En medio de una investidura tradicionalmente seria, el Papa
supo reír y lo hizo a carcajadas gracias a la presentación de un payaso que
alegró hasta los últimos días de vida a Su Santidad.
Siempre se caracterizó a la imagen del Papa Juan Pablo II
por su cercanía y cordialidad. Su permanente sonrisa era fiel reflejo de su
alma. De un excelente humor, disfrutaba como un niño más los distintos
espectáculos que llegaban hasta el Vaticano.
Pero había uno que causaba especial atención de Su
Santidad, se trata de Japo, un payaso que hasta los últimos días de su vida,
acompañó al Papa Wojtyla regalándole su arte… sencillo, humilde y de un humor
blanco.
Japo se transformó
en el más vivo ejemplo de cómo el humor y la risa pueden ser una gran ayuda
para el cuerpo y para el alma.
El siguiente video, muestra a Japo, cuyo nombre es Diego
Pool un profesor de derecho de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, que
hace años cuando estudiaba en la facultad, para sacarse un dinero extra,
actuaba de payaso.
Un día alguien le propuso actuar para el Papa. Lo hizo, y
le gustó tanto a Juan Pablo II que lo volvieron a llamar durante siete años
consecutivos desde 1987 a 1993.
El payaso Japo, como era su nombre artístico, nos cuenta en
la actualidad que no existen imágenes filmadas donde se vea a este querido Papa
reírse tanto como en estas actuaciones. Aquellas imágenes han dado la vuelta al
mundo.
Fuente: elobservatodo.clVer el video:
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