lunes, 11 de noviembre de 2013

PHUBBING



El Phubbing, neologismo que proviene del inglés Phone (teléfono) y Snubbing (desaire), es definido por la web stopphubbing.com como “el acto de desairar a alguien en un acto social, por prestar más atención a su telefono”.


Se inició hacia el año 2007 con el nacimiento del smartphone o teléfono inteligente, que sintetizaba en pocas pulgadas la potencia de un ordenador de sobremesa. Con la posibilidad de mantenerse conectado a Internet a cualquier hora y en cualquier lugar, se generalizó esta obsesiva práctica que muchos perpetúan sin ni siquiera saberlo.
Esa costumbre de coger el teléfono y revisar las actualizaciones de las paginas sociales, hacer un “checkin”, o lo que es peor, empezar a enviar mensajes de texto, molesta a cualquiera. Sin darnos cuenta, nos hemos convertido en víctimas del “Phubbing”.

Con la aparición de los móviles, los comportamientos sociales cambiaron, afectándonos de manera positiva y también negativa. 

Si crees que este comportamiento negativo es una actitud exclusiva de los jóvenes, te equivocas. Los adultos que cuentan con un teléfono también lo hacen. Muchos amigos criticaban al Phubbing, pero cuando adquirieron smartphones cambiaron su discurso. Ahora puedes ver a algunas parejas o grupos de amigos departiendo en algún local mientras le prestan mucha atención a sus móviles. Y a otros reclamando por el desaire.

De la página stopphubbing.com hemos tomado algunas cifras interesantes como que el 87% de los jóvenes en los Estados Unidos prefiere utilizar mensajes de texto para comunicarse más, que el cara a cara.

“Es que esta nos permiten editar lo que somos, desde la identidad hasta lo que decimos. Cuando estás en un chat, puedes evitar una respuesta, verla o pensarla. Cuando hablas, trastabillas, te equivocas, te desvías. Características propias de las relaciones interpersonales”, explica Julio Mateus, profesor de la Universidad de Lima y especialista en Educación y Comunicación.
Y es que uno puede ser más ‘cool’ en el Facebook que en la vida real. Es más sencillo dar por terminada una discusión con un emoticón adorable que, digamos, con un portazo o una lágrima. 
Fuente: Varias paginas de la red

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