“Yo no soy víctima de la Ley Nacional de Educación. Tengo más de
60 años y he tenido la suerte de estudiar bajo unos planes educativos
buenos, que primaban el esfuerzo y la formación de los alumnos por encima de
las estadísticas de aprobados y de la propaganda política.
En jardín (así se llamaba entonces lo que hoy es
"educación infantil", mire usted) empecé a estudiar con una cartilla
que todavía recuerdo perfectamente: la A de "araña", la E de
"elefante", la I de "iglesia" la O de "ojo" y la
U de "uña".
En primaria estudiábamos lengua, matemáticas, ciencias, historia,
geografía, urbanidad...
En primaria, si en un examen tenías una falta de ortografía
del tipo de "b en vez de v" o cinco faltas de acentos, te bajaban y bien bajada la nota, ¡no nos
traumatizábamos! ESTUDIÁBAMOS Y REPASÁBAMOS.
En Bachillerato, leí el Quijote y el Lazarillo de Tormes;
leí las "Coplas a la Muerte de su Padre" de Jorge Manrique, a
Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega o a
Espronceda...
Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con
corrección.
Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra
cultura.
En castellano existen los participios activos como derivado de los tiempos
verbales.
El participio activo del verbo atacar es
"atacante"; el de salir es "saliente"; el de cantar es "cantante"
y el de existir, "existente".
¿Cuál es el del verbo ser? Es
"ente", que significa "el que tiene identidad", en
definitiva "el que es". Por ello, cuando queremos nombrar a la
persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se
añade a este la terminación "ente".
Así, al que preside, se le
llama "presidente" y nunca "presidenta", independientemente del género (masculino o
femenino) del que realiza la acción.
De manera análoga, se dice
"capilla ardiente", no "ardienta"; se dice
"estudiante", no "estudianta"; se dice
"independiente" y no "independienta"; "paciente",
no “pacienta"; "dirigente", no dirigenta";
"residente", no "residenta”.
Y ahora, la pregunta: nuestros políticos y muchos
periodistas (hombres y mujeres, que los hombres que ejercen el periodismo no
son "periodistos"), ¿hacen mal uso de la lengua por motivos
ideológicos o por ignorancia de la gramática de la Lengua Española?
Creo que por las dos razones. Es más, creo que la
ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación
automática de esos patrones ideológicos los hacen más ignorantes (a ellos y a
sus seguidores).
Les propongo que pasen el mensaje a vuestros amigos y
conocidos, en la esperanza de que
llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no "ignorantas
semovientas", aunque ocupen carteras ministeriales).
Lamento haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se
habían asociado en defensa del género y que habían firmado un manifiesto.
Algunos de los firmantes eran: el dentisto, el poeto, el
sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto, el arreglisto, el
funambulisto, el proyectisto, el turisto, el contratisto, el paisajisto, el
taxisto, el artisto, el periodisto, el taxidermisto, el telefonisto, el
masajisto, el trompetisto, el violinisto, el maquinisto, el electricisto, el
oculisto, el policío del esquino y, sobre
todo, ¡el machisto!
SI ESTE ASUNTO "NO TE DA IGUAL", PÁSALO, POR AHÍ,
CON SUERTE, TERMINA HACIENDO BIEN HASTA EN el Ministerio de Educación.
Porque no es lo mismo tener "UN
CARGO PÚBLICO" que ser "UNA CARGA PÚBLICA".
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