Esta fue una denuncia hecha originalmente en España, pero
que puede ayudarnos a evitar que suceda algo parecido en nuestros países. wuv. Haz click para ampliar las imagenes
Se dice que somos lo que comemos, pero muchas veces no
sabemos lo que comemos o lo que hay detrás de lo que comemos. Esta presentación
muestra una de las crueles y reales historias de la industria alimenticia.
Esta es la historia del huevo que se come usted en el
desayuno, ese huevo que no tiene la menor importancia para usted más que la de
alimentarlo.
Lo que usted no sabe es que hay una cruel historia, llena de dolor
y sufrimiento detrás de esa pequeña pieza oval que usted saborea por las
mañanas…
La
vida de las gallinas ponedoras comienza en una incubadora, en una granja de
pollitos. Los machos no sirven para el negocio de los huevos, y son demasiado
pequeños para comerciar con su carne, así que...
Cada
año se tiran millones de ellos a la basura para asfixiarlos, o se arrojan
todavía vivos a unas trituradoras de alta velocidad llamadas
"picadoras".
A
las 16 ó 18 semanas, las hembras están en edad de poner huevos y se trasladan a
la granja de gallinas. La granja está compuesta por varios edificios, cada uno de la longitud de
un campo de fútbol, llenos de filas de jaulas metálicas, apiladas a veces hasta
el mismo techo: es lo que se llama "gallinas de batería".
Para
optimizar la producción, se encajan tantas gallinas en la misma jaula como sea
posible. Esta condición impide a las aves realizar conductas normales como
anidar y asearse. Las jaulas se apilan unas sobre otras, y los excrementos caen
a las de debajo.
El
amoniaco y el hedor de las heces contaminan el aire, y proliferan las
infecciones y las enfermedades,como las graves y dolorosas que el amoniaco
produce en la piel al fijarse en las plumas.
Forzadas a una vida entera de pie, se les deforman las patas, el alambre
corta sus dedos, que además se arquean y se convierten en garras al sostenerse
en una superficie inadecuada.
Cada edificio alberga unas 200.000
gallinas, e incluso más, produciendo cada una de ellas, un promedio superior a
260 huevos al año.
Las estadísticas de 1940 indicaban
una producción de 134 huevos por gallina al año, esto nos demuestra las
manipulaciones genéticas y ambientales que hoy se llevan a cabo para duplicar la producción. Esto es totalmente antinatural, y
provoca todo tipo de secuelas en las gallinas.
El
hacinamiento extremo y las condiciones artificiales generan múltiples
problemas, incluyendo daños y lesiones en las patas y las plumas. La absoluta
falta de ejercicio sumada a la superproducción de huevos, provoca osteoporosis
y fracturas óseas.
Una
gallina, al producir huevos, gasta en un año una cantidad de calcio superior a
la de su propio esqueleto. Al hacerla producir de manera antinatural, la falta
de calcio les provoca fracturas óseas, parálisis y la muerte.
Picarse
unas a otras es algo natural en las gallinas. Para evitar el daño del “producto”,
pasan a las pollitas por una máquina que
les corta la parte sensible de sus picos, sin importar que les causan
dolores crónicos.
Estas
aves serán tratadas como objetos durante toda su vida, sin el mínimo escrúpulo
ni muestra de compasión.
Pero
aún hay más: Algunas de estas fábricas de huevos provocan la "muda forzada". Se deja
a las gallinas sin comer ni beber durante dos semanas, a oscuras, provocando que
todas
cambien las plumas a la vez. La muda hace comenzar de nuevo el ciclo de la puesta de huevos y así alargan la productividad económica de las aves.
cambien las plumas a la vez. La muda hace comenzar de nuevo el ciclo de la puesta de huevos y así alargan la productividad económica de las aves.
Después
de un año, las gallinas dejan de ser rentables y se envían al matadero, son las
"gallinas gastadas"… ¿Sabe
usted de dónde proceden los cubitos de caldo de pollo?... Precisamente de estas
gallinas y no de pollos sanos y jugosos como dice la publicidad. Convertidas en
cubitos, no es posible detectar los huesos rotos, los moretones, las heridas,
las deformidades, los picos rotos y demás huellas de maltrato en estas pobres
aves.
Cualquier criatura del reino animal
debe vivir en su habitat y si esto no es posible, hay que procurarle un
ambiente parecido, en donde pueda desenvolverse como lo requiere su naturaleza.
La manipulación genética es una perversidad humana.
¿Por qué a aquellas criaturas que
más nos sirven las tratamos tan mal? Son criaturas de carne y hueso, no son
objetos, ellas sienten emociones, sienten dolor, sienten miedo…
La crueldad humana va a la par con
su codicia, a mayor codicia, más malo se vuelve el ser humano. Cualquier
negocio que emprenda una persona en este mundo, es para que rinda ganancias sí,
pero…
¡no a costa del sufrimiento de otros
seres vivos!
Esta presentación no tiene como
finalidad inhibir el consumo de huevos, sino dar a conocer una verdad que
muchos desconocen y crear conciencia. Si usted no quiere ser cómplice de la
crueldad, existe la manera de evitarlo: debe elegir la procedencia de los
huevos que consume.
En
defensa de los derechos de los animales
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