen.
Según esa versión, los usuarios de
los modelos que están afectados podrán seguir utilizándolos con toda
normalidad. Pero si, como todo parece indicar, la compañía llama a revisión a
los modelos afectados en Estados Unidos, podría haber consecuencias negativas,
según algunas publicaciones especializadas.
Diariomotor asegura que
posiblemente se reducirán las prestaciones o aumentarán los consumos de
estos motores ya que podría ser necesaria la instalación de sistemas
anticontaminación adicionales en los vehículos o un software modificado para
modificar el software instalado por la firma alemana.
Ha
pedido perdón. "La hemos cagado por
completo. Hemos sido deshonestos con la EPA [la agencia de protección
medioambiental], hemos sido deshonestos con el consejo de la ARB [la agencia
que se ocupa de la calidad del aire en California], hemos sido deshonestos con
todos ustedes", señaló el jefe de Volkswagen en Estados Unidos,
Michael Horn. "Tenemos que arreglar los coches para evitar que esto vuelva
a suceder y tenemos que hacer esto bien. Este tipo de comportamiento va
totalmente en contra de nuestros valores", añadió.
La compañía informó de que hará una
provisión de 6.500 millones de euros en el tercer trimestre destinada a
recuperar la confianza de los clientes y a hacer frente a las posibles
pérdidas. Afirma, además, que revisará de forma correspondiente el objetivo de
beneficios para 2015.
Volkswagen,
se podría enfrentar a una multa en EEUU de 37.500 dólares por coche vendido, lo
que daría un total cercano a los 18.000 millones de dólares (unos 15.900 millones
de euros). Además, sus acciones se están desplomando en la Bolsa de
Frankfurt, lo que está arrastrando a otras compañías del sector
automovilístico. Este martes, BMW perdía un 6,1%; Daimler cedía un 6,4% y el
fabricante de neumáticos Continental lo hacía un 4,7%.
Las consecuencias van
más allá: Volkswagen ha dejado temporalmente de vender modelos diesel en EEUU.
El grupo se está debilitando en el país y ha tenido que disminuir los objetivos
de ventas. Además, especialistas citados por The Huffington Post en
Alemania avisan de que este escándalo puede ser un duro golpe para la
potente industria automovilística alemana en su conjunto, lo que podría
"poner en peligro" puestos de trabajos en el país.
Por otro lado, y según informa El
País, el presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, está en una situación
insostenible. Este mismo viernes iba a prolongar dos años su contrato, pero
tras el enorme escándalo puede terminar con su carrera.
El ministro francés de Finanzas,
Michel Sapin, ya ha exigido una investigación "a escala europea"
sobre el cumplimiento por los fabricantes de vehículos de las reglas contra la
contaminación. "Es importante tranquilizar", afirmó en una entrevista
a la emisora de radio Europe 1 Sapin, que consideró que la investigación no
tiene que limitarse a Volkswagen.
Mientras, el Ejecutivo alemán va a
ordenar realizar nuevos exámenes de emisiones independientes a todos los
vehículos diesel de Volkswagen comercializados en Alemania. En paralelo,
también Corea del Sur va a iniciar una investigación sobre los vehículos diésel
de la compañía.
Fuente: huffingtonpost.es
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