lunes, 17 de febrero de 2014

LA CORRUPCIÓN - fenómeno mundial

¿Por qué deciden las personas ser corruptas, en lugar de honradas?
Para algunas quizá sea la manera más fácil de conseguir lo que quieren.
El soborno puede ser a veces una manera cómoda de eludir el castigo.
Mucha gente observa que los políticos, los policías y los jueces parecen pasar por alto la corrupción o hasta practicarla, por lo que sencillamente siguen su ejemplo.
Al aumentar la corrupción, se hace más aceptable, hasta que al final se convierte en un modo de vida. La gente que cobra salarios muy bajos llega a creer que no les queda otra opción. Tienen que pedir sobornos si quieren vivir decentemente. Y cuando no se castiga a quienes obtienen o pagan sobornos para conseguir una situación de ventaja, son pocos los que están dispuestos a ir contra la corriente.

Hay dos fuerzas poderosas que siguen alimentando el fuego de la corrupción:
El egoísmo y la avaricia. Como consecuencia del egoísmo, los corruptos pasan por alto el sufrimiento que causa la corrupción a otras personas, y justifican los sobornos sencillamente porque les benefician. Cuantos más beneficios materiales obtienen, más avariciosos se vuelven.
La avaricia puede ser buena para ganar dinero, pero siempre cierra los ojos para aceptar la corrupción y la ilegalidad.
La corrupción está tan extendida y es tan compleja que amenaza con socavar la misma estructura de la sociedad. En algunos países, casi no se puede hacer nada a menos que se dé dinero bajo mano.  
Entregar un soborno a la persona indicada permitirá aprobar un examen, obtener el permiso de conducir, conseguir un contrato, ganar un juicio o ser re-elegido.
“La corrupción es como una densa niebla de contaminación que desmoraliza a la gente”, se lamenta el abogado parisino Arnaud Montebourg.

Los sobornos proliferan especialmente en el mundo comercial. Algunas empresas destinan una tercera parte de sus ganancias a sobornar a burócratas corruptos del Estado. Según la revista británica The Economist, hasta el 10% de los 25.000 millones de dólares que se gastan anualmente en el comercio internacional de armas se utiliza para comprar a los posibles clientes.

Como la corrupción ha aumentado, las consecuencias han sido catastróficas.
Se dice que durante la última década el capitalismo “amiguista” (prácticas comerciales corruptas que favorecen a unos pocos privilegiados con buenas conexiones) ha arruinado la economía de países enteros.
Inevitablemente, quienes más sufren la corrupción y los estragos económicos a que esta da lugar son los pobres, que casi nunca están en condiciones de sobornar a nadie. Como dijo sucintamente The Economist, “la corrupción no es más que una forma de opresión”.

Nuestra sociedad, en su sector público y privado está carcomida por la falta de valores. Además los ciudadanos no son conscientes que la indiferencia también es un factor que alienta el fenómeno de la corrupción. De otro lado, el factor político cuenta mucho. En este caso, cuando un gobierno, carece de un respaldo de partidos políticos sólidos, en aras de lograr “mayor gobernabilidad” propician la corrupción. De paso sea dicho, que el sistema político es perverso por naturaleza. 


Favorece la consolidación de élites y burocracias políticas y económicas.
Erosiona la credibilidad y legitimidad de los gobiernos.
Reproduce una concepción patrimonialista del poder.
Reduce los ingresos fiscales e impide que los escasos recursos públicos coadyuven al desarrollo y bienestar social.
Permite la aprobación y operación de leyes, programas y políticas, sin sustento o legitimidad popular.
Revitaliza una cultura de la corrupción y contribuye a su proliferación.

Existen diversas tipologías de la corrupción desde la que hace sólo referencia a la
extorsión y el soborno, hasta las que se refieren a tipos específicos y especiales. Estos tipos son:
Extorsión.- Es cuando un servidor público, aprovechándose de su cargo y bajo la amenaza, sutil o directa, obliga al usuario de un servicio público a entregarle también, directa o indirectamente, una recompensa.
Soborno.- Es cuando un ciudadano o una organización, entrega directa o indirectamente a un servidor público, determinada cantidad de dinero, con el propósito de que obtenga una respuesta favorable a un trámite o solicitud, independientemente si cumplió o no con los requisitos legales establecidos.
Peculado.- Es la apropiación ilegal de los bienes por parte del servidor público que los administra.
Colusiones.- Es la asociación delictiva que realizan servidores públicos con contratistas, proveedores y arrendadores, con el propósito de obtener recursos y beneficios ilícitos, a través de concursos amañados o, sin realizar estas (adjudicaciones directas), a pesar de que así lo indique la ley o normatividad correspondiente.
Fraude.- Es cuando servidores públicos venden o hacen uso ilegal de bienes del gobierno que les han confiado para su administración.
Tráfico de influencias.- Es cuando un servidor público utiliza su cargo actual o sus nexos con funcionarios o integrantes de los poderes ejecutivo, legislativo o judicial, para obtener un beneficio personal o familiar, o para favorecer determinada causa u organización.
La falta de ética.- Es un tipo especial de corrupción que si bien no tiene que ver directamente con la apropiación ilegal de recursos del gobierno y de ciudadanos usuarios, sí entraña entre algunos servidores públicos, una conducta negativa que va en contra de los propósitos y metas de las instituciones públicas. Esta falta de ética se pude observar cuando determinado servidor público no cumple con los valores de su institución, es decir, cuando no conduce sus actos con: honestidadresponsabilidad, profesionalismo, espíritu de servicio, por citar algunos.
Fuente: varias consultas en la WEB  

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