El Phubbing,
neologismo que proviene del inglés Phone (teléfono) y Snubbing (desaire), es
definido por la web stopphubbing.com como “el acto de desairar a alguien en un
acto social, por prestar más atención a su telefono”.
Se
inició hacia el año 2007 con el nacimiento del smartphone o teléfono
inteligente, que sintetizaba en pocas pulgadas la potencia de un ordenador de
sobremesa. Con la posibilidad de mantenerse conectado a Internet a cualquier
hora y en cualquier lugar, se generalizó esta obsesiva práctica que muchos
perpetúan sin ni siquiera saberlo.
Esa
costumbre de coger el teléfono y revisar las actualizaciones de las
paginas sociales, hacer un “checkin”, o lo que es peor, empezar a enviar
mensajes de texto, molesta a cualquiera. Sin darnos cuenta, nos hemos
convertido en víctimas del “Phubbing”.
Con la
aparición de los móviles, los comportamientos sociales cambiaron, afectándonos
de manera positiva y también negativa.
Si
crees que este comportamiento negativo es una actitud exclusiva de los jóvenes,
te equivocas. Los adultos que cuentan con un teléfono también lo hacen. Muchos
amigos criticaban al Phubbing, pero cuando adquirieron smartphones cambiaron su
discurso. Ahora puedes ver a algunas parejas o grupos de amigos departiendo en
algún local mientras le prestan mucha atención a sus móviles. Y a otros
reclamando por el desaire.
De la página stopphubbing.com
hemos tomado algunas cifras interesantes como que el 87% de los jóvenes en los Estados Unidos prefiere utilizar mensajes de texto para
comunicarse más, que el cara a cara.
“Es que esta nos
permiten editar lo que somos, desde la identidad hasta lo que decimos. Cuando
estás en un chat, puedes evitar una respuesta, verla o pensarla. Cuando hablas,
trastabillas, te equivocas, te desvías. Características propias de las
relaciones interpersonales”, explica Julio Mateus, profesor de la Universidad
de Lima y especialista en Educación y Comunicación.
Y es que uno puede
ser más ‘cool’ en el Facebook que en la vida real. Es más sencillo dar por
terminada una discusión con un emoticón adorable que, digamos, con un portazo o
una lágrima.
Fuente:
Varias paginas de la red
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