Cuando conocemos a
otras personas, hay que mostrar de forma verbal y física, nuestras buenas
intenciones, nuestra disposición a tener una conversación, un trato personal
(por motivos laborales, sociales...) en definitiva a expresar un acercamiento
de forma educada, correcta y respetuosa.
Por ello el saludo, y la forma de hacerlo es de vital importancia. Tener un saludo demasiado afectuoso con una persona a la que no conocemos puede causar un cierto "rechazo" o aversión por parte de la persona saludada. Es por ello necesario conocer como saludar, cuando y de qué manera, para evitar, que el mismo se vuelva en nuestra contra o al menos no surja el efecto que se deseaba.
Por ello el saludo, y la forma de hacerlo es de vital importancia. Tener un saludo demasiado afectuoso con una persona a la que no conocemos puede causar un cierto "rechazo" o aversión por parte de la persona saludada. Es por ello necesario conocer como saludar, cuando y de qué manera, para evitar, que el mismo se vuelva en nuestra contra o al menos no surja el efecto que se deseaba.
Los saludos hablan
por sí mismos. Un apretón de manos, una mirada, un gesto... nos pueden dar
muchas pistas sobre como es la otra persona e incluso intuir las intenciones o
pretensiones que puede tener.
Los saludos podemos dividirlos, de forma básica en tres tipos:
1. Los verbales. Aquellos que se suelen hacer con personas que conocemos o que nos han sido presentadas anteriormente. Dar un "buenos días", "buenas tardes", "cómo esta?" y expresiones de este tipo, que en la mayoría de los casos no conlleva ningún tipo de contacto físico.
2. Los físicos (o de contacto). Son los saludos que suelen darse en presentaciones y otros momentos en los que hay un contacto físico como un apretón de manos, un abrazo, un beso, etc. Generalmente, suelen ser los más ceremoniosos.
3. Los mixtos. Los saludos físicos que también van acompañados de un saludo verbal de cortesía: "Encantado", "Es un placer", etc. al mismo tiempo que se da la mano, se da un beso, un abrazo, etc.
Siempre que nos saludan se debe corresponder a éste, como señal de cortesía. Rechazar el saludo es considerado como falta de educación o síntoma de un gran enfado.
Los saludos podemos dividirlos, de forma básica en tres tipos:
1. Los verbales. Aquellos que se suelen hacer con personas que conocemos o que nos han sido presentadas anteriormente. Dar un "buenos días", "buenas tardes", "cómo esta?" y expresiones de este tipo, que en la mayoría de los casos no conlleva ningún tipo de contacto físico.
2. Los físicos (o de contacto). Son los saludos que suelen darse en presentaciones y otros momentos en los que hay un contacto físico como un apretón de manos, un abrazo, un beso, etc. Generalmente, suelen ser los más ceremoniosos.
3. Los mixtos. Los saludos físicos que también van acompañados de un saludo verbal de cortesía: "Encantado", "Es un placer", etc. al mismo tiempo que se da la mano, se da un beso, un abrazo, etc.
Siempre que nos saludan se debe corresponder a éste, como señal de cortesía. Rechazar el saludo es considerado como falta de educación o síntoma de un gran enfado.
Así los esquimales se frotan la nariz y los japoneses hacen una reverencia, ya que consideran antihigiénico
estrecharse las manos. En la sociedad occidental
el gesto más utilizado es el
apretón de manos. En su origen esta acción era una manifestación de paz, ya que
al extender la mano se demostraba que no se portaban armas ni instrumentos
agresivos. También, el hecho de mostrar la palma de la mano se identificaba con
una persona honesta y leal.
Siempre que vayamos a estrechar la
mano a una persona debemos mirarle a los ojos. No hacerlo, puede decirle que
somos personas poco seguras, tenemos intenciones ocultas o estamos mintiendo. Es
poco agradable dar la mano a una persona que tiene la mano húmeda, además de
ser una posible señal de estar nervioso o inseguro.
El apretón de mano debe ser corto y firme pero sin rudeza. Demasiado corto puede demostrar falta de interés y poca motivación, mientras que un saludo más largo puede indicar ilusión y ganas de colaborar. También debemos evitar el agitar las manos.
El apretón de mano debe ser corto y firme pero sin rudeza. Demasiado corto puede demostrar falta de interés y poca motivación, mientras que un saludo más largo puede indicar ilusión y ganas de colaborar. También debemos evitar el agitar las manos.
