martes, 13 de marzo de 2012

CAPERUCITA ROJA – VERDADES, REFLEXIONES Y CONCLUSIONES


En la última reunión del Comité Internacional en Defensa del Lobo Feroz (C.I.D.L.F.), el profesor Waltz Freedman terminó su alocución con estas estremecedoras palabras:
- ¿Fue el Lobo Feroz el culpable o lo fue Caperucita?
Efectivamente, la narración de Perrault se presta a muy diversas interpretaciones. No obstante, hay puntos de acuerdo que son indiscutibles y que pasamos a ennumerar:


Caperucita sabía perfectamente que podía encontrarse con el Lobo Feroz.
Caperucita no era ajena al hambre del Lobo.
Si Caperucita hubiera ofrecido al Lobo la cesta de la merienda de su abuelita, muy probablemente no habría ocurrido lo que ocurrió.
El Lobo no ataca inmediatamente a Caperucita sino que al contrario, conversa con ella.
Es Caperucita quien da pistas al Lobo y le señala el camino de la casa de la abuelita.
La abuelita es idiota al confundir a su nieta con el Lobo.
Cuando Caperucita llega y el Lobo está en la cama con la ropa de la abuelita, Caperucita no se alarma.
El hecho de que Caperucita confunda al Lobo con la abuelita, demuestra que la niña iba poquísimo a verla.
El Lobo, con esas preguntas tan tontas y directas, quiere alertar a Caperucita.
Cuando el Lobo, que ya no sabe qué hacer, se come a Caperucita, es porque ya no le quedaba otra solución.
Es posible que antes de ello, en el bosque o en la cama, Caperucita hiciera el amor con el Lobo.
La versión del cuento por la que Caperucita, cuando oye la pregunta del Lobo: "¿A dónde vas, Caperucita?
Ella responde: 
"A lavarme el chichi en el arroyo" cobra cada día más fuerza.
Es por tanto Caperucita (y no el Lobo Feroz) la que provoca los instintos naturales de la pobre fiera. Primero los sexuales y posteriormente los depredadores.
También la madre de Caperucita tuvo gran parte de culpa al no acompañar a su hija.

Estos puntos son, en principio, claros y concisos. Los que se empeñan en desprestigiar al Lobo Feroz no se han parado a pensar en la posible manipulación que se ha hecho de su figura, su actividad y su reacción ante una provocadora profesional como era la golfa de Caperucita.

Fuente: luisbernal.es

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