El Mar
de Aral se seca irremediablemente.
Su cuenca oriental ha desaparecido
completamente en los últimos años. En realidad le llamamos mar pero no es tal;
se trata de un lago endorreico (Área en la que el
agua no tiene salida fluvial hacia el océano), situado en Asia Central que limita con
Kazastán al norte y con Uzbekistán al sur.
Las
impactantes imágenes comparativas tomadas por la NASA entre su situación a 25
de agosto de 2000 y a 19 de agosto de 2014 muestran una dramática realidad.
En los
años 60 era el cuarto mar, más grande
del mundo con sus 65.000 kilómetros cuadrados de extensión y hoy esta
superficie apenas si llega al 10% de aquélla.
Este
desastre ecológico muy bien retratado por Isabel Coixet en 2010 en el
documental “Aral, el mar perdido”, ha tenido unas consecuencias brutales para
las comunidades limítrofes.
De
hecho, la región registra la tasa de mortalidad infantil más elevada de lo que
antaño fue la URSS.
¿Cómo se ha llegado a esta situación?
El origen de todo está en un
proyecto de la Antigua Unión Soviética, puesto en marcha entre 1954 y 1960,
para construir un canal de 500 kilómetros de longitud que cogería un tercio del
agua del río Amu Darya, uno de los que desembocan en el mar de Aral, para
irrigar una enorme extensión de tierra entre Uzbekistán y Turkmenistán
destinada al cultivo del algodón. Pero la mala organización y gestión de esta
explotación, obligó a obtener más agua de otros ríos como el Syr Darya, y
el Mar de Aral comenzó su progresivo proceso de desecación.
El
caudal ha estado disminuyendo desde 1960, y el nivel del Mar de Aral bajó 16
metros entre ese año y 1996. La falta de lluvia y nieve sobre las montañas del
Pamir también han contribuido al bajo nivel de las aguas.
Además
el 95% de las presas y zonas cercanas, se han transformado en verdaderos
desiertos y los más de 50 lagos de los deltas, equivalente a unas 60.000
hectáreas, se han secado.
Un
satélite de la NASA comenzó a capturar imágenes del Mar de Aral en el año 2000
y la sucesión de instantáneas nos revela su trágico destino. Entonces las parte
norte de Kazastán y la sur de Uzbekistán ya estaban separadas.
Las iniciativas para frenar su
desaparición total no han tenido el éxito esperado debido a que el agua del Amu
Darya en el sur del Mar de Aral son utilizadas para la industria algodonera de
Uzbekistán. Y la presa construida para salvar el norte del mar han acabado con
las esperanzas de recuperar el sur.
En el documental de Coixet
podemos ver la situación de las regiones que bordean el Mar de Aral, donde
viven unos 60 millones de personas. La industria pesquera ha quedado devastada, dejando varados cientos de barcos que crean un paisaje similar al
de un apocalipsis, la sal que ha quedado en la superficie se ha extendido por
los campos circundantes, el agua está contaminada y las temperaturas son más
extremas en verano e invierno.
Nota de wuv. Triste realidad de lo que estamos haciendo
para acabar con el medo ambiente. En nuestra América del Sur la minería ilegal desvía ríos,
usa indebidamente Mercurio y hace tala de bosques. Estamos ampliando los
desiertos. Triste futuro.
Fuente: labrujulaverde.com
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La locura comunista.
ResponderEliminarmuy triste:(
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