Los griegos y los romanos se estrechaban las manos y solían besarse en las mejillas.
En el antiguo Japón, una persona
que no saludaba a otra de mayor jerarquía, podía ser condenada a la pena de muerte.
Los chinos se saludaban estrechándose sus
propias manos, esta costumbre, aparentemente sin sentido, tiene su explicación,
ya que en aquellos tiempos las fiebres y las epidemias solían azotar esas
regiones, y ellos trataban así, de evitar todo posible contagio.
Si usted visita la tribu
africana del norte de Malawi (en el distrito Karonga), los Ngá, prepárese, los hombres se saludan sacudiendo el pene del
otro, cosa que les resulta fácil porque utilizan taparrabos. El protocolo
habitual son dos sacudidas, pudiendo darse tres sacudidas si se tiene un grado
mayor de aprecio o existe relación familiar. Pero si nos pasamos de efusión y
realizamos cuatro sacudidas, estaría mal visto y podrían dar pie a críticas
homófobas.
Las mujeres se dan
apretones en los pechos, de igual manera clasificados en número y connotaciones
como las sacudidas del pene que realizan los hombres.
¿Y cuando el saludo es
entre hombres y mujeres? Pues el intercambio de sacudidas de pene y apretones
de pechos es mutuo, aunque si se llegan a realizar cuatro, se da por supuesto
un interés el uno por el otro.
Sobre una creencia antiquísima de ciertas tribus de África,
se pensaba que era peligroso besarse, pues el alma podía escaparse por la boca.
Ciertos indígenas de Oceanía se saludaban
chocando sus narices. En cambio los nativos de la
costa de Oro, acostumbraban dejar caer la
toga que les cubría, dejando descubierta la espalda para demostrar confianza a
la persona que consideraban incapaz de una traición.
La costumbre de los nativos de Nueva Guinea es de los más
insólita, ya que a irse una persona querida la despiden llorando y embarrándose
totalmente.
En el Tíbet, algunas tribus se saludaban mostrando la lengua en señal de que jamás pronunciarían palabras
ofensivas hacia el amigo.
El saludo Medieval: Uno de los saludos
más universalizados es,
sin duda alguna, quitarse el sombrero. Ya que el sombrero, desde hace mucho
tiempo, es más que un simple complemento de la vestimenta: es todo un símbolo
de la jerarquía, de quien lo lleva, conociéndose así, por su sola presencia, el
grado de nobleza o importancia de su orgulloso dueño.
Miembros de la religión drusa se intercambian besos en las manos.
La reverencia japonesa tiene un protocolo muy preciso. A mayor respeto debido, mayor será la inclinación. Las manos deben colocarse en los muslos, nunca en la cintura, y si la reverencia se extiende durante más de 3 segundos, debe ser respondida con una nueva inclinación.
Los scouts realizan una venia militar,
pero con la mano izquierda, pues consideran que es la más cercana al corazón y
la más pura.
El saludo más
antiguo del que se tiene constancia era el realizado por los soldados romanos extendiendo el brazo
recto.
El beso en la mano es un acto de reconocimiento de
autoridad. Recuerda al beso del anillo que lucían los señores feudales, que era
un sello de poder en la época.
Uno de los saludos que más sorpresa despierta, es el saludo que se hacen los rusos entre camaradas. Los besos que se dan,
generalmente tres, tan cercanos a los labios, producen una cierta extrañeza en
aquellas personas que conocen este tipo de saludo por primera vez. Pero no debe
asustarse porque a usted no le van a saludar de esa manera tan efusiva.
El Saludo Militar, es la forma en que los
militares saludan mientras están en funciones. Consiste, en llevar la mano
derecha con los dedos juntos hacia la sien o a la visera de la gorra si es que
la llevaran puesta. En la mayoría, de los países éste se ejecuta de manera que
la palma de la mano, es invisible para la otra persona; sin embargo en países
como Reino Unido y Francia la palma quedará visible para el público, quedando
la mano de manera perpendicular al suelo.
En la India disponen las manos juntas a la altura del pecho
y se pronuncia “Namaste” (Hola). Dependiendo de si la otra persona tiene un
mayor rango, como un jefe o familiares (de un hijo a padre), uno se inclina y
toca los pies al de mayor orden jerárquico como muestra de gran respeto.
Quedan pendientes otras maneras de saludar para mas
adelante.
Fuente: Varias páginas en la web
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