martes, 17 de septiembre de 2019

A BEBER CERVEZA...

A pesar de que siempre se ha dicho que las bebidas alcohólicas son perjudiciales para la salud, varios estudios han probado que cuando la CERVEZA se consume sin caer en excesos, puede traer cambios positivos en la salud.
Una investigación realizada por parte de la American Society of Human Genetics descubrió que la cebada es lo mejor para reducir los signos de estrés, así como también es uno de los factores que influyen a la hora de la prevención del envejecimiento.
La investigación concluyó que las personas que beben cerveza moderadamente y no más de dos vasos al día, mejoran su salud ya que tienen menos probabilidades de tener enfermedades renales y contrarrestan la fatiga emocional y física de la rutina. Además, una mejoría en apariencia física, ya que las personas lucen más jóvenes y de menor edad biológica.

Existe una cantidad recomendada de ingesta diaria de cerveza, la cual no se debe de exceder para que los beneficios que mencionaremos a continuación realmente se disfruten: Una cerveza de 12 onzas (355 ml) por día para las mujeres, y una de 24 onzas (710 ml) para los hombres.

Vida más larga. El consumo moderado de cerveza previene aproximadamente 26,000 muertes al año, gracias a la disminución de enfermedades cardiovasculares, derrames cerebrales y diabetes. 
Huesos más fuertes. Los hombres y las mujeres que beben una o dos cervezas al día tienen mayor densidad ósea. La cerveza contiene niveles altos de silicio, elemento que fortifica los huesos. Por otra parte, los hombres y mujeres que consumieron más de dos cervezas, sufrieron un mayor riesgo de fracturas. 
Presión arterial. Los bebedores moderados cuentan con menos probabilidades de desarrollar presión arterial alta, uno de los factores que ocasionan los infartos de corazón. Además, la cerveza ayuda a prevenir la formación de coágulos de sangre, los cuales bloquean el flujo de la misma al corazón y cerebro.
Corazón sano. Varios estudios han demostrado que el consumo moderado de cerveza disminuye el riesgo de sufrir ataques cardiacos, desde un 25% a un 40%. El consumo de una o dos cervezas diarias eleva los niveles de HDL, las proteínas que transportan el colesterol de los tejidos del cuerpo hasta el hígado.
Aliada con la carne. Marinar la carne con cerveza, reduce el 70% de los agentes carcinógenos (agentes químicos o físicos específicos que tienen la capacidad de causar cáncer en los individuos expuestos a ellos), los cuales se producen cuando la carne se fríe.
Menos riesgo de diabetes. La cerveza aumenta la sensibilidad a la insulina, hormona que ayuda a proteger el riesgo de adquirir la diabetes.
Vitaminas. Un estudio llevado a cabo en Holanda, concluyó que los participantes que bebían dos cervezas al día tenían vitamina B6 (la cual favorece la absorción de hierro) en su cuerpo, en un 30% más que los otros participantes. Además, esta bebida contiene también ácido fólico y vitamina B12. 


Riñones sanos. Los hombres que beben una cerveza al día, reducen el riesgo de desarrollar cálculos renales en un 40%. El lúpulo de la cerveza ayuda a evitar la formación de estas piedras, además de que la cerveza contiene agua, lo cual mantiene a los riñones ejecutando su labor. 
Crecen los pechos. Una investigación analizó los cambios en el cuerpo de varias mujeres y encontró que tras beber cerveza de manera frecuente, su pecho aumento de una a dos tallas, debido al contenido de fitoestrógenos de esta.
Previene el Alzheimer. La Universidad de Alcalá realizó una investigación con la que se concluyó que, tomar dos cervezas al día podría ayudar a disminuir el riego de padecer alzheimer, pues aporta una alta cantidad de silicio, componente que ayuda a evitar la absorción de aluminio en el cerebro, hecho que está asociado con la enfermedad neurodegenerativa. 
Ayuda a la digestión. Debido a que sus ingredientes principales tienen un alto contenido de fibra,  la cerveza mantiene esta propiedad y por lo tanto, favorece la correcta digestión de los alimentos; sobre todo en aquellas personas que padecen de estreñimiento leve. 
El mito: la barriga cervecera.
No hay evidencias científicas que apoyen que el consumo moderado de cerveza produzca una mayor masa y peso corporal.
Los factores de riesgo para la mal denominada barriga cervecera son:
La edad, el tabaquismo, la falta de actividad física, el estrés mental, la alteración del sueño, la elevada ingesta de grasas trans y el consumo de determinados medicamentos.
CONCLUSION: A beber cerveza.

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