Después de una larga enfermedad, una mujer
muere y llega a las puertas del cielo. Mientras espera a San Pedro, ella
ve a través de las rejas a sus padres, amigos y a todos los
que habían partido antes que ella, sentados a una mesa disfrutando de
un banquete maravilloso.
Cuando San Pedro llega, ella le
comenta:
- ¡Qué lugar tan lindo! ¿Cómo puedo hacer para entrar?
- ¡Qué lugar tan lindo! ¿Cómo puedo hacer para entrar?
-
Yo voy a decir una palabra. Si la deletreas correctamente la primera vez,
entras; si te equivocas, vas directa al infierno -respondió San
Pedro.
- Vale, ¿Cuál es la palabra?
- AMOR - dijo San Pedro. Ella la deletreó correctamente y pasó al cielo.
- Vale, ¿Cuál es la palabra?
- AMOR - dijo San Pedro. Ella la deletreó correctamente y pasó al cielo.
Un año después, San Pedro le pidió que
vigilase las puertas en su ausencia.
Y ese día, para su sorpresa, apareció el que fuera su marido.
Y ese día, para su sorpresa, apareció el que fuera su marido.
- ¡Hola, qué sorpresa! - dijo ella- ¿Cómo estás?
-
Ah, pues he estado muy bien desde que falleciste. Me casé
con aquella bella enfermera que te cuidó, gané a la lotería y me hice
millonario. Entonces vendí la casa donde vivíamos y compré aquella
preciosa mansión en el barrio alto que siempre te gustó. Viajé con mi nueva
mujer por Europa, Asia y Oceanía. Estábamos de vacaciones en Los Alpes
justamente cuando decidí esquiar. Me caí..., el esquí me cayó en la
cabeza y aquí estoy. Y dime, ¿Cómo hago para entrar, querida?
- Yo voy a decirte una palabra. Si la deletreas correctamente la primera vez puedes entrar; si no, vas directo al infierno, respondió ella.
- OK -dijo él- ¿Cuál es la palabra?
- Yo voy a decirte una palabra. Si la deletreas correctamente la primera vez puedes entrar; si no, vas directo al infierno, respondió ella.
- OK -dijo él- ¿Cuál es la palabra?
- SCHWARTZENEGGER.
MORALEJA:
"NI MUERTO LE PUEDES DECIR LA VERDAD A
UNA MUJER, PUES CORRES EL RIESGO DE VIVIR EN UN INFIERNO EL RESTO DE TU
EXISTENCIA."
La mujer con su
marido fueron al hospital para tener un
hijo. Cuando
llegaron, el médico les dijo que habían inventado una máquina que dividiría los
dolores de parto con el padre del bebé.
Les preguntó si ellos querían probar el
nuevo invento, y obtuvo la aceptación de la pareja.
El médico
reguló la máquina para transferir solamente un 10% del dolor para el padre,
diciendo que sería suficiente, ya que siendo un hombre, no conseguiría soportar
más que eso.
La mujer comenzó el trabajo de parto y el marido estaba sintiéndose perfectamente.
La mujer comenzó el trabajo de parto y el marido estaba sintiéndose perfectamente.
Entonces
resolvieron aumentar a 20%, y el marido continuaba bien.
El médico, intrigado, controló la presión, verificó el corazón y todo estaba normal. Así que tomó la decisión de ir a 50%.
El médico, intrigado, controló la presión, verificó el corazón y todo estaba normal. Así que tomó la decisión de ir a 50%.
Después de un
rato, el bebé estaba casi naciendo y, como el marido continuaba bien,
resolvieron transferir el dolor de parto 100% para proporcionarle a la mujer un
parto sin dolor.
De esa forma,
la mujer tuvo el bebé muy tranquila.
Ella y su
marido estaban muy felices.
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