viernes, 30 de marzo de 2012

LA VERDADERA FELICIDAD ESTÁ DESPUES DE LOS 40

Con cariño a la fanaticada de esta página que ya pasó el 4 piso

Fue realizado en Madrid el Primer Congreso Internacional de la felicidad, y la conclusión de los congresistas fue que la felicidad solo es alcanzada después de los 40 años.
Quien participo de ese encuentro?
Psicólogos, sociólogos, artistas de circo?
No sé. Pero me gusto el resultado.
La mayoría de las personas, cuando son cuestionadas sobre el asunto, dicen:
 "No existe felicidad, existen solo momentos felices".
Era lo que  pensaba cuando yo cumplía mis 17 años, para donde no volvería ni que me llevaran de los pelos. A los adolescentes les gritan día y noche: tienes que estudiar para el examen, aprender ingles, usar siempre condon (y continuar usando), decir no a las drogas, no beber cuando manejas, dar satisfacciones a los padres, leer los libros que no quieres y administrar decenas de pasiones fulminantes y roturas.
No tiene plata para salir cuando quiere, acostumbra a deprimirse de lunes a jueves y solo se divierte los sábados, en locales donde siempre hay fila. Es el apocalipsis.
Felicidad, donde estás?
Aquí, en la casa de los 40 y su vecindario. Es seguro que surgen unas arruguitas, unas mechas blancas y la barriga sale, pero es un precio justo para lo que se gana a cambio.
Piensa: después de los 40,  pagas de tu bolsillo lo que comes y la ropa que usas.
Hablas en ingles, francés, italiano, alemán, y varios se ríen de tu pronunciación.
No intentas el suicidio cuando un amor no se da, te apasionas por la literatura, cambias tu mochila hippie por una notebook y no necesitas autorización de nadie para ver el canal de Playboy.
Tal vez no te hayas vuelto el Brad Pit que soñaste un día, mas reconoces el rostro que ves en el espejo, sabes de quien se trata y simpatizas con su cara.
Después que cumplimos las misiones impuestas en la cuna:
 tener una profesión, casarte y procrear, comenzamos a ser libres, a escribir nuestra propia historia, a valorizar nuestras cualidades y tener un cierto cariño por nuestros defectos.
Somos los titulares de nuestras decisiones. La juventud hace bien para la piel, pero nunca salvó a nadie de ser una máscara. La madurez, si, permite una cierta locura.
Después de los 40, conforme descubrieron los participantes de aquel congreso curioso, estamos más aptos a decir que la infelicidad no existe, lo que existe son momentos infelices.
ALGUIEN ESTÁ EN DESACUERDO?

VIEJITO, PERO BONITO……!!!

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