lunes, 10 de diciembre de 2012

ANTE LA ESCASEZ DE ENERGIA, HAY ALTERNATIVAS


Es inútil engañarse. Barril a barril, metro cúbico a metro cúbico, las reservas mundiales de petróleo y gas natural se agotan. Su desaparición no es inminente, pero sí preocupante. Tanto, que buena parte de la comunidad científica, cuando se le consulta sobre las consecuencias de la extinción de dos de nuestras principales fuentes de energía, Su respuesta es prácticamente unánime: si en un futuro no muy lejano queremos seguir disfrutando de electricidad, calor e iluminación a un precio razonable, debemos buscar nuevos métodos para producirlos u optimizar la explotación de los recursos que hoy tenemos a nuestro alcance.
La escasez de combustibles fósiles resultará palpable en unas pocas décadas.

FutureGen, será una súper planta localizada al otro lado del Atlántico, en Conles County (Illinois). Aunque se prevé que las instalaciones produzcan 275 megavatios –suficientes para alimentar a 275.000 hogares estadounidenses–, su valor añadido no es tanto su poder energético, sino sus reducidas emisiones, que serán cercanas a cero. La clave se halla en el secuestro del dióxido de carbono, una técnica que, en esencia, consiste en encapsular este compuesto a gran profundidad, en acuíferos salinos o en campos petrolíferos ya explotados, y almacenar los otros contaminantes en zonas seguras.
FutureGen será, además, un modelo de rendimiento energético. Y es que uno de los principales problemas de la generación de electricidad es la cantidad de energía que se derrocha en el proceso. Por ejemplo, en muchas de las plantas térmicas en las que se quema carbón, sólo se aprovecha el 38% del combustible. El resto se pierde. Las estimaciones del Instituto Fraunhofer señalan que el hecho de aumentar la eficiencia de una de estas plantas en sólo un 1% reduciría el consumo de la negra sustancia (el carbón) en 16.000 toneladas al año y el de emisiones de CO2 en otras 43.000. De momento, las más eficaces, de ciclo combinado, que utilizan turbinas de gas y vapor, alcanzan un rendimiento de alrededor del 52%.


¿Aún debemos apostar por la fisión atómica?
Si. Pero ojo, porque en esta carrera contrarreloj por reducir los gases contaminantes, la tan a menudo denostada energía nuclear aún puede tener una importante misión que cumplir. Según el Foro de la Industria Nuclear, ésta garantiza el abastecimiento, frena las emisiones y reduce nuestra dependencia energética, por lo que ocupa un lugar insustituible en nuestro sistema eléctrico. Esta asociación, que agrupa a las empresas relacionadas con el uso pacífico de este tipo de energía, señala que los 438 reactores que funcionan en la actualidad producen el 17% de la electricidad mundial. Además, se encuentran en construcción otros 44 en Francia, Finlandia, Corea del Sur, China, la India y Rusia. Eso sí, el combustible del que se nutren no es ilimitado. Aunque para producir energía mediante reacciones nucleares de fisión pueden usarse isótopos de polonio, torio, plutonio o estroncio, el uranio-235 –el único fisionable que se encuentra en la naturaleza– es el más ampliamente utilizado en los reactores nucleares. De hecho, la Empresa Nacional de Uranio estima que sus reservas conocidas sólo podrán abastecer las centrales durante los próximos 80 años.


A nadie pasa inadvertido que para aprovechar al máximo las fuentes de energía del futuro será preciso reestructurar a fondo la red eléctrica. Al final no se trata sólo de evitar las grandes pérdidas que la afectan en la actualidad, sino conseguir que, por ejemplo, los parques eólicos siberianos alimenten el aire acondicionado de Madrid o que los paneles solares de Australia se usen para iluminar EE UU. Las propuestas se multiplican, pero lo cierto es que, hoy por hoy, no existe una receta mágica para afrontar la latente crisis energética que algunos ya comparan con el fantasma de la Guerra Fría. Lo dice muy claro Michael Pacheco, director del Centro Nacional de Bionergía de EE UU: “Vamos a necesitar todo lo que podamos obtener de la biomasa, el sol, el viento… y la cuestión aún seguirá siendo si tendremos suficiente”.

Sistema Kurata de obtención de biocombustibles
Hace unos años, en el Instituto de Ondas Cuánticas de Kobe (Nihon Quantum Wave Research) en Japón, a través de la Fundación Kurata, crearon el conocido Sistema Kurata, un novedoso método para producir biocombustibles a partir de aceites, biomasa residual, plásticos y cualquier material con carbono e hidrógeno. Te explicamos cómo funciona.
A partir de materias primas como biomasa residual, aceites industriales usados, plásticos y, en definitiva, cualquier materia que contenga carbono e hidrógeno se puede producir combustible de manera rentable y eficaz.
Estas materias primas se emulsionan con agua activada previamente, para después producir un fenómeno llamado hidrocracking en un reactor, donde acaba evaporándose la mezcla. Estos gases se introducen en un catalizador para descomponer las cadenas carbono-hidrógeno para posteriormente recomponerlas en largas cadenas de hidrocarburos. Esta reacción se induce a través de "un catalizador metálico que rompe las cadenas modificando el movimiento ondulatorio que poseen" 
Pero los coches no consumen combustibles en fase gaseosa, por lo que el siguiente paso es la condensación, produciéndose un hidrocarburo sintético en forma líquida. Posteriormente, para que los vehículos puedan utilizar el gasoil o gasolina utilizados, debe limpiarse el hidrocarburo por fuerza centrífuga.
 "El petróleo pesado y el plástico residual, por ejemplo, están formados por una gran cantidad de átomos de hidrógeno y carbono. Estos compuestos pueden dividirse en moléculas más pequeñas con la elasticidad propia de las ondas cuánticas y del giro magnético. Si estas moléculas más pequeñas se introducen en un catalizador que tenga la frecuencia y el movimiento ondulatorio del petróleo ligero, pueden formar petróleo ligero".
De este modo, la técnica permite descomponer compuestos pesados en moléculas más pequeñas para después volver a unirlas y crear el compuesto que se desee. El molde del catalizador empleado en el proceso es la clave, pues se diseña en función del combustible que se quiere obtener.
Fuente: muyinteresante.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario