Ante esta profusión de
descubrimientos, creo más seguro, no cambiar de hábitos.
Saber claramente lo que
hace bien y lo que hace mal a nuestra salud.
El placer hace mucho bien.
Dormir me deja 0 km. Leer
un buen libro, me hace sentir como nuevo. Viajar me pone tenso antes de embarcar,
pero, después, rejuvenezco unos cinco años! Los viajes aéreos no me hinchan las
piernas; me hinchan el cerebro, vuelvo lleno de ideas!
Pelear, me provoca arritmia
cardíaca.
Ver gente teniendo
ataques de estupidez, me revuelve el estómago!
Ver gente tirando una
lata de cerveza por la ventana del auto, me hace perder la fe en el ser
humano... igualmente, los noticieros... Los médicos deberían de
prohibirlos... cómo duelen!
Caminar hace bien.
Enamorarse hace bien, bailar hace bien, quedarse en
silencio cuando una discusión se está incendiando, hace mucho bien: se ejercita
el autocontrol y al día siguiente no te sentirás arrepentido de
nada.
Despertarte a la mañana,
arrepentido de lo que dijiste o de lo que hiciste la noche anterior, eso
sí, es perjudicial para la salud. Y pasar el resto del día sin coraje para
pedir disculpas, peor todavía.
No disculparnos por
nuestras metidas de pata, provoca cáncer; guardar dolores, ser pesimista,
preconceptuoso o falso moralista, no hay tomate o muzzarela que prevenga o lo
cure.
Ir al cine, conseguir una buena
ubicación, no tener a nadie que entorpezca tu visión, ningún celular sonando y
que la película sea espectacular, guau.
El cine es mejor, para la salud..
La charla es mejor, que la broma.
El ejercicio es mejor, que cirugía.
Humor es mejor, que rencor
Tener amigos es mejor, que gente influyente.
Economía es mejor, que deuda.
Preguntar es mejor, que dudar.
Soñar es lo mejor de todo y mucho mejor que nada!
Por Luís
Fernando Veríssimo
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