viernes, 1 de noviembre de 2013

DIA DE TODOS LOS SANTOS Y DIA DE DIFUNTOS



El Día de Todos los Santos es una tradición católica instituida en honor a todos los santos, conocidos y desconocidos, según el papa Urbano IV, para compensar cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles.
En diversos lugares del mundo se celebra la tradición de honrar y traer a la memoria a las personas que han muerto.
En muchos países el invierno está asociado a la estación más lúgubre y fría. La "muerte" de la Naturaleza, según la tradición, se iniciaba cuarenta días después del equinoccio de otoño (22 de septiembre), precisamente con el Día de Todos los Santos, el 1 de noviembre. Se rinde culto a los muertos y en estos días (el día 2 es el día de las almas, día de los muertos) y se vinculan con la vuelta de sus almas durante estos días y a diversas manifestaciones de su presencia entre nosotros.
La Iglesia primitiva acostumbraba a celebrar el aniversario de la muerte de un mártir en el lugar del martirio. Frecuentemente, los grupos de mártires morían el mismo día, lo cual condujo naturalmente a una celebración común. En la persecución de Diocleciano, el número de mártires llegó a ser tan grande, que no se podía separar un día para asignársela. Pero la Iglesia, creyendo que cada mártir debía ser venerado, señaló un día en común para todos. La primera muestra de ello se remonta a Antioquía en el domingo antes de Pentecostés.
También se menciona este día en común en un sermón de San Efrén el Sirio en 373. En un principio, sólo los mártires y San Juan Bautista eran honrados por un día especial. Otros santos se fueron asignando gradualmente, y se incrementó cuando el proceso regular de canonización fue establecido; aún, a principios de 411 había en el Calendario caldeo de los cristianos orientales una “Commemoratio Confessorum” para el viernes. En la Iglesia de Occidente, el papa Bonifacio IV, entre el 609 y 610, consagró el Panteón de Roma a la Santísima Virgen y a todos los mártires, dándole un aniversario.
Gregorio III (731-741) consagró una capilla en la Basílica de San Pedro a todos los santos y fijó el aniversario para el 1 de noviembre. Gregorio IV extendió la celebración del 1 de noviembre a toda la Iglesia, a mediados del siglo IX.


En México, donde se conjuga con el 2 de noviembre en el cual se festeja el día de los muertos, se hacen ofrendas en las tumbas para dar a los fallecidos generalmente comida, bebidas, flores y cosas que les gusten, que se quitan el día 2 por la noche, permitiendo de esa manera, que los fallecidos disfruten la noche del primero de Noviembre de sus ofrendas.
El Día de Muertos no es una celebración cristiana, es una mezcla entre lo prehispánico y lo católico.
El día 1 de noviembre, llamado Día de Todos los Santos, es cuando llegan las ánimas de los niños.
El 2 de noviembre, el día de Muertos, es cuando llegan los adultos.
En Mexico, existen lugares mágicos, en donde vemos como se adornan las tumbas con flores de Cempazuchitl, una exquisita flor con un aroma único.
Se prepara un altar con ofrendas. En donde el color es un símbolo ideal, se hacen cadenas de papel morado y amarillo que significan la unión entre la vida y la muerte.
Adornan el altar con papel picado, dando un ambiente colorido y festivo.
Las flores simbolizan la bienvenida a las almas, blancas representando el cielo, amarillas la tierra y moradas por el luto.
Las velas juegan un papel importante, significan la luz que debe guiar a las ánimas en su camino. Ademas, se quema copal, donde el humo simboliza el paso de la vida a la muerte.
Cada altar es único, algunos los colman de frutas, como las cañas, naranjas, mandarinas, tejocotes, jícamas, limas, etc.

La comida que se ofrece es la que en vida le gustaba al difunto. Podemos ver cazuelas de mole, tamales, mole verde, corundas, cochinita pibil, etc. etc.
El tradicional Pan de Muerto y las Calaveras de azúcar son abundantes en esta época, encontramos mil y una formas de ellos en los mercados, tiendas de autoservicio, tianguis, panaderías, etc.
No puede faltar una botellita de tequila, mezcal, charanda, una cerveza Victoria, etc.
Más que el hecho de morir, importa más lo que sigue al morir. Ese otro mundo sobre el que hacemos representaciones, costumbres y tradiciones que se convierten en culturas, todas de igual importancia, pues ante el camino desconocido que la muerte nos señala, sólo es posible imaginarla con símbolos.
Fuente: Varias paginas web

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