La epidemia
de risa de Tanganica de 1962 fue un brote de histeria en masa, o la
enfermedad psicogénica masiva (MPI) (siglas en inglés) en, o cerca, de la aldea
de Kashasha en la costa occidental del Lago Victoria en la
actual nación de Tanzania (antiguamente denominada Tanganica), cerca
de la frontera de Kenia.La epidemia estuvo caracterizada por episodios de risa
y llanto.
La risa
comenzó con tres colegialas (entre los 12 y 18 años) de una pequeña escuela de
Kashasha, un pueblecito de Uganda. Lo asombroso es que la risa comenzó a
expandirse, cual si de un virus se tratase. En cuestión de unas semanas los
síntomas: risa, lágrimas y agitación motora afectaban a 95 de los 159
estudiantes. Tan grave era el caso que la escuela debió cerrar sus puertas el
18 de marzo. La escuela reabrió el 21 de mayo pero debió cerrar nuevamente pues
otras 57 estudiantes se vieron afectadas.
Los ataques
individuales de risa variaban su duración desde algunos minutos hasta horas y
usualmente se evidenciaban alrededor de cuatro veces al día, persistiendo
durante un promedio de 16 días. No se reportó ningún caso mortal pero si un
gran debilitamiento en las personas aquejadas.
Ninguno de los
profesores se contagió pero cuando las jóvenes fueron enviadas a casa (ya que
no podían atender y concentrarse en sus lecciones), el ataque de risa se
extendió entre la población. En menos de 10 días otros ataques de risa fueron
reportados también en Nshamba, el pueblo donde residían algunas de las estudiantes.
Un total de 217 personas de las 10 mil del poblado se vieron afectadas por tan
curiosa epidemia.
Un nuevo brote
se produjo en la cercana escuela de Ramasheyne (48 afectados de un total de 154
estudiantes). Esta institución debió cerrar a mediados de junio.
Posteriormente, los ataques de risa se extendieron a Kanyangereka, un pueblo
cercano de donde provenían algunas de estas colegialas.
Antes de
desaparecer, en junio de 1964, la epidemia de la risa se había extendido
rápidamente. Forzó a cerrar 14 escuelas y afectó aproximadamente a mil personas
en las tribus cercanas al Lago Tanganyika y Victoria, en Uganda. La única forma
eficaz que hallaron para detener el contagio fue poner en cuarentena las
poblaciones infectadas.
¿Qué causó
este contagio?
Los científicos
buscaron la existencia de un gas tóxico o un virus pero los resultados fueron
negativos. La risa no solo se contagiaba a través del contacto directo entre
los miembros de las familias sino que además se transmitía a los testigos de
los ataques de risa. La conclusión fue que su origen fue eminentemente
histérico, una forma muy curiosa de histeria colectiva. Lo cual no es nada
sorprendente si recordamos cualquier momento en el cual nosotros mismos nos
hemos contagiado con la risa ajena.
Fuente: rinconpsicologia.com
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