lunes, 21 de abril de 2014

HIDROGENO, LA FUENTE ENERGÉTICA DEL FUTURO

El hidrógeno es el elemento más abundante del universo: el 60% de la materia está constituido por hidrógeno y, además, los elementos restantes se han formado a partir de él. 
En la Tierra el hidrógeno no se encuentra en estado libre, sino que aparece asociado, formando moléculas más grandes, debido a que es muy reactivo. El agua o los hidrocarburos son dos ejemplos de sustancias que contienen hidrógeno y que, por tanto, permiten obtener dicho elemento.

La reacción del hidrógeno, con el también abundante oxígeno, aparte de producir energía, produce como resultado agua.
El hidrogeno puede ser obtenido a partir de multitud de recursos naturales, como: agua, biomasa, residuos sólidos urbanos, hidrocarburos ligeros, hidrocarburos pesados, etc., utilizando diferentes procesos térmicos, eléctricos o fotónicos. El más popular y conocido de todos estos procesos es la electrolisis del agua, proceso con el cual por medio de electricidad separamos el hidrógeno del oxigeno del agua. Si analizamos detenidamente esta reacción, observamos que con este simple proceso, estaríamos cumpliendo varias de las reglas que  establecíamos en nuestro  paradigma energético:
ENERGÍA INOCUA PARA EL MEDIO AMBIENTE Y NO ES AGOTABLE.

Desde un punto de vista práctico el hidrógeno, es un excelente combustible que puede ser utilizado para producir energía (electricidad y calor) mediante el uso de máquinas convencionales (motores, turbinas, etc.).


El hidrogeno, también se encuentra en la tierra, combinado, con otros elementos como el oxígeno formando moléculas de agua, o con el carbono, formando compuestos orgánicos. Por esto, no se le llama materia prima, puesto que no es un combustible que pueda tomarse directamente de la naturaleza, sino que es denominado VECTOR ENERGÉTICO y por ello se tiene que "fabricar", como la propia electricidad.

Un kilogramo de hidrógeno tiene 2,78 veces más poder calorífico que un kilogramo de gasolina; 2,8 veces más que el gasóleo, entre 2,5 y 3,1 veces más que el gas natural, es decir, con la misma cantidad que ellos generan, aproximadamente el triple de energía. Y al contrario que ellos, no emite dióxido de carbono, sino únicamente vapor de agua (H2O).

Por otro lado, existe una tecnología conocida bajo la denominación de pilas de combustible, que en conjunción con el hidrógeno, pueden ofrecer excelentes beneficios.

Las pilas de combustible, no son una tecnología recientemente descubierta, ya en el año 1839 Sir William Grove realizó los primeros ensayos sobre la reversibilidad de la electrolisis del agua; en 1889 Ludwig Mond y Charles Langer acuñan el término de pila de combustible, trabajando con aire y gas de hulla, pero no es hasta 1932 cuando Sir Francis Bacon desarrolla una pila de combustible incorporando los conceptos prácticos de la tecnología actual.

Fue finalmente en los años 50 cuando la NASA, necesitada de un sistema reversible de producción energética para sus naves espaciales, dio un impulso definitivo y fundamental para el desarrollo de esta tecnología.
Las pilas de combustible actuales son dispositivos electroquímicos que utilizando hidrógeno como fuente de combustible pueden generar directamente, sin otros procesos intermedios, electricidad y calor.
Las pilas de combustible están constituidas básicamente por dos electrodos (ánodo y cátodo) separados por un electrolito normalmente embebido en una membrana o matriz que lo soporta.
Por otro lado las pilas de combustible presentan interesantes características, entre ellas una eficiencia bastante superior a las de las máquinas térmicas convencionales. En algunos casos y en determinadas aplicaciones, con la utilización de electricidad y calor (cogeneración), la eficiencia puede subir a unos  valores superiores al 80%.
Por tratarse de células individuales, presentan una excelente modularidad y pueden ser apiladas y puestas en paralelo hasta obtener las potencias y características eléctricas deseadas, que las habilitan para ser utilizadas en muy diversos campos de aplicación: sistemas portátiles, para el transporte (coches) y en sistemas estacionarios de potencia.

El hidrógeno puede que sea la perfecta respuesta a esa necesidad de encontrar un combustible limpio y renovable a la vez. El inconveniente que aún no está resuelto es el de la competitividad con otras fuentes alternativas de producción energética. Aunque ya existen determinadas aplicaciones que han encontrado su campo en el mercado como unidades auxiliares de potencia, sistemas de alimentación, suministro energético en lugares remotos, etc., el resto de aplicaciones tecnológicas están en proceso de  mejora continua de sus condiciones de operatividad, búsqueda de materiales más idóneos y disminución de los costos, que faciliten su comercialización.
Fuente: Varias páginas en la web

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