En la ciudad de
Los Angeles, el año 1984, la humedad era muy alta y la temperatura
rondaba los 30°C, miles
de personas estaban atentas en el estadio para presenciar, la maratón femenina
de los 42, 195 metros.
En esa
competencia, el público se emocionaría hasta las lágrimas, viendo entrar al
estadio para buscar la meta, a la suiza Gabrielle Andersen, de 39 años, que
arribando última y absolutamente agotada y al límite de sus fuerzas, no se
permitió abandonar ni recibir asistencia médica por temor a ser descalificada,
completando la vuelta del Estadio arrastrando sus pies y trastabillando en cada
paso.
Cruzar la meta era su
sueño, y se hizo realidad. Una vez
cruzó la meta, colapsó; los jueces estaban esperándola en la meta para
cargarla. La imagen y los sentimientos que despierta son indescriptibles.
Era como si todo
el mundo le gritara: “¡ánimo, tu puedes”!, pues sacó fuerzas de su agotado
cuerpo.
La vehemencia de
esta mujer hizo modificar el reglamento general de maratón, en donde un atleta
hoy, sí puede recibir asistencia médica sin ser descalificado, pero no puede
ser trasladado o ayudado a desplazarse.
Tras su
recuperación admitió que ya no estaba en la mejor edad para competir en otras
olimpiadas, y que esa sería su última oportunidad.
Veamos en video,
la determinación, la perseverancia, la voluntad para cumplir un sueño. Haz click para ver en Youtube
No hay comentarios:
Publicar un comentario