A pesar de que siempre se ha dicho que
las bebidas alcohólicas son perjudiciales para la salud, varios estudios han
probado que cuando la CERVEZA se consume sin caer en excesos, puede traer cambios
positivos en la salud.
Una investigación realizada por parte de
la American Society of Human Genetics descubrió que la cebada es lo mejor
para reducir los signos de estrés, así como también es uno de los factores
que influyen a la hora de la prevención del envejecimiento.
La investigación concluyó que las
personas que beben cerveza moderadamente y no más de dos vasos al
día, mejoran su salud ya que tienen menos probabilidades de tener
enfermedades renales y contrarrestan la fatiga emocional y física de la rutina. Además,
una mejoría en apariencia física, ya que las personas lucen más
jóvenes y de menor edad biológica.
Existe una cantidad recomendada de
ingesta diaria de cerveza, la cual no se debe de exceder para que los
beneficios que mencionaremos a continuación realmente se disfruten: Una cerveza
de 12 onzas (355 ml) por día para las mujeres, y una de 24 onzas (710 ml) para
los hombres.
Vida más larga. El consumo moderado de cerveza previene
aproximadamente 26,000 muertes al año, gracias a la disminución de enfermedades
cardiovasculares, derrames cerebrales y diabetes.
Huesos más fuertes. Los hombres y las mujeres que beben una o dos
cervezas al día tienen mayor densidad ósea. La cerveza contiene niveles
altos de silicio, elemento que fortifica los huesos. Por otra parte, los
hombres y mujeres que consumieron más de dos cervezas, sufrieron un mayor
riesgo de fracturas.
Presión arterial. Los bebedores moderados cuentan con menos
probabilidades de desarrollar presión arterial alta, uno de los factores que
ocasionan los infartos de corazón. Además, la cerveza ayuda a prevenir la
formación de coágulos de sangre, los cuales bloquean el flujo de la misma al
corazón y cerebro.
Corazón sano. Varios estudios han demostrado que el consumo
moderado de cerveza disminuye el riesgo de sufrir ataques cardiacos, desde un
25% a un 40%. El consumo de una o dos cervezas diarias eleva los niveles de
HDL, las proteínas que transportan el colesterol de los tejidos del cuerpo
hasta el hígado.
Aliada con la carne. Marinar la carne con cerveza, reduce el 70% de los
agentes carcinógenos (agentes químicos o físicos específicos que tienen la
capacidad de causar cáncer en los individuos expuestos a ellos), los cuales se
producen cuando la carne se fríe.
Menos riesgo de diabetes. La cerveza aumenta la sensibilidad a la insulina,
hormona que ayuda a proteger el riesgo de adquirir la diabetes.
Vitaminas. Un estudio llevado a cabo en Holanda, concluyó
que los participantes que bebían dos cervezas al día tenían vitamina B6 (la
cual favorece la absorción de hierro) en su cuerpo, en un 30% más que los otros
participantes. Además, esta bebida contiene también ácido fólico y
vitamina B12.
Riñones sanos. Los hombres que beben una cerveza al día, reducen el
riesgo de desarrollar cálculos renales en un 40%. El lúpulo de la cerveza ayuda
a evitar la formación de estas piedras, además de que la cerveza contiene agua,
lo cual mantiene a los riñones ejecutando su labor.
Crecen los pechos. Una investigación analizó los cambios en el cuerpo de
varias mujeres y encontró que tras beber cerveza de manera frecuente, su pecho
aumento de una a dos tallas, debido al contenido de fitoestrógenos de esta.
Previene el Alzheimer. La Universidad de Alcalá realizó una investigación
con la que se concluyó que, tomar dos cervezas al día podría ayudar a disminuir
el riego de padecer alzheimer, pues aporta una alta cantidad de silicio,
componente que ayuda a evitar la absorción de aluminio en el cerebro, hecho que
está asociado con la enfermedad neurodegenerativa.
Ayuda a la digestión. Debido a que sus ingredientes principales tienen un
alto contenido de fibra, la cerveza mantiene esta propiedad y por lo
tanto, favorece la correcta digestión de los alimentos; sobre todo en aquellas
personas que padecen de estreñimiento leve.
El mito: la barriga cervecera.
No hay evidencias científicas que apoyen
que el consumo moderado de cerveza produzca una mayor masa y peso corporal.
Los factores de riesgo para la mal
denominada barriga cervecera son:
La edad, el tabaquismo, la falta de
actividad física, el estrés mental, la alteración del sueño, la elevada ingesta
de grasas trans y el consumo de determinados medicamentos.
CONCLUSION: A beber cerveza.
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