El famoso
bosque de Aokigahara, también conocido como Jyukai (Mar de Árboles), se
encuentra en las faldas del monte Fuji, tiene más de 3.000 hectáreas de
extensión, es el lugar
elegido por decenas de personas cada año para poner punto final a sus vidas.
A nivel
mundial, este es el segundo lugar en el que ocurre el mayor número de
suicidios, siendo superado solo por el Puente Golden Gate. Desde la década de
los cincuentas muchas personas se han adentrado sin salir del bosque.
Según
etudios, la tasa de suicidios en el lugar aumenta de 10 a 30 personas por año.
Recientemente estos números aumentaron todavía más, con un récord de 78
suicidios en el 2002. Hoy en día se encuentran anualmente un aproximado
de 100 cuerpos, algunos que ya llevaban varios años ahí. Y es que el
bosque es tan denso, que es difícil encontrar a quienes se adentran en lo
profundo del bosque para morir.
En el Japón
feudal del siglo XIX, cuando las hambrunas y las epidemias azotaban a la
población, las familias más pobres abandonaban a su suerte a los niños y a los
ancianos que no podían alimentar.
Durante el
siglo pasado, el escritor Seich Matsumoto, publico una novela donde narraba el
suicidio de uno de sus personajes, en Aokigahara y posteriormente, se edito un
libro de Tsurumi Wataru titulado Kanzen Jisatsu Manyuaru (El Completo Manual
del Suicidio, 1993), que ha vendido 173 millones de ejemplares en aquel
país, lo recomendó como el lugar perfecto para quitarse la vida. En el año
2004, el director Takimoto Tomoyuki rodó la película Ki no Umi, en la que
contaba la historia de cuatro personas que decidían suicidarse en este bosque.
En la década de los 70 las autoridades se vieron obligadas hacer batidas
para encontrar los cadáveres de los suicidas. Anualmente 300 operarios se adentran en el bosque para localizar
los cadáveres que no han sido encontrados por los visitantes y guardias
forestales. Incluso la policía patrulla los alrededores en busca de posibles
suicidas.
Azusa Hayano, geólogo de la zona, ha recorrido el
bosque por más de 30 años. Asuza dice que desconoce las causas que hacen de
este lugar un sitio predilecto para los que buscan acabar con sus vidas. Él
solo ha encontrado más de 100 cuerpos en veinte años, y de vez en cuando ha
encontrado personas para las que no es muy tarde para reconsiderar.
A lo largo del bosque se han fijado carteles con mensajes como “por favor reconsidere” o “por favor consulte a la policía antes de que
decida morir”. “Tu vida es valiosa y te ha sido
otorgada por tus padres. Por favor, piensa en ellos, en tus hermanos e hijos.
Por favor, busca ayuda y no atravieses este lugar solo”.
Para mayor información, puedes ver el siguiente video:
Para la gente supersticiosa, este lugar está lleno de yurei, fantasmas de personas que
perdieron la vida a temprana edad. Para algunos religiosos, los árboles del
bosque tienen una energía malévola, acumulada después de siglos de
suicidios dentro del bosque, por lo que el bosque mismo impide a la gente
salir. También dicen que el sonido del viento es el aullido de los difuntos.
Aunque este bosque es frecuentado por suicidas, también es un lugar de
paseo para muchos turistas, dada su cercanía al Monte Fuji. Es por eso que
a lo largo de la ruta se han puesto bandas que impiden adentrarse mucho en el
bosque. No vaya a ser que las personas se encuentren con un cadáver.
La cercanía a la gran ciudad de Tokio también es una de las causas por las que muchos suicidas acudan hasta este lugar, quizás en busca de un lugar tranquilo donde llevar a cabo su último deseo.
Otro motivo importante por el que los suicidas se quitan aquí la vida es
el económico, y no es broma. En Japón, los familiares de los suicidas tienen
que correr con los gastos económicos que pueda provocar el suicida, sean del
tipo que sean, por ejemplo si alguien decide arrojarse a las vías del tren, la
familia tendrá que acarrear con el coste de los retrasos en el trayecto a todos
los pasajeros del mismo e indemnizar a la compañía ferroviaria por todos los
inconvenientes que pueda causar.
En 1998 se supero por primera vez la
cifra de los 30.000 suicidas en Japon.
En el año 2007 se quitaron la vida 33.093
personas, habiéndose alcanzado en el año 2003 la cifra más alta: 34.427.
Hay que decir, no obstante, que según los últimos datos de la OMS Japón ocupa
el décimo puesto mundial en cuanto a tasa de suicidios por cada 100.000
habitantes, encabezando la clasificación, por este
orden, Lituania, Bielorrusia y Rusia.
"Depósitos magnéticos de hierro que hay dentro del bosque, hacen que
los compases y GPSs dejen de funcionar, es una rara anomalía que
aumenta el terror de la zona."
No hay comentarios:
Publicar un comentario