Aurelio Baldor nació en La Habana, Cuba, el 22 de octubre de 1906. Fue
un hombre dedicado a la educación y la enseñanza de la matemática. En su tierra
natal fue fundador y director del Colegio Baldor durante las décadas de los
años cuarenta y cincuenta. Tras el establecimiento del gobierno de Fidel
Castro, en 1960 se trasladó junto con su familia a México y finalmente a los
Estados Unidos, donde vivió en las ciudades de Nueva Orleans y Nueva York,
lugar en el que impartió clases de matemática. Regresar y descansar en su natal
Cuba era todo lo que deseaba el profesor Baldor pero la muerte lo encontró el 3
de abril de 1978 en la ciudad de Miami.
El Álgebra de Baldor es uno de
los textos que más se ha usado en el proceso educativo de varias generaciones
de estudiantes latinoamericanos, por lo que es necesario conocer la interesante
vida de su autor.
A Baldor, lo confunden con “el
árabe” que aparece en una de sus portadas más conocidas.
Este “árabe” fue un matemático
persa conocido como Al-Juarismi, quien escribió un libro sobre cálculos hechos
por el método de completar y balancear. Enseñaba las técnicas para resolver
ecuaciones cuadráticas usando un método denominado “al-gabr”, de ahí el nombre
Álgebra.
El padre del Álgebra de Baldor
fue un cubano que dedicó casi toda su vida a la enseñanza. Su nombre: Aurelio
Ángel Baldor de la Vega.
Matemático de corazón
Baldor (1906- 1978) nació en La
Habana, fue hijo de Daniel Baldor y Gertrudis de la Vega y Sirvens. Su padre
murió, así que su madre terminó de criarlo.
Según publicaciones sobre este
autor, en sus últimos años de soltería ya tenía listas las versiones finales
del Álgebra y Aritmética de Baldor para usarlas en sus clases.
Sobre la realización de este
libro, Rodolfo Chang, vicerrector Académico del Centro Educativo Naciones
Unidas (CENU), comenta que en gran parte Baldor lo escribió para tratar de
llenar el vacío que en esa época marcaba el estudio de las matemáticas en
Latinoamérica.
“No existían muchos libros en
español que proporcionaran ejercicios variados y en cantidad suficiente para el
estudio del Álgebra. En esa época el trabajo del profesor consistía en la
recopilación de ejercicios de varios textos, muchos de ellos mal traducidos o
descontextualizados. Baldor se propuso enfrentar esta carencia y convencido,
como buen pedagogo, de que solo la práctica ayudaría al entendimiento global
del tema tratado, puso mucho énfasis en los ejercicios para desarrollar”.
Aurelio, aunque se graduó de
abogado, fue director y profesor del Colegio Academia Baldor.
En 1940 se casa con Moraima
Aranalde, con la que tuvo siete hijos. Algunos de ellos han sido contactados
por medios de comunicación internacionales, como Aurelio Baldor Jr., quien
comentó que la vida de su padre “se reducía a estar en casa, ir al trabajo,
practicar teoremas y dedicarse a su familia” (revista Soho, Colombia). Además,
lo describen como un hombre de piel tostada y de apariencia impecable. Respecto
a su personalidad, aseguran que fue un ferviente católico, no muy sociable
fuera del colegio, solidario y le gustaban los deportes como el boxeo y el
béisbol. Era amante del café y del cigarro (padeció de un enfisema pulmonar).
También admiraba a José Martí, siempre lo citaba; y lo consideraban un gran orador.
Para él, enseñar matemáticas era
ejercer una labor que lo apasionaba. El cubano Eladio Oliveros, profesor de
Matemáticas en la Universidad Santa María (USM), quien vive en el país desde el
97, cuenta que en su momento tuvo la oportunidad de conversar con un ingeniero
cubano exalumno de Baldor y recuerda que le dijo que cualquiera que no lo
conociera pudiera pensar que infundía miedo en sus alumnos, pero todo lo
contrario: los abrazaba y hablaba con ternura.
Pero esta vocación solo la pudo
ejercer en Cuba hasta 1960. Tras el establecimiento del gobierno de Fidel
Castro, se trasladó junto con su familia –incluida la nana– a México y,
finalmente, a Estados Unidos. Ya para ese entonces había vendido los derechos
de sus textos a una editorial mexicana, Publicaciones Culturales.
Oliveros cuenta lo que conoce
sobre la salida de Baldor de Cuba: el legendario comandante Camilo Cienfuegos
fue su alumno y más tarde lo salvó de las garras de la cárcel. Aún no se
conocen los motivos del odio gratuito que Fidel le tenía a este gran profesor
(similar al que le tenía a Celia Cruz). Pienso que la inquebrantable fe
cristiana y su proclamación católica motivaron ese odio (...). Siempre dijo que
él no negaría jamás su creencia.
En Estados Unidos, después de
hacer unos cuantos traslados de un estado a otro porque su nana –mujer de raza
negra– sufrió discriminación racial, ocupó cargos como jefe de cátedra de
Matemáticas y profesor de esa asignatura en academias. Eso sí, después de tomar
cursos donde aprendió inglés, y pasar por momentos económicos difíciles.
Baldor murió en Miami, según
cuentan, rechazando invitaciones a la vida social del exilio cubano.
Al pasar del tiempo, varias
editoriales adquirieron los derechos del Álgebra de Baldor, texto que en la
actualidad se aprecia con nueva imagen y dividido en varios tomos que incluyen
discos interactivos. Y es que el Álgebra de Baldor hoy en día sigue teniendo un
valor histórico importante.
Algunos matemáticos, concluyen que es necesario una
reforma y organización del contenido de este libro, para rescatar el aporte
valioso que, aún puede obtenerse del Álgebra de Baldor como texto de consulta.
Fuente: Variadas paginas web
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