sábado, 15 de febrero de 2020

LOS ALIENÍGENAS SÓLO NOS OBSERVAN

La paradoja de Fermi es la contradicción que existe, entre los que afirman que hay una alta probabilidad de que existan otras civilizaciones inteligentes en el universo, y la ausencia de evidencia de dichas civilizaciones.
Surgió en 1950 en medio de una conversación informal del físico Enrico Fermi 
con otros físicos amigos, que ha tenido implicaciones en los proyectos de búsquedas de señales de civilizaciones extraterrestres.
La paradoja puede resumirse de la manera siguiente: La creencia común de que el Universo posee numerosas civilizaciones avanzadas tecnológicamente, y combinada con nuestras observaciones que sugieren todo lo contrario, es paradójica, sugiriendo que nuestro conocimiento o nuestras observaciones son defectuosas o incompletas.
Si hay unos 400 mil millones de estrellas tan solo en nuestra Galaxia, y alrededor de 400 mil millones de galaxias en el universo, parece razonable que en algún lugar de ahí fuera, en un cosmos de 14 mil millones de años de existencia, haya, o alguna vez haya habido, al menos una civilización tan avanzada como la nuestra. La mera inmensidad de los números casi nos obliga a admitir la veracidad de esta hipótesis. Pero, entonces, ¿por qué no hemos encontrado ninguna señal, ningún mensaje, ningún artefacto de esos extraterrestres?

Los científicos contemporáneos están de acuerdo en que, los extraterrestres existen, si no han hecho contacto con humanos es simplemente porque no quieren.
El prestigioso astrofísico Neil DeGrasse Tyson expone continuamente en sus conferencias que: Estos seres son mucho más inteligentes de lo que imaginamos. Eso les impide rebajarse a nuestros sistemas convencionales de comunicación, por lo que se limitan a ver el planeta tierra como una especie de zoológico.
En una reciente conferencia que DeGrasse ofreció en el Festival Internacional Starmus en España, explicó la posible percepción de los alienígenas, sobre la especie humana:
«Estos seres deben vernos de la misma manera en la que nosotros vemos una oruga o una lagartija. Pueden llegar a ser fascinantes y bonitas, pero no podemos comunicarnos con ellas por mucho que les hablemos o les hagamos señas.
Los extraterrestres deben tener el mismo problema».
En la ponencia, algunos espectadores se mostraron abrumados: 
si los extraterrestres nos ven como una oruga, fácilmente podrían "aplastarnos". DeGrasse reiteró que, con la inteligencia superior, las cuestiones éticas se dan por sí mismas:
Si fuéramos la mitad de inteligentes que los extraterrestres, entenderíamos que destruir a las orugas no nos aporta ningún beneficio, es mejor concentrarse en otras prioridades y dejar que estas criaturas sigan con sus vidas».
Dado que los extraterrestres poseen una inteligencia elevada ni siquiera podríamos comprender sus señales de interacción, del mismo modo que los primates no entienden nuestras frases simples.
Fuente: Varias paginas en la WEB

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