LAS COSAS QUE
LAMENTARÁS, CUANDO LLEGUE TÚ VEJEZ
No viajar cuando tuviste
la oportunidad.
Los viajes se tornan
infinitamente más difíciles a medida que te haces mayor, especialmente si
tienes familia y necesitas pagar el viaje para tres personas más, en lugar de
solo pagar el tuyo.
No aprender otro idioma.
Te arrepentirás cuando te
des cuenta que tomaste tres años de idiomas en la secundaria y los
desaprovechaste.
Permanecer en una mala
relación.
Una vez que terminas una
mala relación, te das cuenta que debiste haberla cortado antes.
Pereza de usar protector
solar.
Las arrugas, los lunares
y el cáncer de piel pueden ser evitados en gran medida si te proteges desde
joven.
Perderte la oportunidad
de ver a tus músicos favoritos.
No quisiste sacrificar
nada para ver a Nirvana o Led Zeppelin cuando se presento en tu ciudad.
Mirando al pasado
pensarás, ¿A qué le tenía tanto miedo?
No hacer de tu salud
física, una prioridad.
Muchos de nosotros
pasamos el mejor momento físico de nuestras vidas en el sofá. Cuando llegas a
los 40, 50, 60 y más, soñarás con lo que pudiste haber hecho.
No renunciar a un empleo
terrible.
Hay que pagar las
facturas. Pero si tú hubieses hecho un plan para mejorar tu situación, podrías
haber evitado esos 40 años de infierno.
No poner atención en la
escuela o capar clases.
Esas calificaciones
juegan un papel determinante en tu futuro. Al final, te darás cuenta que era
muy importante haber puesto más atención.
Tener miedo de decir “te
amo”.
Cuando seas mayor,
comprenderás que esa frase que no dijiste oportunamente, pudo darte mucha más
felicidad
No escuchar los consejos
de tus padres.
Por no escuchar los
consejos, cuando eras joven, puedes estar sufriendo ahora las consecuencias.
Preocuparte demasiado por
lo que pensaba la gente.
Veinte años después no
recordarás esas personas por las que tanto te preocupaste.
Apoyar los sueños de
otros por encima de los tuyos.
Apoyar a otros es una
cosa hermosa, pero no… cuando eso significa que tú nunca podrás brillar.
Haber guardado rencores,
especialmente con aquéllos que amas.
Debiste controlar la ira,
evitar disgustos y siempre saber perdonar o pedir perdón.
Descuidar tus dientes.
Cepilla. Limpia con hilo
dental. Ve al dentista regularmente. Esto parecerá muy fácil cuando tengas
prótesis dental.
Dejaste pasar la
oportunidad de hacer preguntar a tus abuelos antes que mueran.
La mayoría de nosotros
nos damos cuenta demasiado tarde sobre el maravilloso recurso que son nuestros
abuelos. Ellos pueden explicar todo lo que alguna vez has querido saber sobre
de dónde viniste, pero solamente si les preguntas a tiempo.
El trabajar demasiado.
Nadie añora desde su
lecho de muerte el haber pasado más tiempo en la oficina. Todos quisieran haber
pasado más tiempo con la familia, amigos y con sus pasatiempos.
No haber aprendido a
cocinar.
Saber hacer una comida
hará todos los festejos y celebraciones mucho más especiales.
No detenerte lo
suficiente para apreciar el momento.
Los jóvenes están
constantemente moviéndose de un lado a otro, pero sin detenerse a apreciar las
cosas bellas de la naturaleza o de el ser humano.
No terminar lo que
empezaste.
Tu sueño de ser
profesional, no se cumplió por cualquier circunstancia y no tuviste las
suficientes agallas para luchar por alcanzarlo.
Nunca dominar un truco
impresionante para fiestas.
Tú irás a cientos, si no
es que miles, de fiestas en tu vida. ¿No sería fantástico ser el centro de
todas ellas?
El dejarte influenciar
por malas compañías.
No permitas que te digan,
“Nadie se dará cuenta”, “Eso no te causa adición”.
No disfrutar lo
suficiente de la compañía de tus hijos.
Cuando seas mayor te
darás cuenta que, en un abrir y cerrar de ojos tu hijo pasó de querer jugar
contigo, a querer que salgas de su habitación.
Preocuparte demasiado.
La mayoría de las cosas
por las que te preocupaste, nunca ocurrieron.
No haber sido agradecido
antes.
Esto puede ser difícil al
inicio, pero al final queda claro que cada momento de esta vida -desde lo
mundano hasta lo maravilloso- es un regalo del que somos increíblemente
afortunados de poder compartir.
El haber permanecido
mucho tiempo frente al PC.
Verdaderamente esa
cantidad de horas frente a la pantalla, actualizando tu facebook, será causa de
que ahora estés divorciado y lleno de amigos… pero solo virtuales.
Fuente: buzzfeed.com
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